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El Festival de Málaga, el escaparate más seguro para el regreso del cine español

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Miguel Herrán posando con mascarilla en el Festival de Málaga
Miguel Herrán posando con mascarilla en el Festival de Málaga

Este Festival de Málaga pasará a la historia por ser el primer certamen cinematográfico tras el confinamiento por la pandemia del coronavirus y también porque nos ha demostrado que se pueden celebrar grandes eventos con todas las garantías de seguridad.

Para ello ha hecho falta ser valientes como aseguraba a RTVE el director del festival, Juan Antonio Vigar, que no se quita nunca la mascarilla (ni en las entrevistas), para dar ejemplo: “Hay un punto de valentía, pero una valentía basada en la necesidad de andar un camino”.

Y también ha habido que superar los miedos que todos tenemos, como nos confesaba Raúl Arévalo: “Como actor y como amante de la cultura agradezco que se hayan atrevido a dar este paso y a seguir luchando por el cine. Reconozco que cuando llegué el sábado al festival me seguía preguntando si realmente teníamos que hacerlo. Pero en cuanto vi las medidas de seguridad, lo bien que se hacía todo, el respeto de las distancias en ruedas de prensa y entrevistas, el uso de mascarillas generalizado, que te den sobres para guardarlas, que te toquen con guantes para ponerte los micros. Y además se pueden ver las cosas por streaming desde todo el mundo. Málaga ha demostrado que se puede hacer un festival con todas las garantías de seguridad”.

Además de las medidas mencionadas por Raúl recordamos que se ha suspendido la tradicional alfombra roja, que ha sido sustituida por photocalls en los que se ha reducido mucho el número de medios y también se guardan estrictamente las medidas de seguridad”.

Y en la gala de clausura, como ya pasó en la de apertura, tampoco habrá alfombra roja y se han quitado butacas del teatro para cumplir con el aforo máximo permitido para la gala (el 66%). Y por supuesto será obligatorio usar mascarilla, habrá geles hidroalcohólicos y se cumplirán todas las medidas de seguridad exigidas para estos actos.

Miguel Herrán: “Ninguno somos inmune al coronavirus”

Organizadores y actores reconocen que lo más difícil de controlar son los fans. Por eso hay vigilancia en las entradas de los hoteles y las principales sedes del festival. Por ejemplo, se han puesto maceteros en la entrada del hotel donde se alojan los actores para que los fans no se puedan acercar.

Miguel Herrán (Élite, La casa de papel) es uno de los actores que más admiradores tiene en la actualidad y les pide respeto: “Yo les pediría por favor que tengan cuidado, porque ser un actor, un personaje público, no te exime de coger el coronavirus. Tengo a mi madre, a amigos muy mayores y a veces es muy difícil razonar con la gente. Yo no tengo problemas en hacerme fotos con nadie, pero respetando la distancia de seguridad y con mascarilla. Y muchas veces es imposible. Quieren acercarse, quieren un abrazo, quieren quitarse la mascarilla, que te la quites tú… En Italia la gente se me lanzaba encima…”

Carolina Yuste (Hasta el cielo, Carmen y Lola) reconoce que llevar todo el rato la mascarilla “es muy raro": "Me da mucha pena que tengamos que hacer esto con mascarillas, pero tenemos que normalizar su uso. Pero está siendo un festival super seguro, con grandes medidas de seguridad, estamos todo el rato protegidos y lo mejor es que se haya podido celebrar y hayamos podido volver al cine”.

Candela Peña posando con mascarilla en el Festival de Málaga

Luis Tosar: “Hay algo muy simbólico en esta edición”

En lo que coinciden todos, actores y organizadores es que había que dar el primer paso, entre ellos Luis Tosar: “Es importante reencontrarnos con el público porque hacemos películas para que la gente las vea. Y los festivales son una celebración de ese acto, por lo que hay algo muy simbólico en esta edición, desde el momento en que se ha podido realizar, tras ese aplazamiento a muy pocos días de la fecha inicial, y creo que transmite una cierta sensación de certidumbre dentro del mar de dudas en el que vivimos”.

Algo en lo que está de acuerdo el director Esteban Crespo (Amor, Black Beach): “Era fundamental hacer este festival, para apoyar al cine español, pero hacerlo como se está haciendo, con todas las precauciones. Nosotros somos los primeros que tenemos que dar ejemplo yendo a las salas”.

“Este Festival de Málaga lo vivo con mucha gratitud y entrega porque nos hace muchísima falta que se reactiven los encuentros culturales -añade Ernesto Alterio-. Agradezco mucho la valentía de los organizadores del festival y por haber creado un entorno seguro. Esto va a ser una referencia porque estamos aprendiendo a movernos en este nuevo mundo”.

“El Festival de Málaga me hace mucha ilusión porque yo viví aquí uno de mis primeros premios, por el corto Paraísos artificiales -afirma Achero Mañas-. Es bueno que vayamos entrando en la nueva normalidad, que no va a ser nunca porque esto va a tener consecuencias en la manera de relacionarnos, en la manera de ver la vida y en el aspecto social económico y político. Habrá que plantearse ciertos cambios, pero es importante que se celebre este festival para premiar el esfuerzo de todo un equipo que lo tenía todo preparado en marzo y tres días antes nos confinaron a todos. Han sido muy valientes por no darlo todo por perdido, demostrando su compromiso con la cultura y el cine. No todo el mundo lo habría hecho”.

En medio de esta celebración por el regreso del cine español Raúl Arévalo nos transmite una queja: “Sigue habiendo un doble rasero porque yo he venido en avión, todos como en una lata de sardinas y sin tomarte la temperatura. Y, sin embargo, estoy haciendo una obra de teatro en Madrid y estamos todos acojonados porque cierren el teatro pasado mañana. Eso es una irresponsabilidad. Las medidas tendrían que ser iguales para todos”.

Lo que Málaga ha dejado claro es que, si las cosas se hacen bien, podemos organizar eventos culturales con todas las garantías de seguridad.