El rompecabezas de los padres: ¿cómo conciliar si la vuelta al cole no es cien por cien presencial?
- Dejar a los niños con los abuelos ya no es la opción mayoritaria y no todas las familias pueden pagar por los cuidados
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En los últimos días, es difícil conversar con padres o madres trabajadores que tengan hijos en edad escolar sin que aparezcan durante la charla las palabras “miedo” y “conciliación”. Con la primera describen su sensación ante una vuelta al cole que no ven segura y con la segunda aluden a una de las carencias que los pondría contra las cuerdas en caso de que los planes –esos que aún están por cerrarse— no salgan bien y los menores tengan que seguir las clases desde casa.
De momento, las comunidades autónomas han hecho una apuesta general por la enseñanza presencial y la mayoría de expertos, docentes y familias creen que es lo más acertado. Pero, ¿qué ocurre si la situación epidemiológica sigue empeorando y finalmente hay que optar por la semipresencialidad, como harán Murcia o Madrid, o si tras la apertura hubiese que volver a cerrar los centros al poco tiempo?
Son preguntas para las que muchos padres y madres ya intuyen la respuesta. La experiencia del confinamiento les ha valido para anticiparse ahora y plantearse soluciones que a menudo no casan con su situación personal, laboral o económica.
Cuando los abuelos ya no son una opción
“Yo no puedo tirar de mis padres porque mi padre es factor de riesgo. Tiene un problema pulmonar y no puedo ponerle en peligro. Si no vuelve el colegio presencial, tendré que contratar a alguien”, dice a RTVE.es Sara, una madre de Vigo que tiene dos niños de 4 y 8 años.
Tanto ella, que se dedica al ámbito de los recursos humanos, como su marido, que trabaja en una empresa de frío industrial, necesitan que sus hijos empiecen las clases de manera presencial para poder seguir trabajando. Puntualmente, ella podría hacerlo desde casa, pero de cualquier forma necesitaría ayuda para el resto de días y sabe a ciencia cierta que no rendiría igual si los niños están en casa.
“Lo que se está fomentando es que uno de los dos se tenga que quedar en casa“
“La gente solo habla del teletrabajo como la solución y salvación de todo esto, pero la conclusión tras haberlo sufrido es que con niños pequeños y sin ayuda no se puede (…) Yo llegué a llorar de absoluta desesperación”, confiesa Sara, que cree que “lo que se está fomentando” es que uno de los dos progenitores se quede en casa al cuidado de los hijos.
“Y en la mayoría de los hogares quien cobra menos es la mujer… así que, si no ponemos los pies en la tierra y vemos una realidad que genera desigualdad, volveremos a tiempos que ya creíamos pasados”, añade.
Dejar de trabajar para cuidar de los hijos, la decisión extrema
Lo cierto es que esa opción, la de dejar de trabajar, ya es la única que ven viable algunas madres en un caso extremo.
“Nosotros no podríamos pagarle a alguien para que lo cuide. Para eso, dejo de trabajar yo”, comenta Carmen, que tiene un centro de estética en un pueblo de Granada en el que vive con su pareja y con su hijo de 5 años.
“Nosotros no podríamos pagarle a alguien para que lo cuide“
Como le ocurre a Sara, ella tiene familiares de riesgo y tiene claro que no puede descargar en ellos los cuidados del pequeño.
“Nos quedaríamos solos y aislados y nos las tendríamos que arreglar como podamos”, explica Carmen, que, como autónoma, también teme a que una cuarentena tras la vuelta al cole la deje sin trabajar como mínimo 14 días.
Por eso no comprende cómo a dos semanas del retorno a las aulas sigue sin haber planes concretos y detallados que incluyan más recursos para los centros educativos.
“No sabemos nada. Tenemos que organizarnos y van a esperar hasta el último minuto. Creo que se va a hacer deprisa y vamos a acabar confinados otra vez", dice Carmen, que habla también en nombre de otros muchos padres y madres con los que comparte estrés, miedo e inquietud.
Vacaciones en septiembre ante las dudas
Tan grandes son las dudas que José Luis, padre de tres hijos de 4, 6 y 8 años, ha pedido vacaciones para los primeros quince días de septiembre porque se teme que no vayan todos los días a clase.
Si la situación se prolonga, también ellos tendrían un dilema: “O uno de los dos deja de trabajar o tiramos de los abuelos y al final los pones en riesgo”, señala María, su pareja.
Por esa razón y sobre todo por lo perjudicial que sería para los menores seguir apartados de las relaciones con otros niños en el aula, ambos creen que lo mejor será volver a las clases, pero piden una estrategia. “Con clases más reducidas y más profesores la seguridad sería más fácil de conseguir, pero implica mucha inversión y no tengo claro que lo incluyan en el plan”, comentan.
El proyecto de una pequeña escuela para los hijos de cinco familias
Conscientes de lo complicada que se presenta la vuelta, algunos padres entienden que haya familias que pidan poder elegir si quieren llevar o no a sus hijos al colegio, especialmente cuando sienten que pondrían en riesgo a algún familiar con el que conviven o si tienen otras opciones. De momento, los únicos que pueden proponérselo son quienes tienen hijos menores de 6 años, ya que la escolarización no es obligatoria en España hasta esa edad.
Jessica y Miguel no solo se lo han planteado sino que finalmente apostarán por una vía alternativa para la primera experiencia escolar de su hija, que tiene 3 años. Cuando en junio vieron que todos los centros públicos en los que consultaban cómo se iba a iniciar el curso le daban "respuestas poco claras" o les hablaban de las "clases burbuja", pensaron en buscar una solución.
"Nos juntamos cinco madres y dijimos: tenemos que buscar una alternativa, no solo de cara a la conciliación sino también para evitar que a los niños se les prive de la socialización. Lo que veíamos es que al no ser educación obligatoria, nos dejaban aún más apartados y sin opciones", explica Jessica, que además es psicóloga infantil.
“Ahora los medios te los tienes que buscar tú, pero hay quien no tiene esos recursos“
Así, las cinco familias empezaron a idear un proyecto de "escuelita" infantil y están a la espera de finalizar los trámites que les permitan regularlo. Su idea es contratar a un educador infantil para que atienda a los cinco niños, que tienen edades parecidas, mientras trabajan.
"Durante el confinamiento era imposible la conciliación porque no podías trabajar y atender a tus hijos. La vuelta ahora dependerá mucho de las condiciones (...) Ahora los medios te los tienes que buscar tú", explica Miguel.
Él tiene la suerte, dice, de poder teletrabajar para su empresa y de formar "un equipo" con su pareja para organizarse y que las "piezas" del puzle encajen, pero, aun así, necesitarán esa ayuda externa de la que, admiten, no todas las familias pueden disponer. "Si no tienes recursos, la conciliación no existe", coinciden en señalar.
Sienten que "todo el peso" recaerá en las familias y piden medidas
Marta, una madre separada que tiene dos hijos de 5 y 6 años, se queja de que, si todo sale mal, "todo el peso" --el de la educación y el de la conciliación-- recaiga sobre las familias.
"Yo lo que creo es que tenemos el orden de valores un poco cambiado. ¿Por qué hay protocolos para abrir tiendas o terrazas y no para volver a los colegios? Los niños no pueden ser los últimos. Ya se les ha dejado bastante atrás cuando en septiembre ellos deberían haber sido los primeros", critica una madre separada que tiene dos hijos, de 5 y 6 años, y que trabaja en una oficina bancaria atendiendo a los clientes.
“¿Por qué hay protocolos para abrir tiendas o terrazas y no para volver a los colegios?“
La única opción de esta madre, que trabaja en una oficina bancaria de manera presencial, es contratar a una persona para que se encargue de los pequeños, y ya ha preguntado a algunas chicas que conoce si estarían disponibles.
"Yo haré lo que buenamente pueda pero al final los niños corren un riesgo y todo es una preocupación. La pena es que yo me planteo soluciones pero no me pagan por ello. Hay gente que sí cobra por eso y lleva meses sin tomar una sola decisión. Tendrían que estar buscando recursos", subraya.
Esto último, más medios, es lo que exigen desde la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos. Su presidenta, Leticia Cardenal, confía en que cuando se dé luz verde para el regreso sea porque los centros educativos estén preparados, pero para lograrlo pide a las administraciones que pongan "todos los recursos humanos y materiales" para volver "con todas las garantías posibles" a una enseñanza presencial que, recuerda, es "insustituible".