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Coronavirus

La transmisión de la COVID-19 de niños a adultos con los que conviven es baja, según un estudio

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La transmisión del coronavirus de niños a adultos con los que conviven es baja

Un estudio del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, realizado con 163 pacientes pediátricos, ha concluido que la transmisión de la COVID-19 de niños a adultos con los que conviven es baja, pues solo en un 3,4% de los casos estudiados, los menores fueron los transmisores de coronavirus a su núcleo familiar.

Más de un centenar de pediatras de diferentes hospitales y centros de atención primaria de Cataluña han participado en el estudio 'Papel de los niños y las niñas en la transmisión intrafamiliar del SARS-CoV-2 (COPEDI-CAT)', impulsado por el hospital Vall d'Hebron, y en el que se analizaron a 89 familias que durante el confinamiento tuvieron un diagnóstico positivo de COVID-19, según el registro de la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitarias de Cataluña (Aqua)

En este estudio, solo tres menores, lo que representa un 3,4% de la muestra, fueron los transmisores del SARS-CoV-2 al resto de su núcleo familiar, mientras que en cincuenta familias con varios miembros infectados, se ha identificado otro miembro de la familia o de fuera con PCR positiva que había sido diagnosticado antes o al mismo tiempo que el menor de edad, y que sería el transmisor (un 56,2%). También en 36 familias (40,4%) no se ha podido determinar quién fue el transmisor.

"Los resultados del estudio realizado del 1 de marzo al 31 de mayo nos confirman que los niños han sufrido la enfermedad con cuadros inespecíficos y poco graves y que son menos transmisores del SARS-CoV-2 que los adultos en el entorno familiar, un ámbito de mucha proximidad y donde es difícil mantener las medidas de seguridad", apunta el jefe de la Unidad de Patología Infecciosa e Inmunodeficiencias de Pediatría del Vall d'Hebron, Pere Soler.

El estudio

La primera fase del estudio consistió en una encuesta telefónica a las familias con niños infectados de coronavirus entre el 1 de marzo y el 31 de mayo que constaban en Cataluña "para conocer los datos clínicos y epidemiológicos de estos pacientes pediátricos, los factores de riesgo o las comorbilidades".

También se evaluó los contactos que establecieron los menores con los convivientes en el núcleo familiar y aquellas personas con las que mantuvieron contacto frecuente (diario o al menos de una vez a la semana, como canguros o abuelos), así como la afectación por el virus que tuvieron estos adultos.

Los participantes de este estudio epidemiológico que no tuvieron confirmación previa de la infección pudieron someterse a un estudio serológico, para conocer si se habían infectado coronavirus, así como también se les ofreció hacer una prueba PCR.

Ahora el Vall d'Hebron está realizando una segunda fase con un estudio prospectivo junto a los pediatras de Atención Primaria, en la que se están estudiando a 357 pacientes pediátricos con diagnóstico positivo de COVID-19 entre el 1 de junio y el 26 agosto y con más de mil contactos intrafamiliares con el fin de "analizar la secuencia de contagios de los casos diagnosticados después del confinamiento", ha explicado Soler.

Menores poco graves o asintomáticos

Según el estudio, el 81% (132 pacientes) presentaron cuadros clínicos inespecíficos y poco graves que no hicieron necesario el ingreso, mientras que un 21,4% de los menores de edad (19) fueron asintomáticos. Solo 31 de los 163 pacientes pediátricos con COVID-19 incluidos en el estudio requirieron hospitalización (un 19%). Los síntomas más frecuentes de la COVID-19 en niños fueron fiebre (59,6%) y tos (49,4%), seguidas de fatiga (40,5%) y dificultad respiratoria (31,5%).

"Los menores de edad no suelen hacer cuadros graves de coronavirus, confirma el estudio, que detecta como grupos de riesgo de la enfermedad aquellos pacientes pediátricos que sufren cardiopatías congénitas y neumopatías graves, excluyendo el asma", explica el doctor Antoni Soriano, de la Unidad de Patología Infecciosa e Inmunodeficiencias de Pediatría.

Soriano puntualiza también que "a lo largo de los meses ha demostrado un descenso progresivo de los ingresos hospitalarios por COVID-19 que han pasado de casi el 30% en el mes de marzo al 0,3% desde el inicio de agosto, a pesar del aumento de nuevos casos de infección por SARS-CoV-2 debido a una mayor realización de PCR".

En cuanto a la edad de los menores infectados, un porcentaje muy significativo de menores de edad se sitúan en una franja de edad a partir de los 12 años, con 42 casos entre 12 y 16 años y otros 42 casos entre 16 y 18 años. Además, una treintena de pacientes pediátricos tenían entre 6 y 12 años en el momento de sufrir la COVID-19; 19 niños tenían entre 3 y 6 años, y 30, entre cero y tres años.

Sin embargo, el grueso de los niños que requirieron ingreso hospitalario se concentran en la franja de menores de tres años (un 33%, diez de un total de 31 de todas las edades que han requerido hospitalización). "A los bebés y los niños y niñas de muy corta edad se les considera clásicamente pacientes de mayor riesgo desde un primer momento, al ser más vulnerables, y este grupo presentaba un mayor porcentaje de cardiopatías congénitas y neumopatías graves", explica el doctor Soler.

Por territorios, la mayoría de los casos de niños infectados por el SARS-CoV-2 se registraron en las regiones sanitarias de Barcelona, ​​con un total de 92, y Girona (48 casos).

Más pacientes pediátricos con COVID-19 después del confinamiento

El estudio, que ahora está en la segunda fase, señala también que el número de pacientes menores de 18 años con un diagnóstico confirmado de coronavirus ha aumentado de forma exponencial en Cataluña después del confinamiento.

Si el 1 de marzo al 31 de mayo los pacientes pediátricos con COVID-19 en Cataluña fueron 163, solo en el mes de junio se registraron 250 casos, en julio 2.602 y, del 1 al 23 de agosto 2.419 casos, según los datos de pacientes pediátricos con COVID-19 facilitados por Aqua de las que parte el estudio prospectivo, aunque cabe destacar que muchos de estos casos son asintomáticos o presentan síntomas leves.

"Durante estos meses se han realizado muchas más pruebas PCR, mientras que el confinamiento las pruebas se realizaron solo a los niños con síntomas importantes y los hospitalizados. Ahora la capacidad para hacer PCR es más alta y se detectan más casos de COVID-19, tanto pediátricos como en adultos, aunque la libre circulación de menores pueda también estar traducidas en más contagios", señala la jefe del Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del Vall d'Hebron, Magda Campins.

"Este estudio ha sido una oportunidad para ampliar la información sobre el SARS-CoV-2 en el ámbito de la población pediátrica, escasa desde el punto de vista microbiológico", afirma la doctora Juliana Esperalba, del Servicio de Microbiología del Vall d'Hebron, quien, con el doctor Andrés Antón, lidera la realización de estudios serológicos y pruebas PCR del informe.