"Hay que cambiar el discurso; los niños se van a contagiar porque la transmisión comunitaria es muy alta"
- Francesc Pujol, experto en liderazgo aboga por dejar de hablar de "colegios seguros" ante el escenario epidemiológico
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Con el curso ya en marcha en buena parte de España, profesores, padres y alumnos se enfrentan a un reto insólito en el sistema educativo español: combinar el derecho a la educación con la protección de la salud frente al coronavirus. Sin embargo, puede que el mensaje de que los centros van a ser espacios más seguros frente a la COVID-19 que otros lugares no sea el más adecuado, dada la situación epidemiológica en la que actualmente se encuentra España. Al menos, esto es lo que piensa el experto en liderazgo y director del Media, Reputation and Intangibles Center (MRI) de la Universidad de Navarra, Francesc Pujol.
Doctor en Economía y máster en Gestión de la Administración Pública, ha seguido y analizado la evolución del virus en España durante toda la pandemia desde el punto de vista de la gestión de crisis y aboga por impulsar un cambio en el discurso que pase de hablar de "colegios seguros", como centros en los que no se van a producir contagios, a "colegios asegurados", como centros preparados para responder cuando se produzcan infecciones. Algo que, según ha argumentado mediante el análisis de los datos, va a pasar pronto y de manera inevitable.
PREGUNTA: ¿Se ha enfocado bien la vuelta al cole?
RESPUESTA: La comunicación se ha centrado mucho en explicar cómo van a funcionar los protocolos y transmitir que los mismos están en consonancia con las necesidades, pero no sé si está bien enfocada. Pretenden proteger al máximo y quieren enviar ese mensaje: que se está haciendo lo que está previsto y que son los mejores protocolos que se pueden aplicar. Pero hay que dar el marco de para qué sirven y qué fin van a tener.
“El riesgo es dar a entender que los colegios van a ser lugares seguros“
El riesgo es dar a entender que los colegios van a ser lugares seguros. Está bien transmitir esa idea si se entiende bien. Si por seguros quiero decir que no va a haber ningún contagio, aunque hay una parte que es real porque se evitará la cadena de transmisión, eso va a chocar con la realidad muy pronto. Va a ser inevitable que haya niños que estén contagiados y al menos algunos días estarán en el colegio.
P: Entonces, ¿hay que mejorar los protocolos?
R: Aunque tarde, se ha trabajado mucho en su diseño. El riesgo es crear una aparente contradicción: ¿cómo puede ser que haya niños que estén contagiados si tengo protocolos que aseguran la distancia, la higiene y que se evite la transmisión? Es evidente que se van a contagiar fuera del colegio pase lo que pase en los centros. Va a pasar porque en estos momentos la transmisión comunitaria es muy alta.
La lucha de junio, julio y agosto era llegar a septiembre con una tasa muy baja para evitar lo que va a pasar. La gente se está contagiado en la familia. Los jóvenes que no van al colegio porque están en educación postobligatoria o trabajando siguen contagiándose y lo traen a casa. Luego, infectan a sus padres y a sus hermanos pequeños. También se contagian los padres en el trabajo.
De este modo, las medidas que recogen los protocolos son un freno muy relativo. No son inútiles, pero sí parciales. Sabemos que la inmensa mayoría de los casos en niños son muy leves o completamente asintomáticos. Lo que hay que evitar es que estos contagien a otros.
Si todo el discurso es colegio seguro para que no haya contagios en el centro, ese mensaje es erróneo.
P: ¿Cuántos niños pueden llegar a contagiarse?
“En un colegio con 1.000 alumnos tendrás un contagio como mínimo“
R. En estos momentos, de media, se está contagiando uno de cada 1.000 niños por semana. Por tanto, en un colegio con 1.000 alumnos tendrás, probablemente, un contagio como mínimo. Pero, en las comunidades autónomas en las que la incidencia es mucho mayor que la media, en vez de tener un niño contagiado, de media, por cada 1.000, tendrás uno por cada 400 o uno por cada 500. La probabilidad de que realmente tengas niños con positivos es muy alta.
Según los últimos datos, la semana que viene va a haber como mínimo 5.000 contagios de niños en España, que son los que hemos tenido la semana pasada antes de volver a la escuela. Esos casos implican a otras 5.000 aulas distintas de toda España y ellas, a su vez, a 100.000 familias. Si lo ampliamos al colegio habrá un millón de familias alertadas, que es lo que hay que evitar.
Por eso, hay que cambiar el mensaje de la idea de "colegio seguro" a "colegio asegurado". Centros que saben responder ante la eventualidad de un contagio para evitar que se expanda y que obligue a parar la actividad más allá de los contactos cercanos y los contactos estrechos.
P: ¿Pasa lo mismo en las universidades?
R: Soy profesor universitario y tanto los alumnos como yo tenemos mil ganas de estar en el campus. Hemos vivido la experiencia de la formación online de marzo a junio y todos queremos estar allí. Ahora bien, estoy seguro de que las universidades van a volver a la conversación pública. ¡Nos va a explotar en las narices!
No es que allí vaya a haber mucho contagio, es que son la población que en estos momentos tiene una tasa de contagios mayor y por encima de la media en cualquier franja de edad. Por tanto, a la vuelta a reunirse los grupos estables de amigos, los contactos estrechos y los contagios se van a seguir multiplicando.
No solo vamos a tener muchos contagios en el ámbito universitario, sino que es seguro que vamos a tener muchos rebrotes y se van a producir en el ámbito parauniversitario: fiestas, reuniones, quedadas... Es lo que ha pasado en las universidades estadounidenses. Una parte de ellos van a ser en las aulas, pero no se van a poder controlar todos los protocolos de distancia en las cafeterías o en los jardines.
P: ¿Se puede afrontar igual la vuelta al cole en toda España?
R. No. La situación es distinta y, por tanto, la comunicación de cómo van a afrontarlo padres, alumnos y profesores tiene que ser distinta y hay que modularla. La preocupación de base en Asturias es muy distinta a la que va a haber en Madrid y en algunos de sus barrios. Por eso, es importante comunicar cómo se está en cada comunidad autónoma, en cada provincia y en cada barrio.
“Asturias tiene un caso por cada 5.000 niño, mientras, en algunos barrios de Madrid, se está contagiando uno de cada 100“
Asturias tiene un caso por cada 5.000 niños, mientras, en algunos barrios de Madrid, se está contagiando uno de cada 100 cada 14 días. Si no baja la incidencia, dentro de diez semanas se contagiarán diez de cada 100, aunque esperemos que no tengamos que convivir con 10.000 casos diarios en España durante los próximos meses.
En cuanto a la universidad, va a haber riesgos serios de cierre de centros, pero socialmente, es menos dramático que en los colegios. La repercusión en cadena no es la misma: en los colegios, hay implicaciones en las familias, en la conciliación y en el trabajo.
P: ¿Puede el Ministerio de Sanidad informar con este nivel de detalle?
R: Desgraciadamente, el Ministerio de Sanidad no aporta información desagregada por provincias de manera actual y rápida, pero la situación puede cambiar muchísimo de un barrio a otro y los colegios están muy orientados a la residencia. Sin embargo, sí lo están haciendo las comunidades autónomas. Están dando datos, no solo de las provincias, sino que las más dinámicas ofrecen información muy buena de la incidencia semanal y a 14 días por áreas de salud o barrios.
Por tanto, a partir de ahora, no podremos ir a buscar la respuesta al Ministerio de Sanidad ni en los documentos que prepare el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias liderado por Fernando Simón, sino que tendremos que estar mucho más pendientes de la documentación que cada día se vaya transmitiendo en nuestra comunidad y en nuestra provincia.
P: Si la situación no es homogénea, ¿tiene sentido que se haya pactado un plan de acción común?
R: De nuevo se ha confundido el plano de la gestión y el de la comunicación. Me parece muy razonable que haya un acuerdo en el primer aspecto, que se escuchen unos a otros, pero luego hay dos formas de ponerlo en práctica: por consenso pero sin uniformidad o por consenso y con uniformidad.
La primera puede aportar una cierta riqueza si se acuerdan las ideas básicas y cada uno las aplica como considere. Viendo cómo actuamos en 17 comunidades o 50 provincias, podremos aprender cuáles son aquellas que son más útiles. Sin embargo, si el consenso se convierte en uniformidad, todos nos equivocaremos igual.
Todos estos protocolos se han diseñado para evitar que el contagio de un niño no se convierta en contagios gigantes de compañeros. Están diseñados para parar la cadena de contagios y, si los hay, es porque se han hecho mal o porque hay demasiada incidencia.
P: ¿Cómo deben afrontar los profesores la vuelta al cole y la relación con los padres?
“A los centros les interesa asumir toda la responsabilidad que puedan“
R: Creo que a los centros les interesa, en primera persona, asumir toda la responsabilidad que puedan en la gestión de los casos, sin esperar a que las soluciones lleguen de fuera. No porque sean expertos en epidemiología y en rastreo, sino porque les conviene tener identificados lo más rápido posible los posibles casos estrechos en el propio centro de manera preventiva.
Es importante que los profesores entiendan el mapa de cada ciudad y cómo está allí la incidencia. Si saben cuántos niños hay por cada uno que está contagiado, tendrán un mapa realista de qué es lo que puede pasar en el colegio. En función de esa imagen, tendrán que salir de la dinámica de "si tuviéramos un contagio haríamos..." a la de "cuando tengamos un contagio haremos...".