La "terrorífica" historia de los cómics de EC en uno de los libros más espectaculares del año
- Grant Geissman repasa la trayectoria de la mítica editorial en The history of EC Comics
- Un espectacular volumen con más de 1.000 ilustraciones, incluyendo todas las portadas
Pocos cómics hay tan influyentes e importantes en la historia del medio como los que publicó la editorial EC Comics tras la Segunda Guerra Mundial, una época en la que los superhéroes decayeron y su lugar fue ocupado por monstruos, criminales, extraterrestres y soldados. Unos tebeos que los chavales amaban pero que los censores de la época odiaban, por lo que terminaron aniquilándolos en un episodio lamentable que instauró la censura en los cómics y lastró a la industria de las viñetas durante décadas.
El espectacular libro The history of EC Comics (Taschen), escrito por el experto en cómics Grant Geissman, repasa la historia de esa mítica editorial y nos ofrece un montón de material inédito, gracias al acceso a los archivos de la familia Gaines (los creadores de EC), que han cedido más de 100 auténticas rarezas que permanecían inéditas. Muchas de las imágenes de portadas que se incluyen reproducen las copias que sobreviven en los archivos Gaines, consideradas como las mejor conservadas de EC Comics.
Y es que este impresionante libro de 600 páginas (y unas dimensiones considerables) tiene más de 1.000 ilustraciones e incluye todas las portadas de los cómics de EC (desde 1933 hasta 1956), además de páginas interiores y viñetas, bocetos, fotografías poco conocidas, obras de arte originales y algunas de las historias más famosas de la editorial. Un libro que es una auténtica obra de arte, que tiene una tirada limitada de 5.000 ejemplares (en todo el mundo) y que es el regalo ideal para cualquier amante de los cómics o de la cultura pop. O, simplemente, para cualquiera que ame los libros.
De hecho muchas de las páginas del libro son auténticos posters gracias a la calidad de sus ilustraciones, como esa maravillosa portada de Frank Frazetta y Al Williamson o las páginas finales, dedicadas a recuperar todas las portadas de los cómics publicados por EC.
Mucho más que cómics de terror
En 1947, William Gaines heredó EC Comics, una editorial fundada por su padre, M.C. Gaines (uno de los pioneros de la industria y uno de los responsables del éxito de personajes como Wonder Woman y Linterna Verde). Lo curioso es que EC son las siglas de Educational cómics (Cómics Educativos), pero Gaines enseguida comprendió que lo que le gustaba a los chavales de la época (y a sus padres) era otra cosa.
Por eso empezó a publicar cómics de terror, suspense, ciencia ficción, guerra y crímenes, que eran los que triunfaban entre los chavales. Y fue pionero en crear secciones de correo en sus publicaciones, que le permitían comunicarse con los lectores y adaptar las revistas a los gustos de sus fans. Además promocionó a sus dibujantes permitiéndoles firmar sus obras (lo que no era habitual en la época)
Eso le permitió reclutar a los mejores artistas de la época, como Al Feldstein, Harvey Kurtzman, Al Williamson, Frank Frazetta, Wally Wood, Graham Ingels, Jack Davis, Johnny Craig, Bernard Krigstein, Will Elder, Jack Kamen, George Evans, Joe Orlando, John Severin, Basil Wolverton o Reed Crandall, que crearon series míticas como Tales from the Crypt, Crime SuspenStories, Weird Science y la revista MAD. De todos ellos tenéis variadas muestras en el libro, incluyendo bocetos y lápices de algunas de sus páginas.
Los cómics de terror y crímenes de EC, destacaron por sus escenas sangrientas y morbosas y sus famosos finales inesperados e irónicos en los que a menudo ganaban los malos (que fueron los que desataron la ira de la censura).
Pero la editorial también fue pionera en la publicación de los primeros cómics de guerra auténticos, las primeras historias “reales” de ciencia ficción, y una serie de relatos sobre temas entonces tabú como el racismo, la intolerancia, la vigilancia callejera, la drogadicción, la corrupción policial y el antisemitismo.
Desgraciadamente, tras ocho años de éxito, la censura responsabilizó a estos cómics del aumento de la delicuencia juvenil y de ser los responsables de todos los males de la sociedad norteamericana, lo que llevó a su desaparición.
¿Los mejores cómics de terror de la historia?
Actualmente los años 50 están considerados la edad de oro de los cómics de terror y es en gran parte gracias a William Gaines y Al Feldstein, que lanzaron los míticos cómics de EC The Vault of Horror, The Crypt of terror, The Haunt of Fear...), con unos guiones que siguen impactando hoy en día y algunos de los mejores dibujantes de la historia.
También fueron pioneros en inventar simpáticos anfitriones para presentar las historias de terror, como el Guardián de la Cripta, el Guardián de la Bóveda o la Vieja Bruja, que sorprendían a los lectores con sus divertidos chascarrillos sobre lo que iban a leer.
Esos cómics de EC están considerados la mayor influencia del género desde entonces. Inspiraron la resurrección del género de terror a finales de los 60 con las míticas revistas de Warren (Creepy, Eerie, Vampirella...) y han sido adaptados a la televisión en la famosa serie Historias de la Cripta (1989-1996), además de inspirar películas como Creepshow o series como Masters of horror.
Los cómics de EC también fueron pioneros en adaptar a las viñetas historias de grandes escritores de ciencia ficción, sobre todo de Ray Bradbury (Crónicas marcianas, Farenheit 451), que estaba encantado de colaborar con la editorial. Gaines se mostraba orgulloso de sus títulos de ciencia ficción (como Weird Science y Weird Fantasy que trataron el género, por primera vez, bajo una perspectiva realista y científica.
Destacar también las series bélicas (o quizá deberíamos decir antibélicas), como Frontline Combat y Two-Fisted Tales (creadas, escritas e incluso a veces dibujadas por el genial Harvey Kurtzman, editor de EC Comics) que mostraban con gran realismo el padecimiento de los soldados en la guerra y que desataron la ira del ejército americano que las consideró antipatrióticas.
EC también publicó cómics de otros géneros como el western e incluso historias románticas, que también encontraréis en este libro.
La desaparición de los cómics de terror y suspense
En su apasionante relato Grant Geissman destaca que esta etapa de libertad creativa, que dio lugar a algunos de los mejores cómics de la historia, finalizó con la publicación del libro La seducción del inocente (1954) del psicólogo Frederick Wertham, que echaba a esos cómics la culpa del aumento de la delincuencia juvenil y de otros males de la sociedad norteamericana.
Como nos contaba Ignacio Fernández Sarasola (autor del libro sobre la censura en los tebeos El pueblo contra los cómics): “A los cómics se les acusó por igual de ser fascistas (con Superman como paradigma) y de ser comunistas. En esta última acusación, por ejemplo, se decía que determinados cómics que mostraban la cara realista y amarga de la guerra (como los mencionados Two-Fisted Tales y Frontline Combat) minaban la moral del ejército y, por tanto, favorecían a los comunistas durante la guerra de Corea. Incluso el ambiente sórdido que mostraban los cómics de gánsteres se decía que retrataban unos Estados Unidos decadentes, lo que beneficiaba al discurso comunista”.
Una tesis demencial que encontró un ardiente colaborador en el senador McCarthy (máximo responsable de la "Caza de brujas" contra los comunistas y famoso por su limpieza ideológica en Hollywood). McCarthy trató de que la conexión entre cómics y delincuencia fuese objeto de estudio por el Comité de Actividades Antiamericanas que presidía, aunque no lo consiguió.
Tras una polémica investigación del senado de Estados Unidos se exculpó a los cómics pero el daño ya estaba hecho y las propias editoriales, presionadas por la opinión pública, crearon el Comics Code, un código de autocensura que llevó al cierre a todas estas revistas a finales de 1954, y que se mantendría hasta los setenta (y que prohibía el terror, los crímenes y el sexo en los cómics).
Una de las obras más polémicas que se comentó en esa investigación del senado fue la famosa portada de Crime Suspenstories # 22, obra de Johny Craig, en la que se mostraba a un hombre que acababa de cortarle la cabeza a su mujer.
Por eso, hasta casi los 70, en los cómics juveniles no habría vampiros, hombres lobo ni monstruos similares; y en las historias nunca podían ganar los malos, lo que llevó a la infantilización de los tebeos y al nacimiento (en los 60) del cómic underground (publicaciones al margen de la industria, destinadas a un público adulto y que podían tratar cualquier tema)
Bill Gaines intentó luchar contra esa censura pero, ante la falta de apoyos, terminó tirando la toalla y se centró en una serie de comics más realistas dedicados a médicos, psiquiatras… lo que se conoció como “New Direction” y que fue un fracaso estrepitoso. Pero afortunadamente tuvo un gran éxito con la revista de humor MAD, la más influyente de la historia, a la que decidió dedicarse casi exclusivamente.
Personalmente este es el libro que más me ha gustado de este 2020. Por su contenido, su espectacular edición y por rescatar algunas de las imágenes más impactantes de toda la historia del cómic. Libros como este me recuerdan por qué amo el cómic.
Por cierto que solo hay 13 tiendas Taschen en todo el mundo y se acaba de inaugurar la primera en España: TASCHEN Store Madrid (Calle del Barquillo, 30), en donde podréis encontrar sus espectaculares libros.