Disturbios aislados y poca afluencia en la vuelta de los 'chalecos amarillos'
- Los manifestantes han retomado las marchas tras un largo parón a causa de la pandemia de coronavirus
- En París, se han producido decenas de arrestos e incidentes con la Policía, que ha lanzado botes de humo
Miles de personas han salido a la calle este sábado en Francia en el regreso de los 'chalecos amarillos', tras un largo parón a causa de la pandemia del coronavirus. Unas movilizaciones que se han saldado con menos afluencia de lo esperado y algunos enfrentamientos aislados con la Policía.
En París, el lugar donde se han concentrado las marchas, más de 250 personas han sido interceptadas por los agentes, 147 de las cuales fueron arrestadas, según fuentes de la Prefectura de Policía, y otras 90 fueron sancionadas. La mayoría de las detenciones se debieron a la requisa de objetos peligrosos, como como martillos, destornilladores, palos de metal y barras de madera, principalmente, pero también botellas de alcohol y caretas, según varias fotos compartidas por la Prefectura de Policía de la capital en Twitter.
Además, algunos manifestantes quemaron basuras y se sirvieron de contenedores para hacer barricadas ante el fuerte dispositivo de antidisturbios, que respondió con botes de humo.
Las concentraciones se sucedieron en las principales ciudades del país, como Burdeos, Toulouse y Marsella, mientras en París varios miles de personas salieron a la calle en un contexto poco favorable a las multitudes por la fuerte circulación del coronavirus en Francia, donde ayer se registraron más de 9.000 contagios.
Algunos de los manifestantes vestían ropa negra y portaban la bandera de un grupo antifascista, lo que sugiere la presencia de manifestantes radicales apodados 'bloques negros', a los que se responsabiliza de acciones violentas en otras marchas callejeras en el país galo.
"Estamos aquí porque no hay nada que perder"
"El movimiento está muerto, lo digo claramente, pero estamos aquí porque no hay nada que perder. Es un poco un último recurso", aseguró a Afp Michael, un parisino de 43 años.
"Nos sentimos bien al estar juntos aunque falte gente, nos preguntamos por qué la gente no se da cuenta", señaló un funcionario que prefiere mantener el anonimato.
"Ya es hora de recomenzar a hacer presión en este gobierno que no comprende nada de nada. Hay que mostrar determinación. El Gobierno solo favorece a las empresas", declaró a Efe Pascale Leroy, 54 años, trabajadora en un banco.
Algunos dirigentes políticos, como el líder de la izquierda Jean-Luc Mélenchon y el comunista Fabien Roussel, mostraron en redes su apoyo a los manifestantes.
En la convocatoria, el organizador de la protesta Jérôme Rodrigues, víctima del impacto de una bola de goma en 2019 que le provocó la pérdida de visión total en el ojo derecho, pidió regresar a la calle para denunciar "las injusticias sociales y fiscales que no dejan de crecer" en Francia.
Prohibición en los Campos Elíseos
La Prefectura de Policía había prohibido el día anterior que las marchas tuvieran lugar en la avenida de los Campos Elíseos, donde el prefecto de policía, Didier Lallement, quería evitar a toda costa el caos y la destrucción de comercios, que aparecían esta mañana blindados ante el temor a nuevos desbordamientos.
Finalmente, las marchas arrancaron antes de la hora establecida, las 12 del mediodía hora local (10.00 GMT), en la Plaza de Wagram, al noroeste de la ciudad, y a excepción de pequeños cortejos independientes, cada uno con líderes distintos, se mantuvieron en ese sector de la capital.
El movimiento de los 'chalecos amarillos' -llamado así por las prendas reflectantes obligatorias para los conductores- comenzó a finales de 2018 en protesta contra los impuestos sobre los carburantes y, hasta el inicio de la pandemia, se convirtieron en una fuerza activa que impuso al presidente Macron reivindicaciones sociales como elevar el salario mínimo y la reducción de impuestos.