El Banco de España estima una caída del PIB de hasta el 12,6 % este año condicionada por los rebrotes
- La economía repuntará en el tercer trimestre hasta el 16,6 % tras descartar un escenario más favorable por el aumento de casos
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El Banco de España estima que la actividad económica cerrará 2020 con una caída del 10,5 % en un escenario de recuperación gradual y del 12,6 % en otro más lento en función de las medidas de contención que requieran los rebrotes.
Estos datos mejoran ligeramente respecto a la previsión del mes de junio, que apuntaba a una contracción del 15,1 % en el peor de los casos, del 11,6 % si se producía una recuperación gradual y del 9 % en el de recuperación temprana, un escenario que el supervisor ha decidido descartar ya que no ve probable que se dé una evolución epidemiológica tan favorable.
En sus previsones, incluidas en el informe trimestral publicado este miércoles, el supervisor estima que la economía española sufrirá un repunte en el tercer trimestre del año, tras el fuerte retroceso del segundo, que podría oscilar entre el 16,6 % y el 13 %, respectivamente, aunque aún lejos de los niveles previos a la crisis.
El Banco de España sostiene que el repunte gradual de la actividad que se inició a lo largo del período de desescalada habría mostrado indicios de debilitamiento a medida que transcurría el verano debido al aumento de casos, por lo que tampoco descarta que se materialicen escenarios más desfavorables que los dos que se han considerado.
Empeora sus previsiones en 2021 y 2022
Así, las previsiones para este año indican que la economía española cerrará 2020 con una caída del Producto Interior Bruto (PIB) del 10,5 % en un escenario de recuperación gradual y del 12,6 % en otro más lento, en función de las medidas de contención que requieran los rebrotes.
El primer caso contempla la aparición de rebrotes que, sin embargo, requerirían solamente de medidas de contención de ámbito limitado, cuya incidencia sería más acusada en las ramas vinculadas al ocio y la hostelería, mientras que el resto solo se vería afectada de forma indirecta. Por su parte, el segundo escenario incluye una mayor intensidad de los rebrotes en el corto plazo, si bien no llegaría a precisar de la aplicación de medidas de distanciamiento social tan estrictas y generalizadas como las que estuvieron en vigor antes del inicio de la desescalada.
En todo caso, bajo uno y otro escenario, el Banco de España asume que, a partir de mediados de 2021, desaparecerá la necesidad de mantener las restricciones, una vez se haya hecho extensiva al conjunto de la población una vacuna efectiva, y el PIB crecerá entonces entre el 7,3 % y el 4,1 %, respectivamente. Dicha recuperación se mantendría en 2022, con aumentos del 1,9 % y 3,3 %, en función del escenario.
No obstante, tanto en 2021 como en 2022, al contrario que las estimaciones para este año, las previsiones del supervisor se sitúan ligeramente por debajo de las proyectadas en el mes de junio -cuando la economía crecería hasta un 9,1 % en 2021 y un 4 % en 2022- y sujetas siempre a posibles variaciones. "Las perspectivas económicas en el corto y medio plazo siguen estando muy condicionadas por la evolución epidemiológica, aspecto sobre el que aún persiste una elevada incertidumbre", señala el documento.
La tasa de paro podría aumentar hasta el 18,6 %
En lo que respecta al empleo, el supervisor asegura que la tasa de paro aumentará “significativamente” este año hasta el 17,1 % de la población activa en un escenario de recuperación gradual y hasta el 18,6 % en otro más lento. También lo hará en 2021 hasta el 19,4 % y el 22,1 %, respectivamente, antes de comenzar a descender en 2022, período en el que se situaría en el 18,2 % y el 20,2 % en función de los escenarios más o menos restrictivos.
Según apunta en su informe el Banco de España, el impacto de la crisis sobre la utilización del factor trabajo está siendo “muy severo”, mientras que la heterogeneidad es “muy elevada” por ramas productivas, con retrocesos particularmente acusados en las actividades más afectadas por las medidas de distanciamiento social, como la hostelería.
En este sentido, el supervisor recuerda que las autoridades de numerosos países emisores de turistas, que incluyen los principales mercados europeos, han desaconsejado visitar España o han impuesto una cuarentena a su regreso, lo que se ha visto reflejado de manera negativa en los datos de los meses de verano.
Así, en julio, primer mes completo de la nueva normalidad, abrió solo el 70 % de los establecimientos hoteleros que lo habían hecho en el mismo mes del año anterior y solo se cubrió una tercera parte de las plazas ofertadas. Además, el número total de pernoctaciones en hoteles descendió casi un 75 % interanual, y la caída fue mayor en el caso de las de viajeros extranjeros (un 86 %). Mientras, en agosto, la evolución de la actividad turística habría seguido siendo desfavorable, a tenor de los elevados niveles de cancelaciones de reservas o la intensificación de los descensos en las llegadas de pasajeros internacionales a los aeropuertos españoles.
Por lo que respecta a las cuentas públicas, el Banco de España estima que el déficit de las Admimnistraciones Públicas registrará un fuerte aumento en 2020, situándose en el 10,8 % y el 12,1% del PIB en cada uno de los dos escenarios considerados. A pesar de que estas ratios disminuirían a largo del horizonte de proyección, el supervisor cree que el déficit público aún permanecería en 2022 en cotas muy elevadas.
Por su parte, la deuda pública experimentará este año un aumento de más de 20 puntos en el escenario más leve y de unos 25 puntos en el adverso, hasta situarse en el 116,8 % y el 120,6 % del PIB, respectivamente. Esta ratio continuaría aumentando en los dos años siguientes.
Los fondos europeos, una oportunidad
Ante este contexto, los recursos que España podría recibir del fondo europeo de recuperación, asegura el supervisor, suponen “una oportunidad para mejorar significativamente las perspectivas de nuestra economía”, especialmente en la segunda mitad del horizonte de proyección.
El Banco de España recuerda que España sería uno de los Estados miembros más beneficiados, dadas la severidad comparativamente mayor del impacto del COVID‑19 sobre nuestra economía hasta la fecha y la probabilidad elevada de que las secuelas tengan un carácter más persistente. Sin embargo, advierte que el elevado volumen de recursos que se pondrá a disposición del Estado español plantea un "enorme reto" como es el del diseño de un conjunto articulado de proyectos orientados a favorecer el crecimiento de largo plazo y, en particular, a mejorar el capital humano y tecnológico de nuestro país.
En este caso, las estimaciones de su informe no incorporan los efectos del programa pues, explica, aún no se conocen los detalles precisos en cuanto a la magnitud, el destino y la distribución temporal de los recursos que podrán canalizarse a través del mismo. No obstante, las estimaciones realizadas por el Banco de España sugieren que, bajo determinados supuestos, los efectos macroeconómicos de este programa "podrían llegar a ser potencialmente relevantes".