No, no hay pruebas de que las vacunas ARNm modifiquen nuestro material genético
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En un mensaje distribuido en redes sociales se asegura que las vacunas de ARNm de última generación “cambian el material genético individual”. También se dice que esta nueva modalidad de vacunas que se están desarrollando contra el coronavirus causan un “daño genético irreversible e irreparable”. Se trata de afirmaciones sin base científica en la actualidad, según los expertos y los documentos consultados por Verifica RTVE.
El texto, que ha llegado al servicio de Whatsapp de VerificaRTVE, es una carta atribuida al estadounidense Robert F. Kennedy Jr, conocido activista antivacunas, hijo de Bobby Kennedy -senador por Nueva York entre 1965 y 1968- y sobrino del antiguo presidente John F. Kennedy. Habla de las vacunas que se están desarrollando contra el coronavirus a través de la “técnica del ARN mensajero (ARNm)”.
El ARNm (ácido ribonucleico mensajero) es una molécula de extrema importancia que contiene la información refinada de los genes y permite traducirla en proteínas que constituyen la célula, y en definitiva nuestros cuerpos, como te explican en el espacio radiofónico Entre Probetas. Su uso experimental contra el coronavirus está mostrando una generación eficaz de anticuerpos, y por eso muchos se preguntan si la COVID-19 ayudará a demostrar la valía de las vacunas ARNm, pues los investigadores llevan experimentando durante años con ellas pero hasta ahora no existen diseños aprobados y empleados en amplias capas de la población.
La carta atribuida a Kennedy asevera que “las llamadas vacunas de ARNm de última generación intervienen directamente en el material genético del paciente y, por lo tanto, cambian el material genético individual”, algo que está “prohibido” y es “criminal”. El inmunólogo Carlos Martínez, del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, asegura que es “absolutamente falso que el ARNm pueda alterar la información genética del individuo”, ya que “todo lo que hace ese ácido es codificar una proteína [del virus] frente a la cual se producen anticuerpos”.
“"Es absolutamente falso que el ARNm pueda alterar la información genética del individuo”“
En la misma línea se expresa Margarita del Val, inmunóloga y viróloga del Centro de Biología Molecular (CSIC), que explica que, aunque nunca antes se ha comercializado este tipo de vacunas, son seguras porque con ellas “el ARN del virus sí se multiplica, pero nunca afectaría al material genético del huésped”.
Las esperanzas en torno al ARNm
Ambos expertos destacan las ventajas de este tipo de vacunas, porque fabrican directamente las proteínas del SARS-CoV-2 que van a generar la respuesta inmune en el organismo. El Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría resalta asimismo su “versatilidad y adaptación a distintos microorganismos, así como su mayor capacidad de producción y con un coste menor que los sistemas tradicionales”.
Varios científicos estadounidenses afirman, en un estudio publicado en Nature Reviews Drug Discovery, que las vacunas de ARNm representan “una prometedora alternativa a los ensayos de vacunas convencionales por su alta potencia, capacidad para un rápido desarrollo, potencial para una manufacturación de bajo coste y una administración segura”. También destacan que múltiples proyectos de vacunas ARNm contra enfermedades infecciosas han arrojado “resultados esperanzadores tanto en animales como humanos”.
Entre los proyectos que actualmente emplean esta técnica se encuentra el de la biotecnológica Moderna y el emprendido por BioNTech, Fosun Pharma y Pfizer.
En otro punto de la carta se advierte que “esta vacunación es problemática en términos de salud, moral y ética y también en términos de daño genético que, a diferencia del daño causado por las vacunas anteriores, ahora será irreversible e irreparable”. También se asegura que quienes sean inyectados con ella “tendrán que vivir con las consecuencias, porque ya no se pueden curar simplemente eliminando toxinas del cuerpo humano […], ¡el defecto genético es para siempre!”.
Efectos secundarios “transitorios”
El texto, que se ha difundido en varias webs dedicadas a teorías conspirativas, cita el síndrome de Down, el de Klinefelter, la enfermedad cardíaca genética y la hemofilia, entre otras afecciones, como ejemplos de esos “daños genéticos” que presuntamente provocan las vacunas ARNm. La carta reitera estas afirmaciones y califica este tipo de antídotos como “un crimen contra la humanidad”.
Los dos expertos consultados por Verifica RTVE descartan que las vacunas causen esos efectos irreversibles en la salud. Para Martínez, “este planteamiento es absolutamente ridículo” porque “no hay ninguna evidencia científica de que las vacunaciones con ARN produzcan enfermedades inesperadas o incurables como las que cita el texto”.
“"No hay ninguna evidencia científica de que las vacunaciones con ARN produzcan enfermedades inesperadas o incurables"“
El último párrafo del texto recoge las críticas que realizó Robert F. Kennedy Jr. específicamente contra la vacuna que está desarrollando Moderna (denominada mRNA-1273). Sostiene que “tres de los 15 conejillos de indias humanos (20%) experimentaron un "evento adverso grave"”.
En el ensayo en fase 1 de este proyecto, dirigido a conocer los efectos de la vacuna y sus dosis más apropiadas, la propia empresa reconoció esos efectos secundarios “de grado 3” en tres participantes (hubo 45 voluntarios en total) a los que se les había suministrado la dosis más elevada (250 microgramos). Moderna explicó que esos efectos fueron transitorios y decidió seguir avanzando con la dosis de 100 miligramos.
Según la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos), dichos eventos adversos de grado 3 son “importantes” pero “no suponen una amenaza inmediata para la vida”. “Suelen ser dolores musculares o en las articulaciones”, explica Del Val, que insiste en la temporalidad de esos episodios y en que “los ensayos se hacen precisamente para descartar lo que no es seguro o eficaz”.
Argumentos falsos recurrentes
El texto que ha llegado a Verifica RTVE, y que hemos visto en canales de Telegram, se mezcla con el de otras fuentes negacionistas. Incluye esta cita: “En realidad, ¡esta "vacuna prometedora" para la gran mayoría de las personas en realidad (sic) está prohibida porque es manipulación genética!”. Esta declaración se atribuye al neumólogo alemán Wolfgang Wodarg, conocido también por criticar los supuestos efectos dañinos de las vacunas contra la COVID-19 en el material genético humano.
En 2010, Wodarg acusó a la industria farmacéutica de organizar la “psicosis” de la pandemia de gripe A. Sobre el SARS-CoV-2, asegura que es una creación “muy sensacionalista” de los virólogos que ha llevado a los políticos a limitar los derechos de la ciudadanía. El medio español El Salto Diario, que publicó sus ideas en los primeros días de la pandemia, las rectificó al observar que contravenían la evidencia de la que se iba disponiendo.
Al final del presunto mensaje de Kennedy se asegura que la vacuna de Moderna está “desarrollada y respaldada por Anthony Fauci y financiada por Bill Gates”. En 2016, la fundación Bill & Melinda Gates anunció que aportaría 20 millones de dólares para ayudar al desarrollo de vacunas de ARN mensajero que, en ese momento, se enmarcaban en la lucha contra el VIH. Esta y otras acciones del multimillonario en apoyo a las vacunas le han convertido en destinatario de críticas de los anti-vacuna, así como en objeto de bulos frecuentes.
En cuanto a Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EEUU, es una de las voces más autorizadas de EEUU en materia sanitaria y se distingue precisamente por haber subrayado la necesidad de comprobar que las vacunas sean seguras antes de lanzarlas al mercado. Esta posición le aleja del presidente Donald Trump, que sí ha puesto fecha a la distribución de vacunas anti COVID-19 antes de final de año.
Arrecia la desinformación antivacuna
El movimiento contrario a las vacunas ha aprovechado la pandemia para intensificar la expansión de sus teorías, muy apoyadas por bulos. Los lemas anti-vacuna se han expresado incluso en manifestaciones, por ejemplo en Madrid o, con mucha mayor afluencia, en Berlín.
No hay todavía datos claros que permitan llegar a conclusiones sobre el efecto que esas protestas están teniendo en la percepción social de las vacunas. Para Amos García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología, explica a VerificaRTVE que la mejor prueba de que la población española está mayoritariamente a favor de estos remedios es la propia cobertura nacional de vacunación, que este experto sitúa en torno al 95% durante el primer año de vida, mientras que hay un 5% restante que incorpora a “niños con contraindicación” y también quedan fuera “ancianos en marginalidad, poblaciones migrantes, y padres y madres con dudas razonables sobre estos antídotos”.
La Federación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) ha realizado una encuesta con la siguiente pregunta: “Si mañana mismo estuviese disponible una vacuna para prevenir el COVID-19, ¿se la pondría?” Un 68% de los españoles encuestados sería favorable a recibirla (aunque el 36% de ellos confesó reticencias). Otro 23% muestra un nivel alto de reserva.
Según el barómetro de septiembre del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), el 44% de los españoles está dispuesto a vacunarse inmediatamente contra la COVID-19 cuando llegue este remedio, frente al 40,3% que rechaza aplicárselo. Teniendo en cuenta la incertidumbre que rodea las vacunas, no son porcentajes que puedan achacarse directamente a un posicionamiento anti-vacunas, sino que pueden responder a temores probablemente lógicos.
Del Val atribuye los movimientos antivacunas al “miedo” de algunas personas que “buscan culpables” cuando, en realidad, “nadie lo es”. Pese a los mensajes de este tipo difundidos en el contexto de esta pandemia, la viróloga sostiene que España es “uno de los mejores países de Europa en vacunación infantil”.
Sobre los progenitores que no quieren vacunar a sus hijos, Margarita del Val cree que “hay que entender por qué tienen esa conducta irracional, intentar contestar a todas sus dudas y darles seguridad y confianza”. Y avisa de que “no vale ridiculizarles”, ya que su postura se debe a una “información que les ha desconcertado”. “No son un movimiento homogéneo”, explica Amos García, quien matiza: “Algunos se preguntan por qué van a proteger a sus hijos contra una enfermedad que no se ve, con ellos hay que hablar; con los que se niegan frontalmente a las vacunas, es más complicado”.
Robert F. Kennedy: un conocido antivacunas
Robert F. Kennedy creó y preside la asociación sin ánimo de lucro por la “Defensa de la Seguridad de los Niños” (“Children Health’s Safety”), que ha vinculado las vacunas con la aparición de enfermedades y trastornos como el autismo, algo que es falso. En 2005 publicó un artículo en la revista Rolling Stone en el que defendía este tipo de teorías. También se publicó en el medio Salon.com, que después lo eliminó ante los “errores” que contenía.
Miembros de la propia familia Kennedy han llegado a reconocer que “es un caso aparte” y que “está totalmente equivocado en lo referente a las vacunas”, unas críticas a las que Robert F. Kennedy respondió: “No soy antivacunas, solo quiero vacunas seguras, que pasen robustos test de seguridad”.
La última aparición pública de Robert Kennedy Jr. se ha producido en la manifestación negacionista del 29 de agosto en Berlín. En este evento pronunció un discurso en el que aseguró que las autoridades están utilizando la pandemia y las cuarentenas para infundir “miedo” a la población, “esclavizarla” y “destruir las instituciones de la democracia”.
Desde Verifica RTVE podemos concluir que a día de hoy no hay evidencias de que las vacunas ARNm en desarrollo frente al coronavirus modifiquen el material genético de aquellos que las reciben. Tampoco se han demostrado efectos adversos graves ni irreversibles, y la experiencia científica disponible muestra que pueden contribuir a la producción de anticuerpos para luchar contra la enfermedad.