El impacto de la pandemia en la juventud: solo el 33% tiene un empleo y muchos abandonan la búsqueda activa
- Un tercio de quienes sí tienen trabajo corren el riesgo de perderlo, advierten desde INJUVE
- Coronavirus: última hora en directo | Mapa de España | Mapa mundial
- Municipios confinados | Evolución de la curva | Qué se sabe de la vacuna
Los jóvenes son quienes están experimentando con mayor intensidad los efectos de la crisis económica que ha desencadenado la pandemia de COVID-19: tras los meses de confinamiento, solo el 33,5% tiene un empleo y la tasa de actividad ha bajado del 50% por primera vez en la última década.
Así lo refleja el informe "Juventud en riesgo: análisis de las consecuencias socioeconómicas de la COVID-19 sobre la población joven en España", elaborado por el Instituto de la Juventud (Injuve) y el Consejo de la Juventud de España y presentado este miércoles.
Los datos de la EPA muestran que la destrucción de empleo ha sido muy intensa entre la población joven entre el primer y el segundo trimestre de 2020. En el mes de julio, solo tenían empleo el 33,5% de las personas de 16 a 29 años, es decir, dos de cada tres no estaban ocupados (incluyendo en este cálculo a aquellas en situación de ERTE). La tasa de empleo ha caído siete puntos con respecto al segundo trimestre de 2019.
La tasa de actividad cae "hasta cotas nunca vistas en la última década"
La tasa de paro de la población joven en el segundo trimestre se ha situado en el 30,0%, mientras que el aumento entre la población de 30 a 64 años ha sido “mucho más suave” (0,34 puntos en comparación al primer trimestre de 2020, frente a los 4,83 puntos de la población joven).
A esto hay que sumar otro dato muy relevante sobre el que alerta INJUVE: la tasa de actividad joven -- que mide la proporción de personas jóvenes que tienen un empleo o lo buscan activamente-- ha retrocedido hasta cotas nunca vistas en la última década. Del 54,2% del pasado año al 47,9% actual, frente a una caída del 80,9% al 77,6% entre la población de 30 a 64 años.
“Estos datos apuntan a un fenómeno que ya conocimos durante la última crisis (2008-2014). Probablemente muchos jóvenes, ante la imposibilidad de encontrar un empleo en las actuales circunstancias y, como ocurrió entonces, se refugian en los estudios pasando a integrarse en la población inactiva”, señala el informe, que pretende “calibrar” las secuelas que esta nueva crisis deja en las expectativas y la incorporación laboral de la población joven.
Por otro lado, el estudio apunta que la ocupación juvenil en empleos estacionales de verano registró una caída interanual del 14,1% en el mes de julio.
Numerosos jóvenes con contratos precarios han sido despedidos
En el segundo trimestre de 2020 también se observa que la población joven ocupada en empleos vulnerables se ha reducido de manera notable, del 72,1% del primer trimestre de 2020 o el 74,7% del segundo trimestre de 2019, al actual 67,5%. La mayor disminución ha concentrado entre la población con contratos temporales en el sector privado.
Sin embargo, “lo que a priori podría parecer una buena noticia también puede interpretarse como un síntoma de que muchos de los empleos precarios que existían han sido los primeros en desaparecer”, advierte el informe.
Otro indicio que permite “sospechar” que las personas jóvenes más afectadas por la pérdida de empleo han sido las que previamente se encontraban en una posición estructural más débil ha sido que, por primera vez desde 2014, la tasa de temporalidad, esto es, el porcentaje de personas asalariadas con un contrato temporal, se ha situado por debajo del 50%, tras sufrir una brusca caída en el segundo trimestre de 2020.
“Si, tal como ocurrió justo después de 2008, la temporalidad disminuye, es porque muchos contratos temporales que seguían vigentes hasta entonces se extinguen o no se renuevan en un contexto en el que muchas empresas difícilmente pueden preservar su estructura de personal”, sostiene el informe.
El 29,6% de los jóvenes empleados está en riesgo de perder su trabajo
A partir de los datos de la EPA, el informe proporciona una aproximación al alcance de los ERTE entre la juventud y apunta que el 29,6% de toda la población joven ocupada podía encontrase en julio de 2020 en situación de ERTE o similar y "afronta un riesgo importante" de perder su empleo "por trabajar en sectores vulnerables".
Por Comunidades Autónomas, se observa que Islas Baleares y Canarias, donde el sector turístico tiene un peso muy determinante en la estructura económica, son los territorios donde más personas jóvenes ocupadas están afectadas por ERTE, más del 40% del total.
Además, las probabilidades de estar trabajando en sectores que han cerrado durante la pandemia también son mucho más elevadas entre las personas jóvenes (19,4%) que entre las personas de 30 a 64 años (11,7%).
Los jóvenes, despedidos "a bajo coste en épocas de crisis"
Como conclusión, el análisis subraya que, una vez finalizado el estado de alarma y durante el segundo trimestre de 2020, las consecuencias de la incipiente crisis económica derivada de la COVID-19 “comienzan a hacerse notar con especial virulencia entre la juventud española”.
Respondiendo a la dualidad laboral característica de la estructura productiva del país, las personas jóvenes están experimentando especialmente las consecuencias en forma de aumentos extraordinarios de la tasa de paro e importantes retrocesos en la ocupación y el empleo estacional.
Muchas de ellas intensifican el abandono del mercado laboral que arrancó en 2008, con una tasa de actividad que desciende actualmente hasta el 47,9%.
En todos los casos, dice el estudio, las cifras reflejan “una pauta dual característica cíclica” del sistema productivo español: “las personas jóvenes, cuyos empleos son mayoritariamente temporales y precarios, son despedidas (o no renovadas) a bajo coste en épocas de crisis”.
“La crisis actual amenaza con impactar con mayor severidad en aquellos sectores no esenciales y de baja productividad tradicionalmente asociados a la empleabilidad joven con lo que, cuando finalicen los ERTE, la dinámica de despidos asociada a los contratos precarios de las personas jóvenes puede poner en peligro la empleabilidad de más de la mitad de la juventud española”, advierten desde Injuve.