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Coronavirus

¿Conseguirá España evitar la tercera ola de la pandemia o ya la tiene encima?

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Un operario municipal realiza labores de desinfección en una plaza de Ourense.
Un operario municipal realiza labores de desinfección en una plaza de Ourense.

La epidemia de COVID-19 podría encontrarse en fase de estabilización en España, el escenario "previo" a un posible descenso de ese segundo pico epidémico que afronta el país. Eso es, al menos, lo que cree el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, quien también opina que "es posible" que una tercera ola de la pandemia "no llegue a España" o que, si lo hace, sea de forma "suavizada". Todo dependerá, aclara, de las medidas que adopten las administraciones y de la responsabilidad individual de los ciudadanos.

Sin embargo, los expertos consultados creen que las palabras del director del CCAES podrían pecar de exceso de optimismo. España ha batido este viernes su récord diario de contagios, con más de 15.000 nuevos casos; mientras la OMS advierte que las UCI en Europa pueden llegar al límite en las próximas semanas, en un continente que ha visto cómo el virus se desbocaba coincidiendo con el inicio del otoño. Incluso el ministro de Sanidad español, Salvador Illa, vaticinaba que aún tenemos por delante al menos seis meses "complicados", en los que se podrían endurecer las medidas; por lo que pedía a los ciudadanos que se preparen para una Navidad "que no será normal".

Mientras en otros países no europeos ya se habla de tercera ola de la pandemia de coronavirus, España apenas ha tenido un respiro desde que finalizó el proceso de desescalada a finales de junio, y es difícil saber si el país atraviesa solo la segunda ola o si ya tiene encima la tercera. A estas alturas, lo único que está claro es que existe una transmisión comunitaria descontrolada en muchas zonas del territorio nacional.

En lo positivo, al menos las medidas adoptadas por las distintas administraciones parecen estar teniendo efecto y el ritmo de contagios se ha conseguido frenar. Pero es una mejoría que se antoja insuficiente para los expertos.

"Ya no estamos registrando los incrementos de contagios que hemos tenido desde aproximadamente la mitad del mes de julio, en pleno verano, que era algo que no esperábamos", afirma a RTVE.es José Jonay Ojeda, portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), aunque matiza que "eso no quita que tengamos un nivel muy importante de contagios". Este especialista en salud pública opina que es una "buena noticia" que no sigan subiendo, aunque también que es una "mala noticia" que esté en un nivel tan alto, por lo que pide que "todo el esfuerzo vaya encaminado a conseguir que ese nivel baje".

La OMS advierte que las UCI en Europa pueden llegar al límite en las próximas semanas.

La OMS advierte que las UCI en Europa pueden llegar al límite en las próximas semanas. EFE / MARCIAL GUILLÉN

Una segunda ola muy precoz en España

Las previsiones iniciales estimaron que la segunda ola podría llegar a España durante el otoño, coincidiendo con el cambio estacional, e impulsada por la vuelta al trabajo y a las aulas. Una vez más, como tantas veces ha ocurrido con este virus, los cálculos no se cumplieron. Apenas hubo tregua veraniega, y España comenzó a adentrarse en la segunda ola de una manera muy precoz con respecto al resto de países europeos, que han tardado más tiempo en alcanzarla, aunque tampoco han podido escapar al nuevo zarpazo de la epidemia.

Jonay Ojeda (SESPAS): En España es complicado saber si se trata de la segunda o de la tercera tercera ola.

"Estamos viendo que la gran mayoría de países de nuestro entorno, incluidos los del hemisferio sur, están en una situación parecida, en la cual después de un cierto control de la transmisión comunitaria del virus, esta ha llegado otra vez a unos niveles muy importantes. Y en España es complicado saber si se trata de la segunda o de la tercera ola", explica Ojeda.

El portavoz de SESPAS estima que "probablemente el nivel de contagios y de transmisión comunitaria se mantengan durante mucho tiempo", aunque aclara que, en cualquier caso, "el escenario deseable no es llegar a las medidas tan drásticas que se pusieron en marcha durante la primera ola".

"No tiene por qué ser siempre el confinamiento; hay otras como restricciones de aforos, limitar las actividades en espacios cerrados y favorecer las que se desarrollan en espacios abiertos… Vamos a tener que buscar un equilibrio", enfatiza, porque "aunque no se trata de una dicotomía entre economía y salud, evidentemente, en lo económico, la pobreza tampoco es buena para la salud".

Diferencias entre las comunidades autónomas

Toda ola epidémica comienza con pequeños brotes que escapan a los sistemas de detección y se descontrolan, creciendo exponencialmente. Cuando la transmisión está aún en un nivel manejable, la contención es lo más importante, con medidas como la detección precoz en atención primaria o el rastreo de contactos. Pero si el virus consigue desbordar esta barrera, entonces la epidemia entra en una fase de crecimiento abrupto, que ya solo puede controlarse con medidas de mitigación.

La primera ola se dibujó de manera muy clara en España. Su impacto fue muy similar en todo el territorio nacional, hasta que fue doblegada con las medidas más duras que se recuerdan en décadas. Pero aproximadamente en la segunda mitad del mes de julio, el país comenzó a verse sacudido por una segunda ola, y dio paso a un escenario más complejo, caracterizado por acusadas diferencias en la situación epidemiológica de cada comunidad autónoma, en cuyos gobiernos recayó la misión de gestionar las estrategias de salud pública.

"De alguna manera, la segunda y la tercera ola se solapan en España", explica a RTVE.es Rafael Ortí, presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH), quien cree que "probablemente, a partir de ahora la ola nacional no va a ser tan definida en su subida y bajada, sino que va a haber una bajada más sinuosa que va a depender de lo que hagamos los ciudadanos o de lo que hagan en las comunidades autónomas, con Madrid y Cataluña marcando el dibujo global".

"La segunda ola la hemos visto bastante marcada globalmente donde hay más población y donde se ha concentrado el turismo en verano. Yo lo que dudo es que podamos distinguir entre la segunda y la tercera, eso es lo que no tengo claro" opina Ortí, que es jefe del servicio de Medicina Preventiva del Hospital Clínico de Valencia.

Rafael Ortí (SEMPSPH): Tendríamos que ser muy torpes para que alguna de las olas posteriores sea tan dañina como la primera.

Aunque cree que "vienen meses duros por delante", también parece tener claro que "ninguna de las olas posteriores será tan dañina como la primera". "Tendríamos que ser muy torpes, y eso que lo hemos sido bastante", valora.

"Vemos las olas muy grandes porque tenemos muchos casos asintomáticos, pero si nos fijamos en los ingresos, incluso en Madrid que es donde peor se ha estado, estamos lejos del nivel de la primera ola. Ahora además estamos utilizando medidas de barrera como las mascarillas, estamos evitando espacios cerrados… Estamos haciendo muchas cosas que ya no tienen vuelta atrás y que la gente va a seguir haciendo", expresa.

Un sistema sanitario "agotado" y "saturado"

José Jonay Ojeda, portavoz de SESPAS, coincide en esbozar una situación muy diferente a la vivida en los primeros meses de la pandemia: "Ahora nuestra capacidad de detección es mucho mayor, y sabemos también con respecto a la primera ola que a igual número de casos, estamos teniendo un perfil de contagiados y enfermos más leve". Sin embargo, destaca un hecho para él muy preocupante: "El sistema sanitario está agotado y vuelve a estar saturado sin que tengamos ni esas cifras de mortalidad ni de ocupación hospitalaria que tuvimos en la primera ola".

Jonay Ojeda (SESPAS): Nos enfrentamos a un escenario de convivencia con el virus largo.

"¿Tenemos meses duros por delante? Muy probablemente sí, pero no debemos condicionar el que esos meses puedan ser duros o no por el hecho de que venga el invierno. Son duros porque en nuestro país y en la mayoría de países de nuestro entorno tenemos niveles de transmisión muy alta y eso hace que sea como un bosque seco en el que no se han limpiado todas las hierbas, y en cualquier momento puede haber un incendio", continúa Ojeda, aceptando el hecho de que para poder bajar esos niveles de transmisión "en algunos casos hagan falta medidas restrictivas". "Habrá que ir territorio por territorio y situación por situación, pero es muy fácil que sea así", determina.

Sobre la posibilidad de que se produzcan futuras olas de forma sucesiva, este experto en salud pública destaca el factor que está llamado a marcar el verdadero ritmo de la pandemia: las soluciones terapéuticas. "Si tenemos el infortunio de que se prolongue mucho conseguir una vacuna o un tratamiento efectivo, pues tendremos terceras y cuartas olas, seguro", manifiesta, lo que le lleva a considerar que "no va a ser un proceso fácil" y que, incluso en el mejor de los casos, "nos enfrentamos a un escenario de convivencia con el virus largo".