La brecha digital, una piedra en el camino del progreso
- La falta de internet de calidad es una de las demandas más generalizadas de algunos pueblos
- La fibra óptica no llega a ninguna localidad con menos de 5.000 habitantes
Teletrabajar o estudiar a distancia es una utopía en muchos pueblos de España. La falta de internet de calidad es una de las demandas más generalizadas del mundo rural. La fibra óptica no llega a ninguna localidad con menos de 5.000 habitantes.
“Esta es la verdadera brecha entre españoles: tener o no tener acceso a internet” protesta Tomás Guitarte, diputado en el Congreso por Teruel Existe. Hemos quedado con él delante de la puerta de los leones de las Cortes. Nos hace una demostración de la penuria digital que sufre él personalmente: “Aquí en el Congreso nos dan una tableta para trabajar. Yo puedo trabajar aquí, en Madrid, porque llevo aquí toda la información todo lo que hacemos, pero cuando llego a Cutanda, no puedo”.
Cutanda (Teruel), es su pueblo, uno de los minúsculos municipios de la España vaciada. Con treinta habitantes en invierno tiene oficialmente fibra óptica, pero no llega a las viviendas. “Es como si nos faltara el agua potable o la luz”, ha señaldo Guitarte, “si las empresas privadas no llegan porque entienden que no es rentable, la administración tiene que velar porque eso se haga de oficio, con una empresa pública o como sea.
Si no podemos tener ahora a una población sin luz, sin agua potable, tampoco la podemos tener sin banda ancha, sin conexión con las telecomunicaciones porque es ya un bien universal. Yo mismo me interesé por tener buena conexión a internet en Cutanda y me comentaron en las compañías que no podían instalarlo, ni incluso ofreciéndome a pagar el coste de llevarlo hasta mi casa. Me dijeron que no”.
Internet no llega al 15% de los pueblos más pequeños
En Cutanda nuestros compañeros del Centro Territorial de Aragón comprueban que la fibra óptica llega hasta las antiguas escuelas del pueblo hoy cerradas. Y ahí se queda. Un vecino comenta indignado “cuando ves que estando ahí, no se han molestado en llevar la fibra hasta las casas da rabia. O sea, han hecho lo gordo y no la calderilla.”
Según cifras oficiales, el 90% de los pueblos españoles tienen conectividad óptima a internet. Pero la realidad es muy distinta: no llega ni al quince por ciento de los pueblos más pequeños, los de menos de mil habitantes.
Es el caso de otra localidad turolense, Bueña, 30 habitantes, donde vive Beatriz Martín, senadora de Teruel Existe, “anoche empecé a subir un video que tiene 96 megas, unos diez minutos de video, y todavía queda un 50% por subir”. Beatriz se conecta para demostrarnos la falta de calidad del servicio. “¿Veis cómo se corta la señal? Y entonces cuando me falla la conexión aquí, en casa, pues salgo fuera y me conecto desde la calle. Tengo amigos que me dicen que se quedarían temporadas a vivir aquí, pero visto esto ni se lo plantean.”
Para las operadoras de telecomunicaciones los pueblos no existen. Ni siquiera los atienden con las fuertes subvenciones del 70% que les da la administración. “El libre mercado no garantiza la cobertura de servicios básicos”, ha afirmado contundente el diputado Tomás Guitarte. “En Cutanda, en los pueblos, se pagan los mismos impuestos que en Madrid, el mismo IRPF en función de las ganancias, entonces hay derecho a que se nos dote de los mismos servicios.”
La ONU considera el acceso a internet un derecho
Desde 2011 la ONU considera el derecho de acceso a internet un derecho humano, básico. Pero está aún por conquistar para la España rural.
Es lo que explica la alegría contagiosa de Mario Muñoz, Ingeniero Técnico de Sistemas natural de Aliseda (Cáceres), 2.000 habitantes. Desde su condición de youtuber de pueblo alentó una campaña en redes a favor de la fibra óptica para el mundo rural y la consiguió finalmente el pasado verano.
Viendo la velocidad de descarga que ha conseguido en su terminal no cabía en sí de gozo, “en mi vida he visto yo estos valores… conforme se ha ido el técnico para celebrarlo me he comido un kiwi. Para tener fibra de las dos: de un kiwi y un melocotón”, ha matizado.