El participante fallecido en los ensayos de la vacuna de Oxford en Brasil no habría recibido ninguna dosis
- El voluntario pertenecería al grupo de control, por lo que se le habría administrado placebo
- La fase 3 de esta vacuna, desarrollada junto con la farmacéutica AstraZeneca, prosigue con normalidad
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El voluntario fallecido durante el ensayo en Brasil de la vacuna experimental de la Universidad de Oxford contra la COVID-19 no habría recibido ninguna dosis del fármaco, por lo que el proceso ha continuado con normalidad. Tal y como se infiere de las declaraciones de la institución británica y del organismo brasileño regulador de fármacos, el fallecido pertenecería al grupo de control y por lo tanto habría recibido placebo -una sustancia inocua- en lugar de la vacuna. "Después de evaluar cuidadosamente el caso, en ningún momento se ha visto comprometida la seguridad del ensayo clínico", ha manifestado la institución británica.
Como es habitual en todos los ensayos clínicos cuya misión es comprobar la seguridad y eficacia de los fármacos, el estudio se realiza de manera aleatorizada, doble ciego y controlado con placebo. Esto significa que existe un grupo de control al que no se le administra el medicamento experimental, sino una sustancia inocua. Ni los científicos que gestionan el ensayo ni los participantes conocen a quién se le ha administrado la vacuna y a quién el placebo, de ahí lo de "doble ciego".
Decenas de miles de voluntarios de diferentes edades
El proyecto del Instituto Jenner de la Universidad de Oxford, desarrrollado junto con la farmacéutica AstraZeneca, utiliza una versión atenuada del virus del resfriado común de los chimpancés. Los investigadores calculan su probabilidad de éxito en un 80%, y llevan meses desarrollando la fase 3, la previa a la comercialización, con decenas de miles de voluntarios de diferentes edades en países especialmente azotados por la pandemia, como Brasil, Estados Unidos, Sudáfrica o Reino Unido.
Según sus estimaciones, si finalmente esta vacuna experimental demuestra su seguridad y eficacia, podría estar ya disponible para diciembre de este año o enero de 2021, puesto que su producción se inició en paralelo a las pruebas clínicas hace meses.
La Comisión Europea (CE) firmó un contrato con AstraZeneca para el suministro de hasta 300 millones de dosis, destinadas a la población de la Unión Europea. España se ha asegurado más de 30 millones de dosis, de las que podría recibir una partida inicial de tres millones este mismo mes de diciembre. El propio ministro de Sanidad español, Salvador Illa, recalcó el pasado lunes que alrededor de 3,1 millones de dosis llegarían ya en diciembre si el fármaco supera todos los filtros de seguridad.
El optimismo del ministro español se corresponde con las altas expectativas que ha generado esta vacuna experimental, que está muy cerca ya de ofrecer unos resultados suficientemente concluyentes en cuanto a su seguridad y eficacia, a partir de los que se podría ya autorizar su administración a los ciudadanos.
El pasado fin de semana, el diario The Times desveló que el sistema público de salud británico se prepara para comenzar a administrar esta vacuna contra el coronavirus "poco después de las Navidades". El periódico aseguraba que el viceconsejero médico del Gobierno británico, Jonathan Van-Tam, habría comunicado a algunos diputados que el avance de la fase 3 de los ensayos clínicos de la vacuna creada entre la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca indica que "una administración masiva está en el horizonte tan pronto como en diciembre".