Joe Sacco: 'La falta de respeto por la naturaleza es uno de los motivos de la pandemia de coronavirus'
- El maestro del periodismo gráfico nos habla de su nuevo libro: Un tributo a la tierra
- Narra cómo la sobreexplotación de recursos ha cambiado la vida de los nativos canadienses
Joe Sacco (Malta, 1960) está considerado el maestro del periodismo gráfico gracias a sus premiados trabajos como Palestina: en la franja de Gaza, Gorazde: Zona Protegida o El mediador, en los que usó el cómic para documentar las consecuencias de los conflictos bélicos en las personas. Después de diez años sin acometer proyectos periodísticos tan ambiciosos, nos sorprende con Un tributo a la tierra (Reservoir Books), en el que narra cómo la explotación desmedida de los recursos naturales ha llevado a una situación límite a los nativos canadienses.
Joe Sacco nos atiende por videoconferencia desde su casa en Portland (Oregón), donde también están confinados. “La falta de respeto por la naturaleza es uno de los motivos por los que tenemos esta pandemia de coronavirus -asegura-. La tierra es algo que deberíamos cuidar porque no podemos vivir sin ella y cuando desaparezca no nos quedará nada”.
“Aquí en Portland -continúa-, la gente teletrabaja, los restaurantes están cerrados y hay muchos sin techo en la calle. Mi sensación es que si esto continúa durante mucho tiempo las ciudades van a colapsar. Pero eso no significa que volvamos a la naturaleza. Lo que he aprendido de los indígenas es que tratan a la tierra con una humildad que es nueva para mí. Ellos dicen que son propiedad de la tierra, mientras que nosotros opinamos que nos pertenece. Creo que es una lección de respeto con la tierra que los occidentales deberíamos aprender de ellos”.
La lucha contra el capitalismo colonialista
El cómic narra la resistencia de la comunidad indígena de los denes frente al colonialismo de los gobiernos e industrias que explotan sus importantes recursos minerales como el petróleo, el gas, los diamantes o la madera. “Quería romper con el tema del conflicto de mis anteriores obras. Pero vayas donde vayas te encuentras con conflictos. Mi trabajo tiene que ver con personas oprimidas de un modo u otro y eso también pasa con los indígenas de Canadá”
“El conflicto empieza por la tierra -continúa-. El gobierno de Canadá quería controlar la tierra y para ello tenía que controlar a las personas que vivían en ella y romper su vínculo con la tierra. Y eso se hizo con violencia y a través de la educación, llevando a los hijos de los indígenas a internados donde les enseñaban inglés para que olvidasen su propio idioma y su conexión con su tierra”.
Preguntamos a Sacco cómo pueden resistir esos pueblos ante esta colonización: “Es una lucha muy difícil. Lo que he observado con los más jóvenes es que intentan reconectar, como comunidad, con lo que les hacía más fuertes. Para la ellos la cultura y la política son cosas que van de la mano y por eso quieren rescatar sus costumbres, reaprender su idioma que se está perdiendo y retomar su relación con la naturaleza. Hay gente joven que ha crecido en la ciudad y está volviendo a aprender a cazar y a vivir de la tierra. Algo casi romántico pero que, a la vez, es una tarea titánica para esa gente”.
“Los denes ven el cambio climático en tiempo real”
Sacco confiesa que: “quería hacer un libro que hablara sobre el cambio climático. Y eso pasa por las zonas donde viven los pueblos indígenas y hay recursos naturales. Al principio pensé irme a Sudamérica, pero alguien me comentó lo que pasaba en Canadá y pensé que iba a ser una cosa sencilla cerca de casa. Pero descubrí cosas increíbles”.
“Por ejemplo -continúa- que el colonialismo, que yo pensaba que era cosa del pasado, sigue teniendo muchas repercusiones en la actualidad. Sigue siendo un concepto que no ha muerto. No sé cuál será la solución al colonialismo, pero el primer paso es reconocer que sus efectos todavía duran, que no es una cosa del pasado. Hay que examinar esos efectos”.
Volviendo sobre el cambio climático Sacco asegura que: “Mucha gente piensa que es un gran problema pero que llegará dentro de cincuenta años, con lo cual no es su problema. Es una cosa que parece muy distante. Pero es una amenaza para las personas y el objetivo de este libro era denunciarlo. Y las primeras personas afectadas por el abuso de los recursos naturales han sido esos indígenas a los que se les han quemado los recursos”.
“Yo soy muy pesimista respecto al cambio climático -añade- porque creo que no nos enfrentamos a los problemas hasta que son una crisis total. Como el caso del COVID 19. Los científicos llevan años avisando de la posibilidad de una pandemia y nadie se había preparado. Eso pasará también con el cambio climático. Cada uno esperará a que afecte a su país para hacer algo. Y Trump a ese respecto es un drama, una auténtica catástrofe. Y no es el único, me pregunto si hay políticos dispuestos a afrontar de verdad un problema futuro si tenemos que cambiar nuestra vida hoy”.
En el cómic podemos comprobar cómo ha cambiado ese cambio climático la vida de esas tribus de Canadá: “Los denes lo están comprobando porque cada vez hay menos peces en sus lagos y en sus ríos. Es también muy evidente en las “carreteras de invierno”. A estas comunidades solo puedes llegar en vehículos conduciendo sobre el hielo. Porque el resto del año el camino es lodo sobre el que no se puede conducir. Y estos períodos de carreteras heladas cada vez son más cortos. Ellos ven los efectos del cambio climático en tiempo real”.
Un “genocidio cultural”
Joe Sacco califica el caso de los denes como un auténtico “genocidio cultural”, ya que el gobierno canadiense quitaba los niños a sus padres y los metía en internados con la excusa de darles una educación. Allí los obligaban a hacerse católicos y muchos sufrían violaciones e incluso fallecieron. “Fue un intento de acabar con esas lenguas autóctonas pegando a los chavales cuando las usaban -asegura-. Y cuando los niños volvían a sus comunidades ya no hablaban su lengua nativa, ni siquiera podían comunicarse con sus padres”.
“Muchos -continúa- sufrieron traumas psicológicos por las violaciones y el no poder comunicarse con su familia generó un gravísimo problema de alcoholismo en las comunidades indígenas que está directamente conectado con esa ruptura de la cultura. La gente se ‘automedica’ para compensar el dolor que sufren. Eso me impresionó muchísimo, entender las consecuencias de perder el idioma de un pueblo”.
“Hubo una comisión que investigó lo que había pasado en esos internados y se evaluaron los daños y cómo se debía compensar al pueblo indígena –añade Sacco-. Les dieron miles de dólares, pero el problema era que dabas dinero a personas que podían tener una adicción al alcohol por los traumas, por lo que muchos se emborrachaban y morían congelados en las calles. A muchos ese dinero les sirvió para matarse”.
“Esa comisión de investigación concluyó que se había cometido un ‘genocidio cultural’ con esa gente, lo que son palabras mayores. Desgraciadamente el dar dinero a los afectados no puso punto final al problema. Las implicaciones continúan hoy en día y Canadá debería ayudar a esas comunidades. Aunque en Estados Unidos fue mucho peor, porque el genocidio de los indígenas fue muy físico y sigue sin haber ningún interés por saber lo que pasó durante el periodo de colonización”.
Convirtiendo la investigación periodística en un cómic
“El viaje de investigación duró tres semanas -asegura Sacco-. Recorrí los territorios del río Mackenzie desde Yellowknife, que es la capital de los territorios del norte, hasta Norman Wells. Cuando me di cuenta de que merecía la pena hacer un libro regresé otras tres semanas para hacer el trabajo de campo”.
“Luego -continúa- regresé a casa, escribí el guion y empecé a dibujar. El dibujo me llevó unos cuatro años. Cuando pones tanto detalle en las viñetas se necesita tiempo. Por eso se necesita mucho compromiso para hacer este tipo de cómics, porque llevan muchísimo trabajo”.
“Si haces periodismo tienes que ser honesto con lo que ves -continúa-. Había gente que me decía que no sacará el tema de los internados o el alcoholismo. Pero si haces periodismo tienes que contar lo que ves. El secreto del periodismo es que a la gente le gusta hablar de sí mismos y si estás con ellos y los animas terminarán hablando”.
En cuanto al dibujo Sacco asegura que: “Hay gente que dice que en mis libros hay un exceso de detalles, pero yo quiero rendir tributo a la gente y los lugares que he conocido. Quiero transmitir lo que la persona siente y poner la máxima emoción posible de mí mismo, para dar al lector un sentido claro de estar en ese lugar. Para mí es importante ser preciso porque hablas de una cultura de otra gente y de cómo viven. Quiero que el lector pueda saborear en su boca lo que significa estar en lugares tan increíbles como los territorios del noroeste”.
Sus proyectos
Sobre sus proyectos, Joe Sacco asegura que: “Quiero seguir haciendo periodismo porque me encanta estar sobre el terreno y hablar con la gente. Es un privilegio que disfruto mucho. Pero también quiero hacer otras cosas distintas. Como mi libro La Gran Guerra (sobre la I Guerra Mundial), que fue un intento de no pensar en historias individuales, e intentar discernir cómo actúa la gente en masa. Descubrir otros aspectos de la psicología humana. Solemos pensar que el trabajo colectivo es bueno pero también se puede canalizar con objetivos catastróficos como las guerras”.
“Ahora trabajo en un libro underground, filosófico y espero que divertido, que aborda muchos temas en los que he estado reflexionando y que no puedo incluir en mis libros de periodismo. El periodismo ha despertado muchas preguntas que no puedo responderme de forma periodística y en eso estoy” -concluye Sacco-.