"Otra vez comunica..." El atasco telefónico complica el día a día de un centro de salud madrileño
- El centro de salud de Daroca está colapsado telefónicamente
- Los usuarios se quejan de la dificultad de acceso y los profesionales se dicen desbordados
El Centro de Salud Daroca, junto a la madrileña plaza de toros de las Ventas, da servicio a una población cercana a las 60.000 personas. Desde que empezó la pandemia parece vacío, pero es un espejismo provocado por las normas de prevención de contagios. El centro está desbordado pero por vía teléfonica.
Sus médicos de familia dedican la mayor parte de su jornada a llamar a sus pacientes, entre 50 y 60 al día cada uno. Las visitas presenciales son muchas menos. El teléfono es la nueva sala de consulta y la nueva sala de espera.
"Se nos pueden pasar cosas que no estamos viendo"
"No te cogen el teléfono y no te llaman para las citas", se queja un joven con aspecto griposo en la cola de acceso al centro. "Mi hermana tiene positivo en coronavirus y yo llevo cuatro días sin que me hagan la PCR, así que he venido sin cita". Su caso es frecuente. "Llevo toda la mañana llamando y no hay manera, me cuelgan", apunta, en la misma fila, Ignacio, también familiar de contagiados de coronavirus. Los dos saldrán por la puerta minutos después con citas para otro día.
"No es que no se coja el teléfono, es que el volumen nos desborda", responde Esther, administrativa del Daroca. Del centro salen cada día unas 3.000 llamadas; se reciben unas quinientas. Muchas más se pierden, admite la directora, la doctora Juana Sánchez, inquieta porque el teléfono tampoco es la forma ideal de consulta.
"Se nos pueden pasar cosas que no estamos viendo. La exploración física es algo que el médico necesita. Cuando hay cosas hay que mirarlas", subraya.
Faltan administrativos para coger el teléfono
Los profesionales del centro, médicos, enfermeros y administrativos, se dicen desbordados. Y los usuarios se quejan de la dificultad de acceso. El cuello de botella está en la centralita, con solo cuatro terminales disponibles.
En un momento de estrés en todo el sistema de salud, la directora de este centro en primera línea de la pandemia tiene claro cuál es su necesidad más urgente: "necesito personal que me coja los teléfonos".
Sánchez está dispuesta a habilitar teléfonos móviles en la mesa de recepción, si consigue que le envíe más administrativos para utilizarlos."La gente piensa que no se lo cogen, pero es que está comunicando", insiste.