El ex número 2 de Interior declara que Fernández Díaz conocía la Operación Kitchen
- Es la tercera vez que el juez Manuel García-Castellón le llama a declarar como imputado por su papel en el caso
El exsecretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez ha asegurado este jueves que el exministro del Interior Jorge Fernández Díaz conocía la Operación Kitchen sobre el espionaje al extesorero del PP Luis Bárcenas en busca de documentos comprometedores de dirigentes del PP, y que le pedía reportes, según han informado fuentes jurídicas a TVE.
El que fuera número dos del Ministerio del Interior en la etapa de Fernández Díaz ha declarado ante el juez del caso Villarejo como imputado en la pieza "Kitchen". Durante su declaración, que se ha prolongado algo más de tres horas, ha explicado que en julio de 2013, el entonces ministro le pidió información sobre si la policía tenía un confidente que fuera una persona cercana a Bárcenas.
Para confirmarlo, ha explicado Martínez, él se lo preguntó al entonces director adjunto operativo (DAO) del cuerpo policial Eugenio Pino, y que este le dijo que sí. También ha explicado que a continuación, él se lo reportó al ministro Fernández Díaz, quien le pidió que le mantuviera al tanto de cualquier novedad al respecto.
Según Efe, durante su declaración, Mártinez ha asegurado que el exministro le pidió que le confirmara si el chófer de Bárcenas, Sergio Ríos, que actuó como confidente en Kitchen y que está también imputado en la causa, era colaborador policial. Y ha relatado que entonces le preguntó a Pino por ello.
Las desavenencias con Villarejo
Ha explicado, además, que el excomisario Villarejo tenía instrucciones expresas de la Policía de reportar todo al Centro Nacional de Inteligencia (CNI), pero como luego el policía empezó a denunciar al CNI, surgieron las malas relaciones.
De hecho, las desavenencias con Pino hicieron que Villarejo dejara de ser el encargado de pagar al chófer - al que pagaban con fondos reservados-, tarea que se le trasladó al policía Andrés Gómez Gordo, exasesor de María Dolores de Cospedal y también imputado, según el mismo declaró en su día ante el juez. Según lo declarado, Villarejo trabajaba para la Policía y también compartía información con el CNI.
Al conocerse la investigación de la pieza Kitchen, Martínez, que en un principio negó cualquier vinculación con estos hechos, ha señalado que finalmente cambió de estrategia y optó por llevar ante notario los mensajes que había intercambiado con el exministro porque, según ha dicho, le dolieron las declaraciones en la que aseguró que no sabía nada de este caso.
En este sentido ha puntualizado que el hecho de que el ministro dijese que desconocía esta operación, algo que a su juicio es falso, no significa que las actuaciones fueran ilegales, y ha señalado que el objetivo no era el conseguir de documentos del PP sino de localizar las cuentas ocultas de Bárcenas en el extranjero y a sus supuestos testaferros.
Lo que sí ha negado es que existiese una operación llamada Kitchen, sino que se trató de una serie de actuaciones para vigilar un presunto blanqueo por parte de Bárcenas -tal y como argumentó en su día Eugenio Pino- y por eso, consideró lógico que hubiese un confidente como sucede en otras operaciones policiales.
También ha resaltado que alguno de los mensajes sobre la operación que dejó registrados ante notario no eran todos del exministro, sino que este le envió algunos que a su vez le fueron reenviados a Fernández Díaz por otra persona.
Además de dichos mensajes, en la causa constan conversaciones suyas en las que aseguraba que si a él lo llamaban a declarar, después tendría que hacerlo el exministro y "probablemente" Mariano Rajoy.
Tercera citación ante el juez de Martínez
La citación de este jueves es la tercera vez que el juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón le llama a declarar por su papel en la Operación Kitchen desde que le imputó el pasado mes de enero, después de que el exjefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO) de la Policía, el comisario Enrique García Castaño, "El Gordo", imputado como presunto colaborador en los negocios de espionaje de Villarejo, le implicara.
En las anteriores ocasiones, el que fuera 'número dos' del Ministerio dirigido por Jorge Fernández Díaz guardó silencio, ya que se acogió a su derecho a no declarar alegando que las actuaciones se encontraban bajo secreto de sumario.
A la declaración de este jueves solo ha podido asistir de forma presencial él y su defensa, mientras que el resto de abogados, tanto de la acusación como de otras defensas, han tenido que seguirla por videoconferencia. Así lo ha decidido el juzgado "ante la situación generada a raíz de la expansión de infecciones" por COVID-19 y debido a un cambio en la sala en que le tomará declaración.
El viernes será el turno de Fernández Díaz, imputado en la causa al considerar el juez que desde el Ministerio de Interior se habría "coordinado toda la operativa, presuntamente con la participación directa del ministro y actuando por delegación de este, al parecer, el secretario de Estado de Seguridad".