Sean Connery, la estrella que reinó tres décadas, en 10 películas
- Repasamos las mejores películas del icónico actor escocés
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Fundirse con un personaje icónico como Bond y, al mismo tiempo, ser una estrella no encasillada es casi un milagro que solo Sean Connery ha podido conjugar. La carrera del actor, fallecido a los 90 años, contiene muchas de las mejores películas de los años 60, 70 y 80, con obras maestras como El hombre que pudo reinar, Robin y Marian u Odio en las entrañas.
La lista de sus personajes intimida: James Bond, Robin Hood, Jim Malone, Guillermo de Baskerville, Henry Jones, Allan Quatermain, Ricardo Corazón de Léon. Pero también impresiona que una bestia de la fotogenia se adaptase sin problemas al cambio de paradigma industrial en los años 70, cuando los protagonistas dejaron de ser galanes.
A mediados de los 80 encadenó tres éxitos como secundario (Los inmortales, Los intocables de Elliot Ness e Indiana Jones y la última cruzada) que le dieron una cuarta vida en los 90 y le consagraron ya como efigie del séptimo arte para varias generaciones, aunque Connery se quitase importancia: “Quizá no sea un buen actor, pero habría sido mucho peor que cualquier otra cosa”.
Marnie, la ladrona (1964)
Connery, una estrella mundial ya gracias a James Bond, aceptó porque pensaba que Grace Kelly sería la protagonista y “tenía curiosidad”. Finalmente fue Tippi Hedren la protagonista del suspense psicológico de Alfred Hitchcock. Connery, que confesaba que ser un actor especialmente intenso, recordaba que Hitchcock lo era aún menos y que cada vez que preguntaba algo, el director le respondía: “Oh, déjalo, solo es una película”.
La colina de los hombres perdidos (1965)
La publicidad anunciaba la película de Sidney Lumet con el reclamo de que se podía ver a Connery “como nunca se le había antes”. Con La colina de los hombres perdidos el actor entraba en un realismo sucio, en el papel de un soldado contestatario condenado a subir y bajar una y otra vez la misma colina.
Odio en las entrañas (1970)
Una obra maestra y una de las películas más comunistas realizadas en Hollywood. Richard Harris interpretaba a un policía que se infiltraba como minero en Pensilvania para descubrir a miembros de Molly Maguires, una sociedad secreta irlandesa del siglo XIX, que lideraba el carismático personaje de Connery, y luchaba por los derechos de las clases desfavorecidas.
El viento y el león (1975)
En los 70, el cine de histórico de aventuras fue una constante par Connery. El viento y el león, una de las muchas películas que Connery rodó en España, destaca por su originalidad. Connery se atreve con Ahmed al-Raisuli, “el último de los piratas berberiscos”, un papel pensado para las habituales opciones 'étnicas' Omar Sharif y Anthony Quinn, y que Connery demostró que podía defender un escocés bien maquillado.
El hombre que pudo reinar (1975)
La película que convirtió –aunque fuera por poco tiempo- a Connery en rey de Kafiristán al ser confundió con un dios. Una de los grandes clásicos del cine de aventuras, en la que la química granuja de Connery con Michael Caine, como dos oficiales del en busca de fortuna en los confines del Imperio Británico, quedó para la historia. En la película de John Houston se da la mano el cine clásico con el nuevo cine de los 70, completando una transición casi en tiempo real.
Robin y Marian (1976)
Un crepuscular Robin Hood regresa de las cruzadas para reencontrarse con Marian (Audrey Hepburn), convertida en monja, en una de las películas más románticas de la historia del cine. La película de Richard Lester no levantó pasiones en su estreno, pero ya es considerada un clásico, especialmente su archicitada escena final.
Atmósfera cero (1981)
O Solo ante el peligro en la tercera luna de Júpiter. Una trama de western Peter Hyams se llevó al espacio bajo la influencia del éxito de Alien, pero que tiene suficiente personalidad como para ser considerada un clásico de la ciencia-ficción y el suspense. Atmósfera cero es la última gran película como protagonista de Connery antes de volver a primera línea a mediados de los 80.
El nombre de la rosa (1986)
Una de las primeras películas que no están marcadas por su físico, en la que interpretaba fraile franciscano Guillermo de Baskerville, un detective intelectual resolviendo crímenes. La adaptación de la novela de Umberto Eco a cargo de Jean-Jacques Annaud le proporcionó a Connery un premio BAFTA.
Los intocables de Eliot Ness (1987)
Su único Oscar. Brian de Palma le eligió para un papel que le encajaba como un guante: un veterano policía irlandés, duro, de métodos expeditivos, pero con fondo honesto. Al recoger el Oscar, bromeó con la fama tacaña de los escoceses: “Pensaba dáselo a mi mujer, que se lo merece, pero me he enterado que vale 15.000 dólares y ya no estoy seguro”.
Indiana Jones y la última cruzada (1989)
Pese a ser solo 12 años mayor que Harrison Ford, interpretó al padre de Indiana Jones en la tercera película de la saga. Tenía todo el sentido juntar al héroe cinematográfico de los 60 (Bond) con el de los 80 (Jones). Además, no era un papel cualquiera para Spielberg, sino una de sus obsesiones: el padre ausente. Cualquier secuencia memorable de la película cuenta con la presencia de Connery.