Trump contra Biden: dos candidatos separados por un abismo
- Los candidatos a la Presidencia de Estados Unidos difieren en trayectoria, imagen, retórica y propuestas
- Abogan por dos modelos de país completamente opuestos | Especial: elecciones en EE.UU.
Un abismo separa a Donald Trump y Donald TrumpJoseph Biden, los candidatos que compiten por la Casa Blanca en las elecciones del 3 de noviembre. Los dos políticos no puede ser más diferentes: Trump, un magnate multimillonario que en 2016 dio la sorpresa al lograr la Presidencia, se enfrenta ahora a un rival con más de 47 años de experiencia política que de nuevo lidera los sondeos.
Más allá de la ambición por el cargo y la nacionalidad, lo único que comparten Trump y Biden es su avanzada edad: ambos superan los 70 años. A sus 77 años, una victoria de Biden lo convertiría en el presidente de mayor edad en la historia de Estados Unidos, un título que por ahora ostenta Donald Trump, de 74 años de edad.
Pero ambos son dos candidatos muy distintos en cuanto a imagen, ámbito personal, retórica, trayectoria y propuestas. Mientras Trump aspira a un segundo mandato para conservar la "grandeza" estadounidense, Biden busca presidir un país que considera herido y dividido tras cuatro años de Gobierno republicano. Y si, al contrario de lo que ocurrió en 2016, la predicción de los sondeos acierta, el demócrata logrará desbancar a un político contrario a una transición pacífica
Negocios y política, trayectorias opuestas
A lo largo de cuatro años de mandato, Donald Trump ha renovado un estilo de política desvinculado de las ideologías bajo un tono agresivo que en más de una ocasión ha puesto en evidencia su escasa experiencia política. Es, además, el tercer presidente que afrontó un juicio político en el Senado precisamente por presionar a su homólogo ucraniano para que investigase a Joe Biden.
A golpe de tuit, el empresario inmobiliario y mediática estrella televisiva ha gobernado Estados Unidos durante cuatro convulsos años marcados por múltiples investigaciones, los escándalos en el seno de su Administración, ataques a sus detractores y sus formas políticamente incorrectas. Así se ha labrado el incondicional apoyo de unas bases a las que logró encandilar en 2016 bajo una única premisa: para él, Estados Unidos es la única prioridad.
En cambio, Biden representa todo lo que el republicano rechaza. Entró en política en 1972, cuando desbancó, contra todo pronóstico, al senador republicano James Caleb Boggs en Delaware. En sus más de 30 años en la Cámara Alta, el senador se presentó a la carrera presidencial en 1988, pero terminó retirándose por las acusaciones de plagio de un discurso. Volvió a probar suerte en 2008, cuando compitió con Barack Obama por las primarias demócratas.
Un año después, el demócrata se convirtió en el 47º vicepresidente de Estados Unidos de la mano de Obama, cargo que ostentó hasta la llegada de Trump en 2007. En su tercer intento, el aspirante centrista del Partido Demócrata se ha erigido como representante de la diversidad de Estados Unidos y hace alarde de su experiencia política para proyectar serenidad frente a la visceralidad de Trump.
Dos modelos de país
La pandemia de coronavirus que avanza sin freno desde marzo por todo el mundo ha evidenciado los modelos de país antagónicos que representan los aspirantes a la Casa Blanca. Trump, favorable a la apertura para proteger la economía, ha minimizado durante meses el impacto de la COVID-19, ha criticado el uso de mascarillas y ha desafiado a las nuevas normas sociales al mantener los actos multitudinarios en campaña.
En cambio, Biden pasó buena parte de las primarias pidiendo apoyos de forma virtual, ha reducido sus mítines públicos en los últimos meses por la pandemia a pesar del riesgo para su campaña y apuesta por diseñar un plan nacional contra el virus que garantice el acceso a la sanidad de todos los ciudadanos.
Los dos candidatos discrepan también en la economía, la inmigración, el medio ambiente, la defensa de los derechos civiles o la política exterior. Trump, firme defensor de la persecución de personas en situación irregular, sigue apostando por los muros y el proteccionismo estadounidense, mientras Biden promete reformar un sistema migratorio más garantista que le aleje de los "errores" que ha reconocido que cometió en la Administración Obama y apuesta por la recuperación de un país a través de la templanza, la esperanza y la ciencia.