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Elecciones EE.UU. 2020

De la clase obrera a las minorías: radiografía de los votantes de Trump y Biden

  • Los candidatos apuran la campaña para movilizar a sus bases en unos comicios muy inciertos
  • La participación de minorías, mujeres y jóvenes será determinante | Especial: elecciones EE.UU.

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Fila de votantes en Lawrenceville, Georgia
Fila de votantes en Lawrenceville, Georgia.

Donald Trump y Joe Biden han redoblado los esfuerzos para movilizar a sus bases en la recta final de la campaña de las elecciones en Estados Unidos. Ante una cita incierta y con un electorado cada vez más cambiante, los candidatos a la Presidencia llevan meses pidiendo la participación para lograr la victoria.

Estos son los votantes a los que tiene que persuadir cada candidato:

Clase obrera, blancos y evangélicos, el nicho de Trump

En 2016, Trump logró la victoria gracias al apoyo de la clase obrera, hombres blancos, especialmente aquellos con una menor formación y residentes en zonas rurales. Aunque las minorías no son el fuerte del presidente, el republicano sí moviliza a parte de los 32 millones de latinos llamados a la participación, que ya conforman la primera minoría, y parte de los asiáticos.

"Los hispanos son un grupo diverso que tienden a inclinarse hacia Biden, pero su ideología varía en función del estado y su origen. Los cubanos apoyan más al Partido Republicano; los mexicanos, al Partido Demócrata", explica a RTVE.es el investigador del Pew Research Center, Neil Ruiz.

Su base ahora es sólida y se compone en su mayoría de votantes blancos, un 51 %, según datos del centro. "Trump lo que tiene es eso, su base: evangélicos, republicanos tradicionales, patriotas o supremacistas", señala el profesor de la American University, Ernesto Castañeda, que no cree que sean suficientes para una victoria.

"Pero está perdiendo a parte de la clase trabajadora y muchos republicanos, incluso dentro de su Gobierno hay quien piensa en no votar o ha pedido el voto para el demócrata", añade.

Biden, en busca de la resurrección demócrata

En 2016, Hillary Clinton recabó los apoyos del votante tradicional demócrata: las minorías raciales, las mujeres y jóvenes, pero fracasó en la movilización del electorado tradicionalmente demócrata, un reto que ahora hereda Joe BIden.

Atendiendo a los datos demógraficos, el demócrata arrasaría entre el votante afroamericano (81 % de intención de voto), o el latino. "El apoyo de hispanos a Biden ha crecido en octubre y ha caído para Trump", señala Neil Ruiz.

También tiene buena sintonía con las mujeres: el 55 % votaría a su favor y el 39 %, a Trump; y con los jóvenes, que tradicionalmente optan por los demócratas.

No obstante, el candidato centrista que representa al establishment no entusiasma tanto como Bernie Sanders o Elizabeth Warren, sus contrincantes en las primarias. "Muchos de sus votos serán en realidad un voto de rechazo a Trump, porque hay mucha gente harta del presidente. Es muy raro que pase en una reelección, porque la inercia del poder suele darle mucha ventaja", según el profesor de la American University.

"Pero muchos independientes o apolíticos le han abierto la puerta y confían en que pueda hacer mejor trabajo que el presidente, especialmente entre la clase trabajadora", augura Castañeda. La clave, su templanza: no es un candidato tan polarizador y por eso podría lograr el apoyo "más diverso de los últimos años: suburbios, negros, latinos y asiáticos" e incluso persuadir a republicanos desertores o independientes.

La participación, clave

En cualquier caso, la llave para la movilización del electorado reside en la participación, una de las mayores incógnitas que los sondeos son incapaces de pronosticar.

Históricamente, apenas la mitad de los ciudadanos con derecho a voto participan en las elecciones, pero el récord en voto anticipado, que ya supera los 80 millones de papeletaspodría apuntar al aumento de los votantes. "En las elecciones de mitad de mandato vimos una participación del nivel de unas presidenciales, algo que no suele ocurrir. Históricamente, los afroamericanos participan más y en 2016 lo hizo el 65 % de votantes blancos", señala el investigador del Pew Research Center.

Castañeda está convencido de que, después de cuatro años de Trump, la participación crecerá. "Va a haber menos gente que se abstenga, aunque mucho votante de Trump de 2016 puede optar por hacerlo, lo que favorecerá sin duda a los demócratas".