Sondeos en EE.UU: la incertidumbre del presagio
- Repasamos los principales datos de los sondeos y los factores decisivos de la mano de la politóloga estadounidense Alana Moceri
- Especial: Elecciones en EE.UU. 2020
Las encuestas de voto popular en Estados Unidos siguen apuntando a un ganador claro. Joe Biden, según la media que hace el portal RealClearPolitics, vencería este próximo 3 de noviembre con el 51,1% de los votos, un 7,5% más que Donald Trump, que se quedarían con el 43,6%.
Los sondeos, sin embargo, también muestran lo que puede ser una gran preocupación para los Demócratas: la curva de intención de voto de Biden tocó techo a mediados de octubre y, desde entonces, no ha dejado de bajar. La de Trump, por contra, está al alza.
Con todo, los movimientos de los últimos días de campaña no alteran el dibujo general que han mostrado las encuestas en los últimos meses. "Han sido muy estables durante todo el año", recuerda la estadounidense Alana Moceri, profesora de la Universidad Europea de Madrid, quien también subraya que la diferencia, de más de siete puntos a cinco días para el cierre de las urnas, "es más alta que la que tuvo Hillary Clinton".
El fantasma de la derrota en el colegio electoral en 2016 acecha a los Demócratas, que "viven estas elecciones con paranoia", describe la profesora Moceri. "No dan nada por hecho, y no cantarán victoria hasta que vean todos los resultados", asegura, por el combate decisivo que se está dando en los swing-states, los Estados que tradicionalmente basculan de un partido a otro y los que tienen, a la postre, las llaves de la Casa Blanca.
Péndulo electoral
Este 2020 hay nueve Estados considerados basculantes o pendulares: Arizona, Texas, Michigan, Wisconsin, Ohio, Pensilvania, Carolina del Norte, Georgia y Florida.
En todos estos territorios, tanto Biden como Trump cuentan con apoyos suficientes como para llevarse la victoria. En el sistema mayoritario y de colegio electoral que rige en las elecciones presidenciales, un solo voto más significa la victoria total y un buen botín de compromisarios.
"El problema de los sondeos con los estados pendulares", explica la profesora Moceri, "es que faltan datos: sencillamente, no se hacen suficientes encuestas". En 2016, la falta de información llevó a la campaña de Hillary Clinton a no dar la importancia debida a Estados que, a la postre, fueron decisivos. En esta ocasión, el Partido Demócrata no parece dispuesto a repetir el error, con actos continuos en lugares como Ohio o Pensilvania.
Con todo, no es sencillo augurar ningún resultado definitivo en colegios electorales tan grandes y definitorios como Florida, feudo Republicano tradicional, o incluso Texas y Arizona, cuyo cambio demográfico podría inclinar la balanza en favor de los Demócratas.
"Para mí", analiza la profesora Moceri, "Florida y Pensilvania son los Estados clave: voy a estar muy pendiente de lo que ocurre allí durante la noche electoral".
Fotografías del pasado
"Los sondeos no son proyecciones; son fotografías de un momento que, como mucho, pueden mostrar una tendencia". El resumen de la profesora Alana Moceri suele olvidarse cuando llegan las elecciones y el consumo de noticias se transforma en avidez por la certidumbre. En Estados Unidos, además, entran en juego otros modelos, los de las proyecciones.
Uno de los más populares y prestigiosos es del la web FiveThertyEight, una web especializada en estudios de opinión que debe su nombre, 538, al número total compromisarios que eligen al presidente de Estados Unidos.
En su proyección del 28 de octubre, la web considera que Joe Biden tiene un 89 % de probabilidades de ser elegido presidente, por apenas el 11 % de Donald Trump. ¿Mucho? ¿Poco? Relativo, según la profesora Moceri, "porque que Trump tenga entre una posibilidad sobre diez de ganar no es poco a estas alturas".
De nuevo, la alargada sombra de 2016 se cierne sobre este tipo de cálculos en el que intervienen estadísticas y modelos matemáticos. Hace cuatro años, la misma web daba un 71,4 % de opciones de victoria a Hillary Clinton. Es menos que a Biden, sin duda, pero una elevada probabilidad que finalmente se demostró equivocada.
Claves no tan ocultas
Dos claves electorales fueron insuficientemente trabajadas por los sondeos de 2016: la raza y la edad. En esta ocasión, afirma la profesora Alana Moceri, "se está viendo que la gente mayor se está inclinando por Biden: son los más afectados por el covid y Trump prácticamente ha dicho "que se mueran"".
El otro factor que puede ser clave es la raza. Aquí, señala Moceri, "los sondeos están viendo un incremento de voto de jóvenes negros a favor de Trump", fenómeno aparentemente contradictorio con la elevada tensión racial que vive Estados Unidos y, sobre todo, con la respuesta policial que el gobierno de Estados Unidos ha dado a las manifestaciones.
Pero son la edad y la raza factores que hace cuatro años fueron ignorados por las encuestas, estudios de campo que no fueron capaces de ver la indiferencia o el disgusto que causaba la candidata Demócrata. Tampoco pudieron analizar bien, concluye Moceri, "el nuevo fenómeno que era Trump porque los sondeos trabajan mal con las novedades".
En estas elecciones, no hay novedad: dos septuagenarios, uno de ellos presidente y el otro senador y político desde hace medio siglo, se disputan la presidencia de la todavía mayor potencia mundial. El país donde se inventaron los estudios de opinión todavía está decidiendo cuál de los dos lo gobernará los próximos cuatro años.