Biden alcanza la Casa Blanca levantando un nuevo 'muro azul' en Pensilvania, Michigan y Wisconsin con los jóvenes
- Recupera tres estados industriales de tradición demócrata que cedió Hillary Clinton y evita depender de Florida ni Ohio
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Por la vía más rápida y natural, sin necesidad de ganar en Florida ni Ohio, los estados decisivos en las últimas décadas, y sin esperar a confirmar sus posibles victorias en feudos republicanos como Arizona y Georgia: Joe Biden ha recuperado la Casa Blanca para los demócratas conquistando territorio conocido, volviendo a erigir el 'muro azul' en el Cinturón del Óxido con la recuperación de Pensilvania, Michigan y Wisconsin, tres estados de raigambre industrial que Hillary Clinton dejó en manos de Trump hace cuatro años.
Esa reconquista se ha apoyado en la recuperación de una parte del voto obrero y de los votantes blancos, pero, por encima de todo, en el respaldo de los jóvenes, un estrato en el que el exvicepresidente ha mejorado claramente el desempeño de Clinton y ha sabido tanto atraerse a los nuevos votantes como movilizar a quienes se quedaron en casa en 2016.
Así ha ocurrido en Wisconsin, donde casi tres de cada cinco votantes de entre 18 y 29 años, el 58 %, han apoyado a Biden, cuando hace cuatro años solo el 47 % votó a la condidata demócrata, según los sondeos a pie de urna publicados por la cadena NBC. En Pensilvania, el 52 % que logró Hillary Clinton en esa franja de edad ha aumentado hasta el 59 %, mientras que en Michigan, Biden mantiene el 56 % de los votantes de menos de 30 años, aunque el porcentaje se dispara al 61 % entre quienes tienen menos de 24 años.
En cualquier caso, los sondeos a pie de urna también reflejan que Biden no solo ha atraído a los nuevos electores, sino que ha recuperado algunos de los que decidieron votar por Trump en 2016. Entre los votantes blancos, por ejemplo, a pesar de que el candidato republicano sigue siendo el preferido, pero sin tanta ventaja como hace cuatro años.
Biden atrae aún más votantes con estudios superiores
Especialmente significativa, en este sentido, es la evolución en Michigan, donde Biden recupera siete puntos, del 36 % que obtuvo Clinton al 43 % de este año, y con un alza más acusada entre las mujeres blancas que entre los hombres. En Wisconsin, gana otros cuatro puntos, al subir del 42 % al 46 %, mientras que en Pensilvania asciende el 40 % al 43 %.
También recupera terreno entre los votantes sin estudios superiores, un sector clave en tres estados de larga tradición industrial y muy golpeados por la deslocalización de empresas, lo que en las últimas elecciones se tradujo en el mejor combustible para Trump: si algo explicaba entonces la inesperada victoria del ahora presidente, era el apoyo de los obreros desencantados del Cinturón del Óxido, a quienes prometió devolver las industrias y la prosperidad.
Sin embargo, una parte parece haber vuelto al bando demócrata, más identificados con un político nacido en Scranton, Pensilvania, y que reside en una ciudad industrial como Wilmington, que con el magnate neoyorquino que no ha cumplido sus promesas de relocalización. Se aprecia sobre todo en Wisconsin, donde el respaldo a Biden entre quienes no tienen un título universitario sube seis puntos, del 40 % al 46 %. También crece en Michigan dos puntos, hasta alcanzar el 47 %, pero no en Pensilvania, donde se mantiene en el 45 % mientras Trump crece hasta el 54 %.
Al mismo tiempo, el ya presidente electo ha acaparado un porcentaje de voto aún mayor entre quienes tienen estudios superiores: tres puntos más en Wisconsin, hasta el 58 %; dos más en Pensilvania, donde le han votado el 54 %, y hasta siete en Michigan, donde se sitúa en el 57 %. En los tres estados, el apoyo supera el 60 % entre quienes tienen estudios de posgrado, como un master o un doctorado.
Un nuevo 'muro azul' aún frágil
Con estos mimbres, Biden ha vuelto a teñir de azul tres estados que hasta hace cuatro años no habían votado republicano desde los años 80, casi tres décadas de fidelidad demócrata truncadas por la irrupción de Trump, que cogió completamente a contrapié al partido y le arrebató buena parte de su base electoral tradicional. Y son, por ahora, los únicos tres estados que han cambiado de manos en estas elecciones, aunque Biden tiene opciones de ganar en Arizona y Georgia, dos feudos republicanos que darían lustre a una victoria muy ajustada, por el momento.
De hecho, a falta de conocer el resultado final en esos dos estados y en Alaska y Carolina del Norte, que previsiblemente caerán del lado de Trump, Biden ha ganado en los mismos 20 estados en los que ganó Hillary Clinton que han hecho cambiar al inquilino de la Casa Blanca y recuperar la presidencia para el Partido Demócrata.
Con todo, ese nuevo 'muro azul' es frágil: a falta de completar el recuento, la ventaja sobre Trump en Pensilvania ha sido de medio punto porcentual, menos de 37.500 votos en un estado donde se han contado más de 6,6 millones. Y en Wisconsin solo hay 20.539 votos de diferencia, sobre un total de 3,2 millones, entre demócratas y republicanos, seis décimas porcentuales, por lo que también puede volver a estar en el alero en 2024.
Algo mayor es la ventaja en Michigan, casi 148.000 votos que equivalen a dos puntos y medio, y se ha reforzado la mayoría demócrata en Minnesota, otro estado del Cinturón del Óxido. Pero Ohio, el estado pendular por excelencia, con más de ocho puntos y 461.000 votos de ventaja para Trump. Una enorme mancha roja en el nuevo 'muro azul' de Biden.