Segundas elecciones democráticas en Birmania, comicios marcados por el coronavirus y con los rohinyás excluidos
- Se espera que la líder del país, Aung San Suu Kyi, revalide su mandato
Birmania ha comenzado a votar este domingo en sus segundas elecciones democráticas después de medio siglo de dictadura militar, unos comicios marcados por las medidas impuestas para combatir la COVID-19 y en los que se espera que la líder del país, Aung San Suu Kyi, revalide su mandato.
Los colegios electorales de todo el país han abierto a las 6 de la mañana hora local (23:30 GMT del sábado), pero algunos de los 38 millones de votantes ya estaban haciendo cola una hora antes para votar en algunos puntos de Rangún, la principal ciudad del país, según ha constatado Efe, en previsión de que el voto podría ralentizarse por las medidas para contener la pandemia.
Los resultados oficiales tardarán varios días en conocerse, aunque pocos dudan de que el partido de Aung San Suu Kyi, la Liga Nacional para la Democracia (LND), volverá a ser la fuerza más votada de entre las 93 que se presentan este año tras su rotunda victoria en los comicios de 2015.
Al igual que hace cinco años, obtener la mayoría en el Parlamento permitirá formar Gobierno a la LND, a pesar de que el 25 por ciento de los escaños están reservados para el Ejército, como prescribe la Constitución aprobada en 2008 por la Junta militar entonces en el Gobierno y que también otorga a las Fuerzas Armadas tres ministerios clave y una autonomía casi total con respecto al Gobierno civil.
Los rohinyás observan resignados y sin votar
Sin embargo, el fracaso de Suu Kyi en conciliar a las minorías étnicas de la periferia del país, algunas en guerra con el Gobierno central desde hace décadas, podría provocar que algunos de las decenas de partidos etnonacionalistas regionales ganaran más escaños en el Parlamento que en los comicios anteriores.
Esos conflictos han hecho que se suspendan las elecciones en un total de 51 circunscripciones del país, por lo que 1,5 millones de birmanos no podrán votar, la mayoría de ellos en el estado de Arakán, escenario desde hace dos años de la guerra entre las Fuerzas Armadas y el Ejército de Arakán, guerrilla de los rakáin, etnia budista mayoritaria en el estado.
Además, los grandes excluidos de las elecciones son en torno a medio millón de otros habitantes de Arakán: los rohinyás, a los que en su mayor parte el Gobierno arrebató la ciudadanía a principios de los noventa y ha sometido durante décadas a un régimen de discriminación por considerarlos inmigrantes ilegales de Bangladés, a pesar de haber vivido en el país por generaciones.