Castilla y León limita a tres personas las reuniones en Burgos y pide el confinamiento voluntario
La Junta de Castilla y León ha limitado a tres personas las reuniones de no convivientes en Burgos y ha pedido a los vecinos que se confinen de manera voluntaria en sus casas, entre otras medidas, para frenar los contagios de coronavirus.
El presidente autonómico Alfonso Fernández Mañueco ha apuntado estas nuevas restricciones a través de Twitter, junto a limitaciones en el aforo de celebraciones religiosas y civiles, pero su Gobierno estudia si es necesario dar más pasos adelante.
El vicepresidente y portavoz de la Junta, Francisco Igea, ha detallado las decisiones ya tomadas en una rueda de prensa en la que ha indicado que entrarán en vigor "lo antes posible", si bien adelantaba que se iba a analizar la posibilidad de aplicar un cierre perimetral de la capital burgalesa o incluso un confinamiento domiciliario, algo que ha sido rechazado por el Ministerio de Sanidad este jueves por la tarde.
Para ello, Igea ha vuelto a reclamar una herramienta jurídica que permita a las autonomías aplicar esta medida si fuera necesario en zonas de alta incidencia, como Burgos, donde se superan los 1.200 casos por 100.000 habitantes.
Aforos en celebraciones más restringidos
Además, la Junta de Castilla y León ha limitado en Burgos los aforos tanto en celebraciones religiosas como civiles a un máximo de 15 personas, realizará rastreos masivos en diversas áreas como en San Andrés del Rabanedo (León), incrementará los puntos de toma de muestras de aguas residuales e instará a la Policía a incrementar la vigilancia.
La consejera de Sanidad, Verónica Casado, ha insistido precisamente en esas medidas de rastreo, necesarias para dilucidar qué ha fallado en Burgos, puesto que las medidas como el toque de queda o el cierre de la hostelería sí han tenido un efecto positivo en el resto de la comunidad.
Por su parte, el portavoz de la Junta, Francisco Igea, ha explicado que han hablado con el alcalde de Burgos, Daniel de la Rosa, quien está muy preocupado por la situación, y ha llamado a la población a realizar "de manera más estricta" un posible confinamiento "voluntario". La ciudad fue una de las capitales de Castilla y León menos afectadas en la primera ola.
El Gobierno rechaza el confinamiento domiciliario
El Ministerio de Sanidad ha denegado a la Junta de Castilla y León la posibilidad de contar con una herramienta jurídica que permita el confinamiento domiciliario de los habitantes de Burgos capital. Francisco Igea, y la consejera de Sanidad, Verónica Casado, han mantenido una reunión telemática con la Secretaría de Estado de Sanidad a la que también ha asistido el alcalde de Burgos, Daniel de la Rosa.
Igea ha explicado en el informativo 24 horas de Radio Nacional que, aunque su reunión con Sanidad fue satisfactoria, no han obtenido "la respuesta que buscábamos": "Preferimos pasarnos con las medidas que no llegar. Tenemos que tomar medidas porque nos preocupa que Burgos no esté respondiendo".
"Me encantaría estar equivocado y que me dijeran que los confinamientos no son necesarios, pero lo que me gustaría es no hacer las cosas a todo correr", ha añadido.
"Ellos (el Ministerio) saben hasta dónde podemos apurar, pero nuestra pregunta esencial sigue sin responder", ha expresado Igea, quien ha reconocido que desde el Ministerio le ha alegado que permitir estos confinamientos domiciliarios obligaría a reformar el decreto de estado de alarma, algo que es "complicado", ha añadido el portavoz.
El vicepresidente de la Junta señala que la situación es "muy, muy preocupante" y ha recordado que se ha derivado parte de la actividad asistencial del hospital de Burgos a centros privados, dada la saturación de este centro.