Las fusiones acelerarán la sangría de empleo en la banca
- Sin contar las fusiones, el ajuste laboral en España supera los 9.400 empleados
- El recorte de empleos por las fusiones se contará por varios miles
Los matrimonios se multiplican en la banca, pero en estas uniones siempre hay terceros que se ven perjudicados. El empleo ya estaba viviendo un 2020 ‘oscuro’ y las fusiones no han hecho más que ensombrecer sus perspectivas.
Cerca de 7400 trabajadores del sector han salido o van a salir a través de Expedientes de Regulación de Empleo (ERE), planes de bajas incentivadas o jubilaciones anticipadas, según un recuento elaborado por RTVE. La mayoría corren de la mano de los dos últimos ajustes presentados, los del Santander y el Banco Sabadell, con 4000 y 1800 salidas previstas. Ibercaja ha endurecido su plan de recorte de personal hasta 790, Caixabank ha completado otro de bajas incentivas en el primer tramo del año de 376 empleados y Abanca y Kutxabank suman algo más de 400 salidas en total en su ajuste laboral.
No obstante, la negociación del ERE de Sabadell, que estaba en la recta final, ha quedado suspendida de forma temporal para analizar la repercusión que pudiera tener la fusión con BBVA en caso de que fructifique. “Desconocemos cómo puede afectar a esta negociación”, añaden fuentes sindicales.
Las perspectivas de empleo no son halagüeñas si se tiene en cuenta que la banca española ha optado por la vía de las fusiones como forma de ahorrar costes e intentar ganar margen de rentabilidad. Se espera que varios miles de puestos de trabajo se esfumen en total en las fusiones en liza, en especial en las que ultiman Caixabank y Bankia, y en la más reciente de BBVA y Banco Sabadell por el elevado grado de solapamiento geográfico de sus oficinas.
La banca esquiva los ERE
En paralelo, las entidades bancarias españolas han ido aplicando una reducción paulatina -aunque constante- en sus plantillas. A día de hoy el sector cuenta con unos 2000 empleados menos que a comienzos de año, de acuerdo con los últimos informes financieros remitidos por cada banco. BBVA ha reducido en 800 personas su plantilla en nuestro país; Santander, en 571; Unicaja, en 470; y, entre otros, Sabadell, en 219.
Los vientos de cola para realizar ajustes y maximizar el ahorro de costes provienen directamente de Fráncfort. “Es absolutamente imprescindible hacer un esfuerzo para intentar reducir costes e intentar eliminar exceso de capacidad, que ya era necesario antes pandemia”, avisó hace dos semanas el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, “y la consolidación es un medio, no un fin, para la mejora de rentabilidad”.
En Europa los niveles de empleo en el sector bancario se encuentran en mínimos, como en España. Mientras que en el Viejo continente se ha reducido un 20% desde la crisis financiera de 2008 -y pico máximo de empleo con 3.25 millones de trabajadores-, en España ha menguado un 34,75%, según los datos del Banco de España y el BCE. En nuestro país la banca llegó a emplear 278.300 personas hace doce años. En 2019 cerró con 181.575 trabajadores.
Las sucursales bancarias, otro síntoma del ajuste laboral
De la misma forma, las sucursales bancarias se han reducido a la mitad desde su máximo de 2008 con 45.662 oficinas en total. En la actualidad permanecen operativas 23.340, según los últimos datos del Banco de España. Las fusiones y la consiguiente desaparición de las cajas de ahorros aceleraron esta tendencia hasta 2016.
Pese a ello, España es el segundo país de la Unión Europea con mayor número de oficinas bancarias por cada 100.000 habitantes, con 49.7, solo por detrás de Bulgaria, con 57.9, de acuerdo con los datos del Banco Mundial y el Fondo Monetario Interancional. Lejos quedan Italia y Portugal, con ratios superiores a las 38 sucursales por cada 100.000 habitantes.
Los frentes que presionan a la banca
El descenso de la rentabilidad de la banca europea, la crisis del coronavirus, los tipos de interés ultrabajos o negativos y la digitalización han espoleado los ajustes en la banca en un entorno de creciente competencia fuera del sistema tradicional. La banca online y los gigantes tecnológicos amenazan con convertirse en nuevos actores en el negocio del dinero.
Para José Sevilla, consejero delegado de Bankia, “el nivel de los tipos de interés determina de alguna manera la necesidad de tomar decisiones en consolidación. Mercados como el europeo reclaman con más fuerza una consolidación de entidades bancarias que permita reducir costes y ser más eficientes”.
“Esta crisis ha hecho acelerar de forma muy intensa el proceso de digitalización. El comportamiento de los clientes y la manera de relacionarse ha sufrido una aceleración brutal en un periodo intenso, en toda una inmersión en la operativa digital”, ha explicado el consejero delegado del Banco Santander, José Antonio Álvarez. La crisis del coronavirus, según él, ha propulsado el proceso de digitalización de la banca “tres, cuatro o cinco años”.
Unos desafíos que comparten la banca en todo el mundo y que se está sintiendo de forma similar en el empleo del sector. Según un análisis de Bloomberg, 2020 puede convertirse en el peor año de los últimos cinco en ajuste laboral con alrededor de 80.000 salidas.