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Maestro rural, maestro vocacional

  • Solo siete de las 17 comunidades autónomas dan incentivos o un trato preferente a estos docentes
  • Todas las escuelas rurales, las que están en pueblos de menos de 2.000 habitantes, son públicas

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Maestro rural, maestro vocacional

Los maestros de escuelas rurales son escasos, sujetos a movilidad laboral y muy vocacionales. Tienen a su cargo al 14% de las escuelas que hay en España, las que están situadas en los pueblos más pequeños. Pese a todas las dificultades que tienen que afrontar a diario para educar a sus alumnos, solo siete de las 17 comunidades autónomas españolas dan incentivos o un trato preferente a estos maestros de pueblo. Galicia está entre las comunidades que no ofrecen recompensa.

En el colegio de O Courel, montaña de Lugo, cuando llegamos celebraban el magosto, la fiesta de las castañas. Los niños recibían la visita de "O apalpador", el personaje local que les lleva regalos por San Martín. El ambiente era de fiesta en medio de un impresionante paisaje boscoso.

“Yo creo que es un cole estupendo. Aquí, de verdad, de verdad, somos felices”, nos dice entusiasmada Pilar Freire, maestra de infantil. "Es necesario tener la mente abierta y estar abierta a nuevas experiencias. A mí me gusta mucho la montaña y me gusta mucho trabajar con niños pequeños y con otra gente. Porque la comunidad educativa no solo la componen niños".

Hay que sobreponerse todos los días, sobre todo los que no vivimos aquí. Yo creo que necesitaríamos más incentivos

Ella dibuja un panorama docente idílico, de pocos niños, entorno natural privilegiado, atención y ambiente muy familiares. "¿Desventajas?” reflexiona Pilar, "el aislamiento y la dificultad de las comunicaciones. Los kilómetros son los que son y las dificultades de las carreteras son las que son. Hay que sobreponerse todos los días, sobre todo los que no vivimos aquí. Yo creo que necesitaríamos más incentivos, lo que pasa es que los que desempeñamos este trabajo venimos con los incentivos puestos de serie".

15 maestros para 35 alumnos

En O Courel son 15 profesores para 35 niños, todos los que viven en las 9 parroquias y 40 aldeas de la zona, inmersa en un bosque milenario alejado de la ciudad y muy despoblado.

"Para mí es el colegio más bonito de toda Galicia, porque está en un entorno precioso", dice la directora del centro, Lourdes González Sotelo. "Es un cole pequeño, muy familiar. En infantil y en primaria no hay niños por nivel, sino que están todos mezclados y eso facilita trabajar de una manera muy distinta y muy enriquecedora también. Nos faltan especialistas, de música, de arte. Pero se aprende mucho".

Admite la directora que existen los problemas que crea la instabilidad laboral de los profesores. "Sí, sí que es verdad que la mayoría del profesorado es nuevo cada año y eso tiene su parte negativa porque los niños han de acostumbrarse cada curso a un maestro diferente, pero también así es constante la aportación de ideas nuevas al proyecto educativo del centro".

112 escuelas rurales cerradas en diez años

En Galicia cerraron 112 escuelas rurales en los últimos diez años y el goteo continúa pese a las protestas de familias y profesionales de la educación. Para Lois Pérez, del Sindicato de Enseñanza STEG, “esto responde a las políticas neoliberales que están arrasando el rural gallego y que están en contraposición de los casos de Aragón o Navarra, entre otros territorios, donde se siguen otro tipo de políticas. Es decir, otro rural es posible, no el que nos están vendiendo aquí en Galicia”.

En línea con el pensamiento de su sindicato, señala que “hay escasez de políticas educativas que tengan en cuenta lo rural, que dignifiquen a la escuela como un elemento cohesionador de la vida en la aldea, como elemento fundamental que es para fijar población.”

Todas las escuelas rurales que funcionan en España, las que están en pueblos de menos de 2.000 habitantes, son escuelas públicas. Destinos difíciles para los maestros, pero básicos para repoblar la España más desfavorecida y aislada, para devolver la vida a comunidades en ecosistemas tan frágiles como el bosque autóctono gallego.