Etiopía: historia de un conflicto que en dos semanas ha provocado más de 34.000 refugiados
- El primer ministro, Nobel de la Paz, inició la ofensiva tras el ataque a dos bases militares del que responsabilizó al FLPT
- La ONU lo considera ya una "crisis humanitaria a gran escala" en la que al menos 34.000 etíopes han huido a Sudán
Un año después de ser galardonado con el Premio Nobel de la Paz, el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, ha iniciado una ofensiva contra la región de Tigray que en poco más de dos semanas ha provocado más de 34.000 refugiados.
El dirigente declaró la guerra a este territorio del norte del país el pasado 4 de noviembre en represalia por un ataque a una base del Ejército etíope en la región del que responsabilizó al Frente Popular de Liberación de Tigray (TPLF).
Sin embargo, el asalto a la base es solo la gota que ha terminado de provocar a Abiy, y es que en el trasfondo del conflicto está también la decisión de Tigray de celebrar las elecciones generales aplazadas el pasado agosto por la pandemia en todo el país.
El TPLF llevó a cabo el pasado septiembre sus propios comicios parlamentarios, que el Gobierno central considera ilegales, de ahí que ahora quiera restablecer en Tigray el "orden constitucional". Además, desde el 5 de octubre, fecha en la que teóricamente vencía el mandato de Abiy, el gobierno de Tigray no reconoce autoridad alguna del Ejecutivo federal.
Cabe destacar que pese a que el pueblo tigré es una minoría en el país y no supone más del 6 % de la población, el TPLF se mantuvo en el poder durante casi tres décadas, y la llegada en 2018 de Abiy, de madre amhara y padre oromo, supuso una revolución.
El conflicto ha terminado internacionalizándose y amenaza con desestabilizar el cuerno de África después de que las fuerzas tigriñas atacaran el pasado sábado Asmara, capital de Eritrea y gran aliado de Adís Abeba; suscitando temores de que Sudán termine también por involucrarse.
34.000 refugiados en Sudán
Desde Jartum ya informan de que más de 34.000 etíopes se han refugiado en el país huyendo del conflicto. De ellos, unas 20.500 personas han llegado a la región de Kasala y otras 13.500 a la de Qadarif, mientras que 273 refugiados requirieren atención médica cada día, según los datos facilitados por el director de la Comisión de Asuntos de Refugiados sudanesa, Abdulá Suleimán, a Efe.
Por su parte, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) estima que unos 12.000 niños, algunos de ellos sin padres o familiares, se encuentran refugiados en Sudán en campamentos, donde "las condiciones para estos niños son extremadamente duras" y valora que en los próximos días y semanas "más de 200.000 personas" podrían cruzar desde Tigray a Sudán.
Además, el organismo ha cifrado en 2,3 millones el número de niños que necesitan ayuda humanitaria en esta región etíope: "Dentro de la región de Tigray, el acceso restringido y el apagón continuo de las comunicaciones han dejado a unos 2,3 millones de niños necesitados de asistencia humanitaria", ha asegurado la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore, en un comunicado.
Y mientras Abiy ignora los llamamientos internacionales a una desescalada del conflicto y se resiste a aceptar una negociación con el TPLF para resolver la crisis al considerar que ha violado el orden constitucional, la ONU reclama que se permita el acceso de los servicios humanitarios a la región advirtiendo de la situación de gran vulnerabilidad a la que se enfrenta la población de esta zona.
“"La actual situación está agravando las necesidades y la vulnerabilidad de la población local"“
El jefe humanitario de Naciones Unidas, Mark Lowcock, ha recordado en un comunicado que ya antes de las actuales hostilidades casi un millón de personas en Tigray y millones en áreas próximas requería ayuda para sobrevivir: "La actual situación está agravando las necesidades y la vulnerabilidad de la población local", ha señalado Lowcock, que ha afirmado que los combates están frenando el trabajo de la ONU y otras organizaciones humanitarias.
Apagón informativo
Pero no solo los cooperantes están teniendo problemas para desarrollar su labor, la prensa también está teniendo dificultades para acceder a la zona para informar, y este viernes se ha anunciado que la autoridad etíope de radiodifusión ha suspendido el permiso de prensa a la delegación de Reuters y ha advertido a los periodistas de la BBC y de DW.
Además, el Gobierno etíope ha interrumpido las telecomunicaciones y el acceso a internet, con lo que es difícil conocer el estado de la situación. El jefe del Estado Mayor del Ejército etíope, teniente general Berhanu Jula, informaba este jueves que sus tropas se aproximan a la capital tigriña, Mekele, y que tiene controladas localidades como Adiguzom, Shere, Mehoni, Chercher y otras, que se encuentran a unos 150 kilómetros de la capital de la región septentrional.
Sin embargo, según siempre la versión de los soldados del teniente general, el TPLF ha destruido varias infraestructuras clave, incluidos puentes que conectan con Mekele, para impedir el movimiento de las fuerzas federales, alegó el teniente general.
El director de la OMS rechaza apoyar al TPLF
Entre sus declaraciones a los medios estatales Berhanu Jula acusó directamente al director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, de apoyar al TPLF, unas palabras que el máximo responsable de la OMS ha rechazado: "Han aparecido informaciones que insinúan que he tomado partido en esta situación. Esto no es cierto y quiero decir que sólo tomo partido por la paz", ha afirmado Tedros en una declaración por escrito.
"Mi corazón está roto por mi hogar, Etiopía, y pido a las partes que trabajen por la paz y que garanticen la seguridad de los civiles y el acceso a la asistencia sanitaria y humanitaria para todos aquellos que lo necesiten", afirmaba Tedros en la nota a la que ha remitido en la conferencia de prensa celebrada este viernes en Ginebra.
Tedros se ha ceñido a esos comentarios y no ha querido responder directamente a las manifestaciones del jefe del estado mayor del Ejército etíope. Tedros es el tigriña de más alto perfil en el ámbito internacional y fue ministro de Salud de Etiopía entre 2005 y 2012 en un gobierno dirigido por el entonces primer ministro, Meles Zenawi, y dominado por el TPLF.