El expresidente Nicolás Sarkozy se sienta en el banquillo para ser juzgado por corrupción y tráfico de influencias
- Está acusado de intentar sobornar a un juez para que le ayudara en otra causa
- Se trata de la primera vez que un expresidente francés comparece como acusado
El expresidente francés Nicolás Sarkozy ha comparecido este lunes ante un tribunal de París para ser juzgado por presunto soborno y tráfico de influencias, una de las causas que tiene pendientes con la Justicia. El juicio ha sido aplazado a los pocos minutos de comenzar a petición de los abogados de uno de los acusados, el magistrado Gilbert Azibert, a causa de su estado de salud.
A Sarkozy se le acusa de sobornar a Azibert, magistrado del Tribunal Supremo, para que le ayudara en otra causa en la que está imputado.
Sarkzoy, presidente de Francia entre 2007 y 2012 y retirado de la política desde 2016, niega todas las acusaciones e insiste en que se trata de una campaña en su contra. El expolítico conservador tiene otros dos procesos abiertos por financiación ilegal de sus campañas electorales.
Se trata de la primera ocasión en la que un expresidente francés se sienta en el banquillo de los acusados. Cuando Jacques Chirac, presidente entre 1995 y 2007, fue juzgado y condenado en 2011 por crear empleos ficticios en la alcaldía de París evitó comparecer ante el tribunal alegando problemas de salud.
Presunto soborno a un juez
La Fiscalía acusa al expresidente de ofrecer un puesto bien remunerado en Mónaco al juez Azibert a cambio de información confidencial sobre la causa en la que se le imputa por aceptar fondos ilegales de la heredera de la empresa cosmética L'Oreal, Liliane Bettencourt, para su campaña de 2007.
Los investigadores pincharon en 2013 los teléfonos de Sarkozy y de su abogado, Thierry Herzog, mientras seguían la pista a otra de las supuestas fuentes ilegales de financiación, la que provenía de la Libia de Muamar Gadafi. En el transcurso de las pesquisas, descubrieron que ambos usaban móviles registrados con nombre falso. Sarkozy usaba el de Paul Bismouth.
"Le ayudaré, la haré ascender", decía el expresidente en una de las conversaciones, de las que se han divulgado algunos fragmentos.
En Francia las comunicaciones entre cliente y abogado son secretas, pero hay una excepción cuando el letrado participa en la presunta comisión de un hecho criminal.
Finalmente, Sarkozy y Herzog no siguieron adelante con el supuesto plan. La acusación mantiene que alguien dentro del aparato de la Justicia les avisó de las escuchas, por lo que dieron marcha atrás y trataron de disimular en las últimas conversaciones en esa línea secreta. Una investigación separada para tratar de hallar al presunto infiltrado terminó sin resultados.
En su documento de acusación, presentado en octubre de 2017, la Fiscalía Nacional Financiera consideró que los acusados actuaron como "delincuentes expertos".
Por su parte, la estrategia avanzada por la defensa se basará en afirmar que no hay pruebas de que realmente hiciera algo en favor de Azibert y en denunciar la violación del secreto de sus comunicaciones con su abogado.
Estaba previsto que el juicio concluyera el 10 de diciembre, pero las fechas cambiarán una vez que ha sido atendida la demanda de aplazamiento de la defensa de Azibert, de 73 años, por motivos de salud.