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La responsable de 'Operación Bicho' dice que la Comunidad de Madrid le pidió "apoyo sanitario" en residencias y no pagó

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Los audios de Burgueño sobre la 'operación bicho': "Nos vamos a hacer los reyes y los amos de la gestión sociosanitaria"

Encarnación Burgueño asegura que recibió luz verde por parte de la Comunidad de Madrid para coordinar la atención médica en las residencias de ancianos durante la primera ola de coronavirus. Su plan le ha obligado a rendir cuentas ante la Asamblea de Madrid este viernes, día en el que también se ha conocido el contenido de unos audios que prueban que recibía órdenes de un alto cargo.

Hija de un exasesor de Ayuso durante la pandemia, Burgueño ha sido citada a las 09:45 horas para responder a las preguntas de los diputados sobre la llamada ‘Operación bicho’ --nombre derivado del grupo de WhatsApp con el que trabajaban-- y sobre la presunta negación de auxilio a los ancianos por parte del Gobierno regional. También le han pedido explicaciones sobre el desarrollo de ese proyecto privado para dar “apoyo sanitario” a las residencias, en el momento más duro de la crisis sanitaria.

Durante su comparecencia en la comisión de investigación sobre Residencias y COVID-19 de la Asamblea de Madrid, Burgueño ha asegurado este viernes que el cesado director general de Coordinación Sociosanitaria, Carlos Mur, le autorizó a clasificar y ayudar a los geriátricos, pero que la Comunidad de Madrid nunca le pagó por ello ni le va a reclamar ese dinero.

También ha explicado que es autónoma y directora gerente de la empresa Cardio Líder, y ha señalado que con sus conocimientos en el sector y sus estudios había presentado antes de la pandemia propuestas de gestión y servicios a residencias.

Según ha explicado la interviniente, el 26 de marzo Carlos Mur contactó con ella para que a través de un acuerdo comenzara a colaborar con la Consejería de Sanidad como entidad colaboradora y al día siguiente empezó a trabajar, labor que terminó el 6 de abril "por culpa del amarillismo periodístico y político".

Como no tenía trabajadores a su cargo, Burgueño ha detallado que contrató con la empresa Transamed, que puso en marcha tres equipos compuestos por tres personas cada uno (médico, enfermera y técnico de emergencias sanitario) que recorrieron 101 residencias durante esos 10 días.

"En ningún momento la intención era medicalizar, sino que fuera una herramienta y estudio de campo, y una primera ayuda a la residencia. Teníamos que conocer cómo estaban las residencias 'in situ'; y ya que estábamos ahí, pues les ayudábamos. Por el caos que había, tuvimos que poner oxigeno, suero o dar medicalización", ha dicho Burgueño, que asegura que tampoco han cobrado los trabajadores de Transamed.

"Yo le voy a demandar al representante de Transamed, Eduardo, porque la prensa ha utilizado como ha querido esos audios. Mi afán es pagar a esos médicos, enfermeras y técnicos", ha manifestado.

La situación en las residencias, un "caos"

Encarnación Burgueño ha reconocido que los equipos que fueron a las residencias lo hicieron al principio con mascarillas y guantes, pero sin 'buzos' porque "los pedieron, pero no llegaron". A su llegada encontraron geriátricos con falta de EPIs, personal y con situación como un centro donde los empleados dormían en el suelo, otros donde había residentes muertos desde hace varios días y otros donde hacía 10 días que no llegaba un médico.

La compareciente ha explicado que la "caótica" realidad con la que encontraban lo comunicaba mediante un informe redactado por la noche que enviaba al doctor José Luis Morillo para que llamara al Summa o a la UME, en cada caso. Incluso ella, quien no fue nunca 'in situ' a un geriátrico porque "es personal de riesgo", ha relatado que llegó a gestionar con funerarias que retiraran cuerpos previa autorización de familiares.

A pesar de todo lo ocurrido, Burgueño ha asegurado que "lo volvería a hacer" porque su único ánimo es "ayudar a las personas mayores". "Yo veía un servicio más que un negocio. Para mí lo primero soy las personas mayores y sí estoy capacitada para ese trabajo. Pero fueron diez días, no me dio tiempo a nada. Nunca me ha gustado cómo han funcionado las residencias", ha dicho en la comisión, al tiempo que ha dado algunas pinceladas de cómo sería su modelo de medicalización de residencias.

"Nos vamos a hacer a los amos de la gestión sociosanitaria"

La responsable de la 'Operación Bicho' ha insistido en varios momentos de su intervención que tiene una preparación para poder llevar a cabo este tipo proyectos porque es "auditora de calidad, directora de centros sociales, gestión de proyectos sociales y auxiliar sanitaria". "Y sigo con ello, porque me considero muy capacitada para tratar a las personas mayores como se merecen", ha rematado.

El País, que desveló los detalles de ese plan el pasado mes de junio, ha publicado este viernes cuatro audios de Burgueño que revelan que, detrás de la iniciativa pudo haber también intereses económicos.

“Nos vamos a hacer los reyes y los amos de la gestión sociosanitaria de Madrid, Comunidad Autónoma”, dice la coordinadora en uno de los mensajes de voz.

Hija del que fuera director de Hospitales durante el Gobierno de Aguirre

Su padre, Antonio Burgueño, que fue director de Hospitales durante el Gobierno de Esperanza Aguirre, asesoró a Ayuso en marzo después de que la presidenta lo llamara para pedirle consejo cuando los hospitales empezaron a saturarse. De esa llamada y de una reunión posterior surgió un plan que se basó en el envío de médicos a las residencias de mayores para que los ancianos fueran atendidos en los propios centros sin tener que derivarlos a los hospitales.

Días después, el 25 de marzo, Ayuso llamó a la hija del asesor --que no tenía experiencia con residencias y se dedicaba al alquiler de desfibriladores-- y le encargó la coordinación del mismo. Entonces, Encarnación Burgueño envió un audio a su socio en el negocio de desfibriladores y al gerente de una empresa de ambulancias para contarles el plan. Contó con la aprobación del director general de Coordinación Sociosanitaria en la consejería de Sanidad, Carlos Mur de Víu.

“Eh, a ver en un par de horas, bueno ya menos, me va a llamar este… Carlos Mur porque yo le he mandado un correo diciéndole necesitamos los EPI, necesitamos los test y necesitamos saber dónde hay que ir, ¿vale? por lo menos ir entrando. Luego si tenemos que ir ya… que vayan valorando y se vayan haciendo aislamientos y demás”, dice en el audio.

"A ver, operación bicho al habla"

Al poco tiempo, siempre según la información publicada por El País, le envía un nuevo audio con las instrucciones recibidas por parte de Mur de Víu para el día siguiente.

“A ver, operación bicho al habla. Me acaba de llamar el señor Carlos Mur. Me tenéis que mandar los EPI que necesitéis, ¿vale? Con un margen de dos o tres más por equipo, ¿vale? Los EPI que se necesitan para a primera hora él decir dónde tenemos que ir a por ellos. ¿Vale? Y mañana por la mañana nos dice”, dice en una parte del audio.

Esa gestión en los centros sociosanitarios de la Comunidad se le fue asignada a la empresa de ambulancias Transamed, que tenía en total unos 15 sanitarios, un apoyo insuficiente para atender a las más de 400 residencias de Madrid.

En un tercer audio, se escucha cómo Burgueño les animaba: “Ejem, llevamos en torno a 8.600, yo ya pondría con los que me faltan unos 8.700 abueletes vistos. ¿Sabéis lo que es eso?, ¿sabéis el curro que habéis hecho? Es increíble. O sea, increíble. En una semana y poco. Una semana. Porque empezamos el viernes de la semana anterior. En una semana. Flipo colorines, tíos. Flipo colorines de lo que valéis. Joder como sigamos así nos vamos a hacer los reyes y los amos de la gestión sociosanitaria de Madrid, Comunidad Autónoma, ¿vale? Flipo. Sois geniales. Vais a hacer que mi sueño se consiga. Que es trabajar en el mundo sociosanitario. Tener mi propia empresa. Gracias. Muchísimas gracias”.

Sin embargo, un cuarto audio del 6 de abril muestra el cambio radical en la actitud de Burgueño, una vez que publicó en medios que ella estaba encargada de la "medicalización" de las residencias. De inmediato ordenó a la empresa de ambulancias que no hicieran más visitas a los centros de mayores.

“Que no vayan a ningún sitio esta tarde Eduardo, ¿vale? Ahora te llamo”, les dijo. Pasaron dos días hasta que se puso en contacto con los sanitarios vinculados a la empresa de ambulancias para decirles que no podía pagarles.