El éxito de un Banco de Tierras
- Desde 2013, el Banco de Tierras de El Bierzo ha recuperado para el cultivo unas 2.500 parcelas abandonadas
- El banco consiste en un registro de terrenos abandonados, cuyos propietarios pueden ceder para su cultivo
Aunque un Banco de Tierras no es un banco novedoso (su historia se remonta al siglo XIX con los intentos de reformas agrarias en Rusia), sigue siendo una figura desconocida en general para la cultura urbana. El Banco de Tierras consiste en un registro de terrenos abandonados, cuyos propietarios no pueden atender pero están dispuestos a ceder para su cultivo en las condiciones que pacten entre particulares.
El Banco de Tierras de la comarca de El Bierzo (León) es una referencia en España. Cuando quedamos en los campos que rodean Ponferrada con propietarios, arrendatarios y gerente para explicar su funcionamiento, comienza a nevar. “Me encanta la nieve aquí en la viña”, exclama Chelo Alví, propietaria de una viña abandonada en las inmediaciones de Ponferrada, “yo era recién casada cuando la compró mi marido a una hermanita de él. Y le tengo tanto cariño porque la quería con locura. Entonces al morir él yo no sabía atenderla”.
Desde hace dos años se la cuida Álvaro Flórez, un joven agricultor que necesitaba superficie de viñedo para convertirse en viticultor.“Simplemente yo le trabajo la viña y se la mantengo para que la viña no se pierda, para que prospere, porque si no estas viñas se perderían y es una pena. Es un viñedo antiguo, plantado en 1908, tiene variedad Mencía, autóctona del Bierzo, y algo de Palomino. Da poca cantidad, pero mucha calidad. Es una zona donde siempre he vivido, donde quiero estar. Entonces, pues qué mejor que poder trabajar aquí y estar en casa”.
La cosecha se la queda Álvaro y Chelo es feliz con su viñedo atendido. Este acuerdo entre particulares tiene un contrato oficial, avalado por el Banco de Tierras del Bierzo. Con sede en Ponferrada, es un ente público que pone en contacto a propietarios de terrenos abandonados con quienes buscan trabajar la tierra.
Recuperación de los terrenos abandonados
La gerente de la institución, Beatriz Anievas resume su función: “Nosotros lo que hacemos es poner en contacto a esos propietarios de fincas no trabajadas con todas aquellas personas que tienen un proyecto empresarial o necesitan ampliar sus explotaciones para que sean viables".
"Para una plantación nueva de frutales o para una plantación hortícola o de pimientos o viñedo, para el uso que sea. El Banco de Tierras de El Bierzo lo que intenta es que todos esos terrenos que calculamos en un 50% y son aptos para uso hortícola, ganadero o forestal están abandonados, pues ir recuperándolos poco a poco para crear más riqueza en la comarca”.
La minería y la industria siderúrgica dominaron la economía de la comarca berciana durante todo el siglo pasado. Los 38 municipios de El Bierzo vivieron directamente del subsuelo, hasta que en 2018 cerró la última mina de carbón. Desde entonces, el sector agroalimentario está saliendo al rescate. Vino, castaña, pimiento, manzana reineta, pera conferencia, botillo y cereza tienen sellos de calidad en El Bierzo. Se trata de un valle muy fértil en espera de agricultores. “Vamos a ayudar al agricultor”, subraya Beatriz Anievas. “Desde el Banco de Tierras le ayudaremos con cualquier problema técnico que tenga sobre la tierra, le vamos a dar formación si la necesita, ayudarle a profesionalizarse, asesorarle sobre subvenciones y ayudas, ofrecerle una tutela efectiva. Eso tanto para el propietario como para el arrendatario”.
Técnicos como Pablo Linares están para eso. “Si tú llegas nuevo o no eres de ese pueblo o no eres agricultor, intentar buscar una finca seguramente te va a resultar supercomplicado”, admite Pablo, “y nosotros ofrecemos ese apoyo técnico que le puede dar mucha seguridad al agricultor recién llegado”.
Desde 2013 el Banco de Tierras de El Bierzo ha recuperado para el cultivo unas 2.500 parcelas abandonadas. Sus servicios son gratis. Es el éxito discreto de un banco distinto.