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Cine

González Macho rompe cuatro años de silencio: "Lo que me pasó fue un ensañamiento como no he visto en la vida"

  • El expresidente de la Academia de Cine y uno de los distribuidores más importantes del cine español presenta sus memorias
  • Afirma que si la taquilla sigue igual en marzo se verá obligado a cerrar su cadena de salas: los cines Renoir

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El expresidente de la Academia de Cine, Enrique González Macho.
El expresidente de la Academia de Cine, Enrique González Macho.

Productor, exhibidor (propietario de la cadena Renoir) y, sobre todo, uno de los grandes distribuidores independientes (fundador de la ya cerrada Alta films), Enrique González Macho (Santander, 1947) es memoria viva del cine español y ahora también escrita: acaba de publicar su libro de memorias, Mi vida en V.O. (editorial Atticus). En 2017 fue acusado por la Fiscalía de manipular la taquilla; en 2019 dos sentencias le absolvieron en firme. Solo queda una causa pendiente, pero el daño reputacional no se puede medir en términos jurídicos. Quiere pasar página y se siente liberado.

Lo que cambia tu vida lo sé yo y los pocos que vivimos una situación así: tienes todo preventivamente embargado, el teléfono no te suena durante un mes, vas por la calle y alguien que conoces se cambia de acera, o cenas en un restaurante y unos desconocidos piden cambiarse de mesa porque ‘huele mal’”, enumera. “Todo eso me ha pasado”.

Prácticamente cuatro años de silencio –de alguien que no nació para estar callado- en los que dice haber comprendido bien el significado de la presunción de inocencia: “De cuando me machacaron tengo 10 archivos llenos de noticias y solo agradezco a tres personas que publicaron la absolución; también aprendes que tus amigos son menos de los que pensabas y, por eso, son más valiosos".

Nada de esto es el centro de su libro, que está lejos de ser "un ajuste de cuentas". Hombre de comunicación torrencial, ha contado con la ayuda de la periodista Begoña Piña para ordenar un repaso a 53 años de profesión que es, también, el acceso desde una ventana privilegiada a seis décadas del cine español. Dice que tras distribuir unas 1.400 películas, le dio por rebuscar rastros físicos de su vida (carteles, pressbooks) y tirando del hilo ha reconstruido la vida de un hombre de cine por accidente.

“Las circunstancias me llevaron al mundo de la producción y luego me interese por la distribución y exhibición: poca gente ha estado en los tres sectores, pero jamás he tenido vocación cinematográfica. Empecé muy abajo, como meritorio, y sé lo que difícil que es hacer la peor película del cine español y el trabajo que lleva, por eso respeto mucho el oficio”, recuerda.

Dice Macho que su libro está destinado al profano y al iniciado en la industria cinematográfica, y que repasa su relación con Rusia, sus problemas con la censura franquista, y muchas anécdotas de la época de Alta Films, de los mil festivales a los que ha acudido y de su etapa como presidente de la Academia de Cine.

“El IVA a mí me ha salido muy caro”

En 2015 dejó su cargo como presidente de la Academia cine por motivos personales: le había llegado que se preparaba una acusación contra él, tal y como acabó sucediendo en 2017. González Macho dice en su libro que no fue un ataque, sino un “contrataque”. “A mí el IVA me ha salido muy caro. Todos fueron por la vía administrativa y puede que alguien dijera que yo por lo penal. No había jurisprudencia ni nada de nada. Lo que pasó fue un ensañamiento como no he visto en la vida, pero mi abogado me pidió guardar silencio y es lo que he hecho con gran dolor por mi parte".

Dice que la pandemia dibuja un oscuro panorama para su cadena de cines. “Mis cines son los primeros de España desde hace seis semanas, lo cual es totalmente ilógico por aforo y tipo de películas. Hablo desde la desgracia del menos desgraciado: no hay quién lo aguante, cubrimos entre el 18 y el 30 por ciento del coste de tenerlos abiertos. Los cines están aguantando porque el año pasado fue el mejor de los últimos 15 años y todos tenemos una reserva, pero si en marzo no ha levantado, apaga y vámonos: no llegaríamos a pagar las nóminas del mes siguiente. Y no es llorar, no he llorado en mi vida”, describe.