Bruselas y Londres buscan un acuerdo de última hora: estos son los tres escenarios del 'Brexit'
- Los equipos negociadores tratan de pactar la futura relación con el tiempo en contra
- A 16 días para la fecha límite, la UE maneja tres opciones: acuerdo, Brexit duro temporal y ruptura abrupta
La Unión Europea y el Reino Unido prosiguen con las negociaciones sobre el acuerdo comercial y la futura relación tras el Brexit con el tiempo cada vez más en contra. Ambas partes deben decidir si pactan el divorcio definitivo antes del 31 de diciembre, fecha en la que expira el periodo de transición y Londres dejará de regirse por la normativa comunitaria.
A poco más de dos semanas para el plazo definitivo, los equipos negociadores siguen tratando de sortear los tres obstáculos que hasta ahora han impedido un acuerdo: la competencia, la gobernanza del acuerdo y la pesca. Y lo hacen evitando filtraciones, a pesar de que el Gobierno de Boris Johnson se muestra más pesimista en público.
Estos son los tres escenarios que maneja la Unión Europea:
Milagro y acuerdo en los próximos días
El escenario más optimista pasaría por la resolución de los escollos para lograr un acuerdo en los próximos días o durante la próxima semana. Esta opción permitiría la ratificación en la Eurocámara, el Parlamento británico y el Consejo Europeo antes de que termine el año.
Pero aunque es el desenlace más perseguido, también genera cierto nerviosismo en Europa, que se vería obligada a acelerar todo el proceso en pleno receso navideño. En primer lugar, la Comisión Europea tendría que remitir el texto al Consejo para su revisión y traducción a todos los idiomas oficiales del club antes de que llegue al Parlamento Europeo.
Entonces, la Eurocámara convocaría un pleno de dos días para anunciar la recepción del pacto y su remisión a las comisiones competentes, que deberán aprobar el acuerdo antes de devolverlo a la Cámara para la votación. Este pleno podría celebrarse el 28 y 29 de diciembre ya que, después, el Consejo todavía necesitaría un día para finalizar su adopción.
Fuentes comunitarias señalan a la agencia Efe que esta opción genera cierta "frustración" por la gestión de los tiempos, especialmente después de que Londres impidiera una prórroga del periodo de transición. "Así no es como se debería hacer un escrutinio", señalan,
Un Brexit duro controlado
El segundo escenario contempla la posibilidad de que no se pueda ratificar el acuerdo a tiempo. De este modo, el Reino Unido se vería abocado a un Brexit duro a final de año, si bien se trataría de un "no acuerdo controlado", ya que los negociadores seguirían trabajando y podrían alcanzar un pacto en los últimos días de 2020.
Una vez acordado, todos los trámites de ratificación se pondrían en marcha a principios de enero para que el pacto entrase en vigor poco tiempo después. Hasta entonces, europeos y británicos experimentarían la realidad de una ruptura abrupta, que pese a los planes de contigencia amenaza con colapsar los transportes y provocar escasez de algunos productos en el Reino Unido.
La otra opción pasaría por implementar directamente el acuerdo el 1 de enero de 2021 de forma provisional hasta su ratificación, pero la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, no es favorable a esta posibildad, según Efe. Tampoco parece dispuesto el Gobierno británico, que cree que, aunque sería posible si las dos partes lo aceptan, generaría "retos legales", según ha declarado el líder conservador en el Parlamento, Jacob Rees-Mogg.
Ruptura sin acuerdo
El temible escenario que dibuja un Brexit sin acuerdo sigue siendo una posibilidad real que podría prolongarse durante meses, puesto que la perspectiva de alcanzar un pacto comercial a corto plazo ya no sería tan prioritaria.
Los planes de contingencia presentados por la Comisión Europea para garantizar el transporte aéreo y rodado y la pesca en aguas británicas entrarían inmediatamente en vigor, aunque todavía deben ser aprobados por los Estados miembro y el Parlamento Europeo.
Los cambios serán inevitables a uno y otro lado del Canal de La Mancha. Los viajes desde las islas británicas a la UE quedarán restringidos a los esenciales por las restricciones de la COVID-19, mientras que el reconocimiento mutuo de cualificaciones profesionales y los mecanismos para trasladar el derecho a pensión y otros subsidios entre Londres y la UE quedarán en el aire.
Además, la tarjeta sanitaria europea dejaría de ser válida para los británicos en la UE y los turistas comunitarios en el Reino Unido y Londres se quedaría fuera del programa Erasmus. Pero la mayor preocupación de que se percibe en el Reino Unido en los últimos días corresponde al ámbito económico: la imposición inmediata de aranceles elevaría el precio de la compra y el comercio.
En cualquier caso, parece improbable que ninguna de las dos partes escenifique un portazo definitivo a las negociaciones, puesto que están condenadas a entenderse y, tarde o temprano, sus cercanía geográfica y profunda interdependencia les obligará a negociar su futura relación.