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Polémica entre vecinos y ecologistas por las recientes inundaciones

Las copiosas lluvias anegaron bajos y garajes en zonas edificadas sobre la marisma

Naturaleza y Hombre asegura que los humedales han pasado en 50 años de cientos de hectáreas a solo 75

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Inundaciones en zonas edificadas junto a la marisma

A mediados del siglo XX, en los municipios de Camargo y Santander se conocía a esta zona como “La Venecia”, porque los escasas viviendas que existían entonces al oeste de la capital cántabra estaban cimentadas sobre una extensa marisma y sometidas a los vaivenes de las mareas.

El pasado nueve de diciembre, los habitantes del barrio Santiago el Mayor de Nueva Montaña y de las más recientes edificaciones situadas junto al centro comercial de El Corte Inglés entendieron mejor que nunca el porqué del alias. Tras cuatro días sin parar de llover, el barrio amaneció cubierto por una lámina de aguabajos y garajes inundados y coches semisumergidos.

Los vecinos señalan como causa el mal funcionamiento del sistema de compuertas que regula los niveles de entrada de agua del mar y evacuación de las pluviales, unas esclusas cuya gestión asumió Naturaleza y Hombre desde que esta Fundación firmase hace 20 años un convenio con la demarcación de Costas y los ayuntamientos de Santander y Camargo, que contemplaba la cesión al colectivo ecologista de 45 hectáreas de humedal, las marismas de Alday.

Según Luís Porcelli, asesor de la asociación de vecinos “El chaparrudo”, “en 2008, Costas autorizó a la Fundación a manipular las compuertas interiores y desde un tiempo acá, el agua del mar queda retenida y provoca que no desagüe adecuadamente la corriente que procedente de la cuenca, de tal manera que se producen desbordamientos en las zonas de Santiago el Mayor y Valle Real”

El Presidente de la Fundación Naturaleza y Hombre,  Carlos Sánchez, asegura que el sistema de compuertas acaba de ser renovado y que evacúa el agua de manera natural. La causa de lo que está pasando, dice, hay que buscarla en la evolución de la zona desde hace años: “La edificación masiva ha ido reduciendo progresivamente la marisma, que ha pasado de tener cientos de hectáreas en 1950 a 75 en la actualidad. Como se ha reducido tanto la extensión de humedal, cuando se producen grandes precipitaciones unidas a pleamares muy altas, la marisma colapsa y sobrepasa su capacidad de embalse. Es cuando se producen los desbordamientos”.

Las compuertas de la discordia

El hartazgo en este tipo de situaciones ha llevado a algunos vecinos a reclamar que se permita el acceso público al uso de las compuertas, propuesta que el responsable de “Sistemas de control y Mantenimiento”, Leo del Rincón, considera una locura:” Hace un año y medio que se renovaron las clapetas y su funcionamiento es tan natural que no necesita que nadie intervenga en su manipulación. Si manejásemos esas compuertas sin la formación técnica adecuada, no funcionarían y además sería muy peligroso”.

Desde la Fundación Naturaleza y Hombre se apuesta por una actuación integral que permita superar el sellado de la marisma y evacuar el agua en caso de inundaciones “a través de una nueva salida al mar que evite el colapso de un sistema que ha venido utilizándose durante décadas y que no tiene nada que ver con la situación de hoy.” De momento, el Ayuntamiento de Santander acaba de finalizar un dique provisional que evite desbordamientos de la Ría de Nueva Montaña. “va en el camino adecuado”, dice Sánchez, “pero sólo es una salida provisional”. El equipo de gobierno quiere encargar al Instituto de Hidráulica Ambiental un proyecto que permita a los vecinos de la antigua Isla del Óleo estar en Venecia solo de visita y cuando les apetezca.