'Assassin's Creed: Valhalla': ¡Skol! La conquista vikinga de Ubisoft
- Ubisoft Montreal ha apostado por repetir la fórmula para acercarse al paraíso en un título a caballo entre dos generaciones
- Valhalla nos sumerge en la historia de las conquistas anglosajonas de los vikingos en el mapa más extenso de la saga
La transición entre la presente y la futura generación de consolas ya está y Assassin's Creed: Valhalla ha llegado como uno de esos juegos bisagra para despedir una generación y dar la bienvenida a otra.
Hay que remontarse trece años atrás para descubrir el origen de una de las sagas más importantes de los últimos años, cuando Ubisoft Montreal decidió lanzar para la recién estrenada PlayStation 3 el primero juego de la saga de los asesinos, con Altaïr a la cabeza.
Ahora, en un 2020 atípico en la realidad, la franquicia canadiense regresa con una fórmula acertada y un nuevo pueblo por explorar, el vikingo. Después de unos años acelerados y con más sombras que luces, Ubisoft encontró el camino al éxito con Assassin's Creed: Origins, donde nos sumergió en el enigmático mundo egipcio, con unas renovadas dinámicas de juego y muchas horas de entretenimiento.
Una fórmula que volvió a explotar hace apenas dos años con Odyssey, con una vuelta al mundo clásico, en el que perderse y dispersarse era bastante fácil. Ahora, el estudio de Montreal ha apostado por la mitología nórdica, muy de moda en los últimos años.
Si eres fan de la serie Vikingos, esto te sonará. La historia transcurre en el siglo IX, con la invasión de los pueblos nórdicos de los reinos de Inglaterra, de la mano de Eivor, un príncipe desterrado tras la traición de otro clan guerrero que acabó con su familia.
Al igual que su antecesor más reciente, se puede decidir en la elección del sexo del personaje y se puede cambiar en cualquier momento, aunque también se puede escoger la opción aleatoria y será la propia IA la que otorgue el género. Una elección un poco forzada y que nada afecta al devenir de lo importante.
A la conquista de los reinos de Inglaterra
La historia se inicia en Noruega, donde iremos adquiriendo la experiencia necesaria y las dinámicas principales para luego dar el salto a tierras anglosajonas, donde esperan los mejores momentos de este vasto mundo que estar por conquistar.
Ubisoft vuelve a apostar por un medio camino entre el RPG y la acción en tercera persona, con un árbol de habilidades demasiado amplio donde iremos adquiriendo poco a poco las cualidades necesarias para mejorar el rendimiento en combate de Eivor.
Desde el inicio se mezcla el mundo real con la mitología nórdica, gracias a las visiones que iremos teniendo a lo largo de las horas interminables del duodécimo título de la familia.
El desarrollador canadiense ha decidido aprovechar las mejores dinámicas tras el reseteo de la saga con Origins, pero sin olvidar puntos fuertes de otras épocas mejores como la de Ezzio, con el regreso de la búsqueda de los tesoros escondidos en las tumbas.
Y tampoco podría entenderse un Assassin's sin las incursiones navales. Un clásico que se consagró con otro de los mejores juegos de esta longeva familia, el Black Flag. En Valhalla, se pule el error de las navegaciones interminables de Odyssey.
Los vikingos eran un pueblo de exploradores y conquistadores, una faceta que ha potenciado Ubisoft, sin perder de vista los hermosos escenarios de los que iremos disfrutando hora tras hora de juego, con algunos bugs derivados de la propia extensión del mapa.
Mucho por hacer en un mapa interminable
Además de la evolución del personaje, también habrá que construir, mantener y evolucionar nuestro propio poblado, amén de mantener buenas relaciones con otros vecinos para forjar alianzas.
Las tareas principales y secundarias, casi interminables, se mezclan con otras alternativas como minijuegos -el orlog, los saqueos o beber cerveza hasta perder el sentido-, la caza, la búsqueda de tesoros o los más fieros combates. Muchos quehaceres entremezclados para eludir uno de los puntos débiles del título: la falta de una buena historia que tenga detrás un protagonista carismático.
Otros clásicos que tampoco faltan son las atalayas, el caballo, la exploración aérea -en esta ocasión con un cuervo-, el parkour o el sigilo.
Además, el arsenal y las posibilidades de combinación del mismo son innumerables. Se pueden portar armas en ambas manos o hacer uso de un escudo en una de ellas.
Todo un mundo de posibilidades en combate sin olvidar que también dichos metales de guerra son propensos a la mejora, así como las armaduras, monturas y demás enseres de Eivor.
Enfrentarse a un enemigo de mayor nivel ya no será tan tedioso como el Odyssey, donde las diferencias en un combate desnivelado eran tremendas y poder superar un reto podría llevar a la desesperación. También merece mención una banda sonora muy interesante, con músicas vikingas y un buen doblaje al castellano a la altura de un título de estas colosales dimensiones.
Conclusión:
Assassin's Creed: Valhalla es un título continuista con el que Ubisoft no ha querido arriesgar en su salto entre dos generaciones de consolas, a modo de transición fluida que ha sabido aprovechar lo mejor de un reseteo que comenzó con Origins, además de recuperar dinámicas de tiempos mejores.
La falta de una historia y un protagonista con más carisma está bien suplida con el mapa más extenso que ha dado la saga hasta la fecha, con unos escenarios de los que disfrutar a lo largo de las muchas horas que se necesitan para completar esta gran experiencia vikinga: ¡Skol!
Análisis realizado con una copia para PS4 facilitada por Ubisoft