Cómo afrontar la Navidad: una "oportunidad" para conectar con los más íntimos y una "liberación" por despedir al 2020
- Tres psicólogas analizan el contexto de estas fiestas y comparten algunas recomendaciones en función de cada vivencia
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El periodo navideño llegará en breve y lo hará acompañado de unas expectativas bastante pobres. Las limitaciones que ha impuesto la pandemia de COVID-19 y la atmósfera que se respira en todo el país permiten anticipar que, para una mayoría, estas fiestas no serán ni las más gozosas ni las más alegres, lo cual no impide que, incluso en este contexto, sea posible sacar provecho a la Navidad más atípica.
Lograrlo, no obstante, demanda un importante cambio de enfoque, un último esfuerzo en este año agotador que ha dejado a la sociedad con la energía bajo mínimos.
Tres psicólogas consultadas por RTVE.es analizan a qué nos enfrentamos en estas fechas desde el punto de vista de la salud mental y comparten algunos consejos para disfrutar de ellas o, al menos, para evitar que la carga simbólica de las Navidades haga más profundo el dolor de quienes más han sufrido el azote del coronavirus.
Asumir que será una Navidad "diferente" y cambiar el enfoque
“Tenemos que ser realistas. Van a ser unas Navidades muy complicadas porque aún no hemos superado la pandemia y porque hay personas que lo han pasado muy mal, que han perdido a familiares, o que tienen que vivir en soledad estas fechas. Por eso, lo primero que hay que hacer es escucharnos a nosotros mismos y, después, vivir estos días desde la consciencia personal y la responsabilidad”, apunta la psicóloga Silvia Álava.
Lo que ella propone a las personas que no estén pasando por un momento especialmente duro, pero que se sientan agotadas por todo lo vivido, es aceptar las restricciones como "la mejor solución" y no "banalizar" las emociones que nos provoque esta Navidad "diferente".
“Es normal que nos genere mucha rabia o tristeza no poder celebrar las Navidades como siempre y está bien reconocerlo y saber que esas sensaciones están ahí. Ahora bien, hay que evitar quedarse enganchado en eso. La mejor de las opciones es no vivir las limitaciones como una imposición sino entendiendo que es la mejor solución para protegernos a nosotros y a nuestra familia”, explica Álava.
“La mejor de las opciones es no vivir las limitaciones como una imposición sino entendiendo que es la mejor solución“
La psicóloga Iratxe López también incide en esto y aconseja "abrir las puertas al miedo, a la incertidumbre y al enfado" porque las emociones son adaptativas y negarlas o hacer como si no existieran no ayuda, sino todo lo contrario.
“Algo muy importante también es vigilar cómo nos estamos hablando a nosotros. Debemos dejar de decirnos frases como que este año no hay Navidad y cambiar el discurso negativo por uno que, simplemente, sea objetivo y neutro. Podemos decirnos que no son las Navidades que hubiéramos elegido y poner el foco en lo que sí podemos hacer para pasarlas del mejor modo posible”, añade Álava, que lo considera un buen método para bloquear el pensamiento pesimista y dejar margen a la ilusión y a las emociones agradables.
Para muchos, una oportunidad para estar junto a los más íntimos
Su planteamiento es muy similar al que expone la psicóloga Sonia García, quien considera que esta Navidad ofrecerá a muchos la "oportunidad" de hacer planes “caseros” junto al "núcleo" familiar que, sin duda, serán muy enriquecedores.
“En lugar de centrarnos en lo que nos va a faltar, tenemos que centrarnos en qué podemos hacer este año que otros años no hacíamos. Por ejemplo, las familias que solían irse fuera de vacaciones ahora pueden aprovechar para disfrutar de un maratón de películas navideñas, jugar con los niños o dedicar más tiempo a adornar la casa”, dice García.
López ve posible que, incluso, haya familias que disfruten de estas Navidades "más que otros años": "Pensemos que la mayoría de las familias apenas se han visto durante el año, con lo cual, las comidas y cenas navideñas cobran un nuevo sentido", apunta.
En el caso concreto de las familias con niños, lo que estas expertas aconsejan es no trasladarles a ellos la negatividad del mundo adulto mediante un lenguaje demasiado pesimista y transmitirles, por el contrario, mensajes de seguridad para que puedan seguir viviendo con ilusión estas fechas.
“Busquemos soluciones creativas para los más pequeños“
“Es necesario que respondamos a sus preguntas, sin ser alarmistas, trasmitiendo tranquilidad e indicándoles que la pandemia tiene un punto de inicio y también un final. Darle un carácter temporal les ayudará (...) Además, la creatividad es una herramienta muy útil. Busquemos soluciones creativas para los más pequeños. Si este año no podemos ir a la cabalgata, podemos, por ejemplo, simular nuestra propia cabalgata en casa", sugiere López.
En situaciones de soledad, reforzar el contacto a distancia
Disfrutar de la Navidad cuando hay distancia física entre familiares que habitualmente celebran juntos las Navidades requiere de un esfuerzo mayor, admiten las psicólogas. En estos casos lo que proponen es reforzar el contacto telefónico y optar por recursos que fueron cruciales durante el confinamiento de la primera ola, como las videollamadas.
“Lo que hay que intentar es que todos los que estamos lleguemos a las siguientes Navidades“
“Es fundamental que podamos sentirnos acompañados aunque estemos en la distancia”, comenta García, mientras que Álava recalca la importancia de recordarnos a nosotros mismos las prioridades y las razones por las que conviene estar separados: “lo que hay que intentar es que todos los que estamos lleguemos a las siguientes Navidades. Esa es la clave”.
Después de haber vivido un confinamiento tan estricto en los peores meses de la pandemia, una buena práctica, añaden las psicólogas, sería utilizar lo aprendido durante ese periodo de encierro para “conectar con nosotros mismos” y "agradecer lo que tenemos".
Respecto a esto último, Álava, propone realizar un ejercicio que, asegura, tiene un efecto muy positivo en la mente: “Se trata de escribir cartas a nuestros allegados contándoles las cosas por las que estamos agradecidos. Ni siquiera hace falta enviarlas, aunque hacerlo puede ser muy bonito”.
Unas fechas aún más difíciles para quienes han perdido a un ser querido
Esta idea de la carta, precisa la psicóloga, también puede convertirse en una actividad infantil y que sean ellos quienes envíen un mensaje a esos familiares con los que no van a poder celebrar las Navidades, pero sobre todo es una herramienta muy valiosa para las personas que se encuentren en un proceso de duelo y que no pudieron despedirse de un ser querido por las circunstancias sanitarias.
“Las Navidades van a ser especialmente difíciles para quienes hayan perdido a alguien. Sobre todo, para quienes además no hayan podido despedirse porque el proceso de cierre es necesario y en esos casos puede ser muy beneficioso escribir una carta de agradecimiento o de despedida, aprovechar el final del año para hacerles un pequeño homenaje”, añade Álava.
A quienes se encuentren en ese momento de duelo García también les recomienda poner el foco en los momentos vividos y darse “permiso” para sentir emociones como la tristeza. “Estas fechas no siempre son felices para todos”, recuerda esta psicóloga, quien, no obstante, incide que lo más sano desde el punto de vista psicológico siempre es intentar reconducir los pensamientos negativos y recrearse en los momentos que sean más positivos.
El fin de 2020, ¿un acontecimiento "liberador"?
Por otro lado, tanto García como Álava coinciden en que estas Navidades pueden provocar una sensación de “libertad” en numerosas mentes.
“Cuando el reloj de la Puerta del Sol suene ya no solo indicará que es un nuevo año, como pasa siempre. Esta vez tendrá un efecto liberador porque se acaba el 2020 y se entenderá como un momento de cierre”, señala Álava
En palabras de García, “supone terminar uno de los peores años de nuestra historia para las personas que estamos vivas" y cree que, "del mismo modo en que normalmente nos marcamos propósitos de año nuevo y nos despedimos de los hábitos que no nos gustan, en esta ocasión, simbólicamente, despedirse de un año tan duro es reconfortante, porque entendemos que un día más es un día menos de pandemia”.
En cuanto a esto, López hace una puntualización. "Es peligroso dar carpetazo al 2020 sin haberlo integrado y procesado todo, y tenemos mucho que procesar: los planes y objetivos que no hemos podido cumplir, todo a lo que hemos renunciado, la pérdida de la libertad y, en los peores casos, la muerte de un ser querido. Este es un proceso que para cada persona llevará un ritmo diferente, habrá quien este preparado para cerrar ya y personas que necesitarán más tiempo".
Ella considera que es importante que cada persona respete sus propios ritmos y no tiene tan claro que para la mayoría sea muy significativo el cambio de año porque la COVID, lamenta, seguirá ahí en 2021. "Lo que sí puede ser interesante es hacer balance: ¿Qué he perdido en este 2020?, ¿hay algo que he ganado?, ¿he aprendido nuevas habilidades durante la pandemia?, ¿qué estrategias me han sido útiles para lidiar en esta situación?, ¿cuáles no?", propone López.