España, a las puertas de una Navidad que traerá la vacuna y la amenaza de una tercera ola
- Sanidad prevé un aumento de la presión hospitalaria que podría coincidir con el inicio de la vacunación contra la COVID-19
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Faltan cinco días para Nochebuena, tiempo que otros años los españoles pasan ultimando los detalles de la cena familiar, decidiendo el menú o comprando los últimos regalos. Pero 2020 está siendo diferente, y, aunque la Navidad no se ha dado por cancelada, la mirada está puesta en una curva de contagios de coronavirus. No solo está en juego la celebración de las fiestas, a las que cada vez se les imponen más restricciones y para las que se recomienda extremar las precauciones, sino también la viabilidad de la vacunación contra la COVID-19, cuyo comienzo está previsto para el próximo 27 de diciembre.
España llega a la penúltima semana del año con 1.797.236 contagios desde marzo, 56.588 de los cuales se han diagnosticado en la última semana (aunque el cómputo global ha crecido en 66.661, al añadir casos de fechas pasadas). Del mismo modo, en los últimos siete días la incidencia del virus ha crecido en 24,56 puntos, hasta los 214,12 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, y 19 provincias de nueve comunidades autónomas se encuentran en riesgo extremo de contagio según el semáforo semanal que publica el Ministerio de Sanidad.
A las puertas de las vacaciones navideñas, el Gobierno espera que la incidencia siga aumentando, ya que los datos actuales no incorporarían todavía el efecto del puente de la Constitución, y el Ministro de Sanidad ha avisado de que la evolución actual de la transmisión del coronavirus en España es "preocupante".
Suben los contagios a cinco días de Nochebuena
Para Salvador Illa, los datos muestran que se está produciendo un "cambio de tendencia" en la evolución del virus, por lo que el titular de Sanidad ha pedido a la población "máxima prudencia" en los próximos días y, especialmente, durante las Navidades.
Además de en Madrid, que en menos de un mes ha pasado de ser la región con menos incidencia de la península a liderar ese ranking, el nivel de riesgo de contagio -que tiene en cuenta factores como la incidencia acumulada, la presión asistencial o la positividad y trazabilidad de los casos- ha crecido en las Islas Canarias, concretamente en las de La Gomera, La Palma y Tenerife, territorios que hace poco más de una semana se encontraban en niveles mucho más bajos. También lo ha hecho en Formentera, y las Islas Baleares marcan su mayor pico de incidencia en la segunda ola (338 casos por cada 100.000 personas) y la tasa más alta de toda España.
Todas las autonomías han cambiado la tendencia de descenso, diez de ellas han experimentado un cambio significativo hacia arriba, y nueve han dejado de descender y se han estabilizado. Respecto al pasado 11 de diciembre, los casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días han repuntado en una decena de comunidades autónomas, con el caso ya mencionado de Baleares a la cabeza. El archipiélago ha subido algo más de 100 puntos en siete días y su tasa lleva casi dos semanas por encima de 200.
La siguiente autonomía con un mayor crecimiento es Extremadura, que ha pasado de 145 casos por cada 100.000 habitantes a 231. Le siguen la Comunidad Valenciana, cuya tasa también supera los 231 casos; Madrid, en riesgo extremo con casi 277; Cataluña, que ha crecido 42,5 puntos en siete días; Castilla-La Mancha (+36,84); Canarias (+26,75); Galicia (+26,75); Navarra (+8,87) y Murcia (+2,61).
Las comunidades endurecen sus restricciones
"Estamos ante una situación preocupante sobre la que hay que reaccionar adoptando las medidas que sean necesarias", ha reclamado Salvador Illa ante este escenario, en una rueda de prensa en la que ha felicitado a las comunidades autónomas que han endurecido las normas contra la COVID-19 de cara a las próximas jornadas.
La primera de ellas ha sido la Comunidad Valenciana, que el jueves ordenaba un nuevo cierre perimetral de su territorio y limitaba cualquier movilidad a aquella que sirva para regresar al lugar de residencia. Esto supone descartar los viajes desde o hacia la comunidad para celebrar las Navidades con familiares y allegados, incluyendo el 24, 25 y 31 de diciembre y el 1 de enero. Además, el Ejecutivo de Ximo Puig ha optado por reducir a seis el número de participantes en cenas y comidas navideñas y por adelantar el toque de queda.
También ha bajado la cifra de participantes permitidos en las reuniones navideñas la Comunidad de Madrid -que se cierra perimetralmente del 23 de diciembre al 6 de enero, salvo para familiares y allegados, y mantiene bares, restaurantes y ocio en los mismos horarios y aforos que las últimas semanas-, mientras que Cataluña ha restringido la movilidad a la comarca, salvo para visitas familiares. Por otra parte, la Generalitat ha optado por limitar horarios y aforos en la hostelería.
Las restricciones anunciadas hasta ahora permiten visitar en Castilla y León o en Aragón solo a familiares y para entrar o salir de Navarra y Euskadi habrá que presentar un salvoconducto que especifique el domicilio del alojamiento, razón, fecha y nombre de la persona a la que se visita. Además, mallorquines y tinerfeños han visto reducido el número de comensales en sus celebraciones y tendrán que estar en casa antes de las 22:00 horas.
Pese al endurecimiento general de restricciones, algunas autonomías como Andalucía o Cantabria han anunciado que mantendrán sus planes de desescalada, aunque aún pueden sufrir modificaciones en virtud del acuerdo alcanzado el pasado miércoles en el pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) para que las comunidades adapten, según su situación epidemiológica, las medidas contempladas en el plan de navidad.
Mantener la precaución para garantizar la vacuna
"Es muy probable" que la tendencia creciente de los contagios se mantenga hasta "mitad de enero o incluso finales", advertía el pasado jueves el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, que también pedía tener un cuidado "muy especial" durante las próximas semanas. El repunte detectado, advertía, podría significar el inicio de una "tercera ola", que dependerá de que se pueda vacunar a "suficiente gente". Aunque reconocía que "es probable que [la incidencia] no aumente tan rápido como en días previos", el especialista reclamaba poner "mucho cuidado" en controlarla.
La ecuación es sencilla. Tal y como explicaba hace unos días el director del CCAES, "si poco a poco vamos vacunando y tenemos cuidado, es muy probable que el impacto sanitario sea mucho menor en la tercera ola -si es que llegamos a tenerla-", pero un aumento de la presión asistencial podría traducirse en una evolución más lenta de lo esperado en la administración de la vacuna. Esto se debería a que el personal sanitario tendría que atender con prioridad a los casos más graves y dejar a un lado las tareas de inmunización.
Por el momento, según los datos notificados a Sanidad por las comunidades autónomas, la presión hospitalaria en toda España por la COVID se mantiene estable en el 9,14 %, con 11.224 hospitalizados, y un 20,1 % de las camas UCI está ocupada por enfermos de coronavirus, con 1.920 pacientes. Sin embargo, Sanidad espera que el "repunte" empiece a notarse en los hospitales a partir en los próximos días.
Este nuevo incremento podría coincidir con el comienzo de la administración del antídoto de Pfizer, previsto para el próximo 27 de diciembre. Las dosis llegarán a España un día antes y se repartirán equitativamente por todas las comunidades autónomas. Las primeras en recibirla serán las residencias, los centros sociosanitarios y los grandes dependientes.
Sanidad espera que toda la población española que haya querido recibir una vacuna haya podido obtenerla "hacia finales de verano". Sin embargo, hasta entonces, será necesario mantener todas las precauciones.