2020, el año en el que el turismo dejó de existir: más de 100.000 millones en pérdidas y 700.000 empleos en el aire
- La industria asegura sentirse “indefensa” ante la “cruda realidad” que está sufriendo
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Tocado y hundido. Así ha dejado la crisis sanitaria del coronavirus al turismo español. El sector que nos ayudó a salir a flote de una de las mayores crisis financieras mundiales que se recuerdan, con consecuencias catastróficas en los bolsillos y las cuentas españolas, no ha podido resistir el embiste de la COVID-19.
La pandemia se ha cebado de manera especialmente intensa con este sector. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), hasta octubre han visitado España 17,9 millones de turistas extranjeros, frente a los 74,7 millones que lo hicieron el año pasado.
Las restricciones impuestas en marzo para frenar los contagios, los rebrotes más tarde y las cuarentenas obligatorias han sido motivos más que suficientes para que los viajeros internacionales dieran la espalda al mercado español durante los diez primeros meses del año. Y lo peor, aseguran desde el sector, está por llegar ya que el año cerrará, con suerte, cerca de los 20 millones, frente a los 83,7 millones de viajeros de 2019.
Esto ha repercutido también en las cuentas nacionales. De hecho, uno de los aspectos que más ha influido en el comportamiento de la economía española en este 2020, con caídas trimestrales de hasta el 18,5 %, ha sido la paralización casi por completo de la industria turística, uno de sus principales motores económicos.
Solo en 2019, el peso del Producto Interior Bruto (PIB) español vinculado al turismo, medido a través de la demanda final turística, alcanzó los 154.487 millones de euros, un 12,4 % del total, según el INE. Además, las ramas características del turismo generaron durante el pasado año 2,72 millones de puestos de trabajo, el 12,9 % del empleo a nivel nacional.
Sin embargo, en apenas un año, y según las previsiones de Exceltur, la actividad ligada al turismo se desplomará un 70 %, hasta los 46.431 millones de euros a cierre de 2020, lo que supondrá perder 106.000 millones y regresar a los niveles registrados en 1995. Es decir, un retroceso de 25 años.
El sector turístico, en situación crítica desde marzo
Desde la expansión de la pandemia en el mes de marzo, el sector se encuentra en una situación crítica. El turismo dejó de existir durante prácticamente tres meses. Los países restringieron su entrada a los viajeros y en España no estaba permitido viajar sin una causa justificada. Los aeropuertos llegaron a acumular una flota colosal de aviones, que solo realizaban vuelos de repatriación. El AVE circulaba vacío. Y las carreteras registraron índices de movilidad insignificantes debido al confinamiento.
La mejora de la situación a partir de junio hizo reflotar parte de la temporada estival, pero un nuevo repunte de contagios a finales de agosto, unido a las restricciones en cascada impuestas por los principales países emisores como Reino Unido o Alemania, ha terminado de lapidar al sector.
“Las agencias de viajes llevan sin vender desde el 15 de marzo. La mayoría de alojamientos continúan cerrados y, los que han abierto, se encuentran mucho peor porque abrir y cerrar genera pérdidas. Por no hablar de los dueños de autobuses turísticos, que están pasando una agonía muy considerable”, explica a RTVE el vicepresidente ejecutivo de Exceltur, José Luis Zoreda.
La patronal turística se vio obligada durante el mes de octubre a corregir sus previsiones para final de año ante la brusca caída de la demanda externa desde agosto. Preguntado por si han mejorado las expectativas desde entonces, Zoreda asegura que “desgraciadamente” no hay ningún elemento que haga corregir al alza o convierta en menos dramático este escenario, sino más bien todo lo contrario. “No mucho peor, pero sí algo peor”, recalca.
La patronal esperaba recuperar parte de lo perdido en Canarias con la temporada de invierno, pero a raíz de las últimas restricciones impuestas en Tenerife por el aumento de contagios, este escenario también queda descartado. “Nos mantenemos por el momento”, añade.
700.000 empleos en juego
Detrás de todas estas cifras hay un gran damnificado: las personas. La brusca caída de la actividad amenaza con echar el cierre en miles de empresas, en su mayoría pymes y micropymes. Según el INE, poco más de la mitad del total de establecimientos registrados en el décimo mes del año están abiertos y no esperan que la situación mejore en los próximos meses. Esto se traduce, a su vez, en un impacto de dimensiones inéditas sobre el empleo.
La patronal calcula que actualmente hay unos 700.000 empleos en juego, ligados a hoteles, hostelería, agencias de viajes e industria auxiliar. De ellos, la mitad están sostenidos por los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) y los 350.000 restantes son personas que aún no han encontrado otro puesto de trabajo.
“La situación del turismo sigue siendo negra, muy negra“
“La situación del turismo sigue siendo negra, muy negra y, sin duda, ha sido el sector más vulnerable, afectado y damnificado de toda la economía española al no haber podido producir, almacenar, ni vender sus servicios durante meses”, lamenta.
El sector pide ayudas directas
Ante este contexto, el Gobierno defiende las medidas impulsadas para salvar al sector. Entre ellas, un paquete de más de 25.000 millones de euros, que incluyen los avales del ICO, los gastos por los ERTE y la prestación por cese de actividad de los autónomos, entre otros. Asimismo, los Presupuestos incluyen 100 millones para el comercio en las zonas turísticas más afectadas y el Ejecutivo prepara también una batería de medidas para el sector de la hostelería, que pretende aprobar antes de que acabe el año.
Sin embargo, la industria asegura sentirse “abandonada” desde marzo, ya que las ayudas que hay actualmente sobre la mesa no son suficientes para afrontar el vaivén de restricciones impuestas para frenar los contagios.
“Estamos pendientes de una batería de ayudas específicas que nos ayude a superar esta travesía en el desierto que nos queda, pero que no pueden ser más créditos, ni avales, ni ERTE, pues no sirven para el mantenimiento de un sector que es estacional”, nos explica.
A su juicio, lo que se necesitan son ayudas directas, “tal como han hecho otros países europeos”. Además, apunta Zoreda, es necesario intensificar una estrategia de gestión territorial para el seguimiento y control de la pandemia mucho más coordinada, así como una comunicación pública y privada igualmente más positiva y coordinada, con la vista puesta en las empresas.
Y reprochan al Gobierno que se hable del futuro, de digitalización y sostenibilidad cuando en realidad lo que necesitan es su propia supervivencia. “¿Cómo se puede estar dejando a este sector tan indefenso ante la cruda realidad que está sufriendo?”, lamenta el vicepresidente.
La esperanza de las vacunas
Lo cierto es que el sector turístico se asoma al precipicio cada vez con más vértigo. Solo la vacuna y la posibilidad de que se repartan millones de dosis en los próximos meses entrevén un atisbo de esperanza de cara al próximo año.
“Se han abierto unas luces de esperanza clarísimas por las vacunas y habremos tocado suelo este año si nos atenemos a que las vacunas serán eficaces”, señala Zoreda. De ser así, el representante de Exceltur augura que el sector empezará a remontar a partir del segundo o tercer trimestre de 2021, si bien los niveles próximos a 2019 no se alcanzarán hasta 2022.
No obstante, alerta de que este escenario está supeditado a un mayor problema: la incertidumbre. “¿Cuándo se podrá viajar?, ¿cómo?, ¿bajo qué condiciones?”, se cuestiona el vicepresidente, quien también duda de su implementación a nivel europeo: “Si no hemos sido capaces de ponernos de acuerdo a nivel nacional y existe discrepancias entre gobiernos, ¿qué va a suceder cuando esto se abra en canal en Europa?”.