El Congreso de EE.UU. acuerda un nuevo paquete de estímulo de 900.000 millones de dólares por la pandemia
El líder de la mayoría republicana del Senado de EE. UU. , Mitch McConnell, ha anunciado este domingo que ha llegado a un acuerdo con los demócratas para aprobar un nuevo paquete de estímulo de 900.000 millones de dólares (más de 735.000 millones de euros) para paliar los efectos de la pandemia en la castigada economía estadounidense.
"Por fin podemos decir lo que nuestra nación ha necesitado oír durante mucho tiempo. Más ayuda (económica) está en camino", ha dicho al Senado. "Hace solo unos momentos, en consulta con nuestros comités, los cuatro líderes del Senado y de la Cámara de Representantes han finalizado otro gran paquete de rescate para el pueblo estadounidense".
El paquete de estímulo está incluido en una ley de 1.400 millones de dólares destinada a financiar la Administración hasta septiembre de 2021 y que debe ser aprobada antes de la medianoche de este domingo para evitar que las agencias federales se queden sin fondos y tengan que cerrar.
La Cámara baja extiende temporalmente los fondos un día más
Sin embargo, los legisladores han dicho que no hay suficiente tiempo para aprobar las medidas antes de que expire el plazo, lo que significa que pasarán por otra extensión temporal para mantener al Gobierno operando.
Así, la Cámara Baja ha aprobado ampliar durante un día más los fondos para la Administración federal, lo que da más tiempo a demócratas y republicanos para concretar los detalles del un paquete de estímulo por 329 votos a favor y 65 en contra, mientras que el Senado, controlado por los republicanos, ha dado luz verde a la propuesta en una votación de viva voz
La presidenta de la Cámara, la demócrata Nancy Pelosi, ha explicado a los periodistas que quería dar a los miembros algo de tiempo para revisar el acuerdo antes de votar. Con esta extensión, que ha recibido el visto bueno del presidente saliente de EE. UU., Donald Trump, es la cuarta vez desde septiembre que el Congreso aprueba una ley para ampliar los fondos de la Administración y evitar que tenga que cerrar por falta de financiación.
Durante meses, los economistas han estado instando al Congreso a tomar nuevas medidas de ayuda a medida que la recuperación económica se desaceleraba en el otoño, mientras que ambos partidos se han culpado mutuamente durante meses por el estancamiento de las negociaciones.
El propio presidente electo Joe Biden ha pedido repetidamente una votación "sin demora" y Trump se unió a él este sábado para preguntar a través de Twitter por qué el Congreso "no le da a nuestro pueblo un paquete de estímulo. Háganlo y denles más dinero en pagos directos". El miércoles, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, también subrayó la urgencia de la situación, señalando que muchas pequeñas empresas estaban en riesgo de quiebra sin la ayuda inmediata del Gobierno.
El segundo mayor estímulo de la historia del país
Este paquete sería el segundo mayor estímulo económico en la historia de Estados Unidos, solo superado la ayuda de 2,3 billones de dólares aprobada el pasado mes de marzo.
Durante este fin de semana, las dos partes han logrado eliminar uno de los principales obstáculos en las negociaciones: una propuesta republicana para restringir la capacidad prestataria de emergencia de la Reserva Federal (Fed), algo que los demócratas temían que pudiera constreñir al futuro Gobierno del presidente electo, Joe Biden.
Está previsto que el paquete de estímulo incluya unos pagos directos de 600 dólares para todos aquellos individuos que tengan una renta de menos de 75.000 dólares, una medida similar a la del anterior paquete de ayuda, aprobado en marzo y en el que esos pagos ascendían a 1.200 dólares por persona.
Además, se darán 300 dólares a la semana a cada persona que esté en desempleo, una prestación que se suma a la que ya otorgan los estados y que, en ocasiones, son muy escasas. La legislación también incluirá una partida de 330.000 millones de dólares para préstamos para pequeñas empresas y otros 80.000 millones para escuelas, así como miles de millones de dólares para ayudar a entidades locales a distribuir las vacunas contra la COVID-19.
El pacto llega en un momento en el que la pandemia se acelera. EE. UU. es el país más afectado del mundo con más de 17,7 millones de contagios y más de 317.000 fallecimientos.