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Bogotá estrena la línea Calma de atención telefónica al maltratador

  • Entre enero y octubre de 2020 han sido asesinadas 508 mujeres en Colombia
  • Costa Rica, México o Argentina cuentan también con servicios de orientación a los hombres maltratadores

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'Línea calma': Colombia pone en marcha una iniciativa para apaciguar al maltratador

"Hola, buenas tardes. Se ha comunicado con Diana Tires, psicóloga de la línea Calma. En estos momentos voy a orientarle durante la llamada, por lo que le daré algunas recomendaciones ¿Quiere reportar una situación urgente o inminente?"

Diana trata de averiguar si al otro lado de la línea el usuario quiere alertar sobre una emergencia. Desde este nuevo call center de Bogotá ocho profesionales trabajan para combatir la violencia contra las mujeres. Pero a diferencia de otros servicios que ayudan a las víctimas, la línea telefónica Calma nace para atender al potencial maltratador.

"Acabo de llegar a casa y he encontrado a mi mujer con otro. Se han encerrado en el dormitorio, pero en cuanto salgan voy a matarlos" es el mensaje de uno de los usuarios de la línea. La psicóloga Diana Tires cuenta que el objetivo en estos casos es contener al agresor mientras no llega la policía.

"Nosotros tratamos de tranquilizar a la persona pidiéndole que por favor se siente, que me escuche, que si está con alguien más que se aleje y que se centre únicamente en mi voz. Son pautas a las que recurrimos primero para que se desactive la violencia y, a partir de ahí, que él empiece a hablar y pueda explicar qué está ocurriendo. Esto al mismo tiempo nos permite también ganar tiempo mientras llamamos a la policía y a otros servicios de urgencia para que intervengan", afirma Diana.

Un servicio solicitado por las propias víctimas

Calma surge de un proyecto piloto que se puso en marcha hace diez años en la localidad de Barrancabermeja, donde se logró reducir la violencia de género en un 50 %. El coordinador de la línea, José Manuel Hernández, revela que las propias víctimas llevan tiempo pidiendo un servicio dirigido a tratar al victimario.

"Muchas mujeres nos han llamado en el ámbito privado para decirnos que por qué no trabajábamos con el agresor. En una de las ciudades de Colombia, en Villavicencio en un pueblo que se llama Mesetas, 40 mujeres organizaron bingos y bazares para reunir plata para pagarnos a un equipo de psicólogos expertos para atender a sus maridos para que no las lastimaran", confiesa este psicólogo clínico que está convencido del éxito de la iniciativa.

"Esta línea va a salvar muchas vidas. Porque estoy seguro de que tal vez el tipo que en un momento determinado esté al borde de cometer un feminicidio nos va a llamar para decirnos: no lo quiero hacer, quiero detenerme. Necesita alguien, una voz que lo anime a no continuar con esta conducta", explica José Manuel, que basado en su experiencia profesional afirma que el 90 % de los hombres piden ayuda solo cuando llegan a situaciones límites. Pero no se trata de victimizar al maltratador, insiste Hernández, sino todo lo contrario, el servicio busca concienciar al hombre sobre la responsabilidad de sus comportamientos y acciones violentas.

La influencia de la guerra en la cotidianeidad

En el país caribeño el machismo sigue cobrándose muchas víctimas. Entre enero y octubre de 2020, el Observatorio Feminicidios Colombia registró 508 asesinatos de mujeres. Para el coordinador de la línea Calma hay varios factores que contribuyen a este machismo, entre ellos está el pasado marcado por medio siglo de conflicto.

"La guerra es patriarcal, la guerra es masculina. Eso significa que Colombia, como no hemos resuelto el duelo de la guerra, estamos traspasando esa guerra a la cotidianeidad", sentencia José Manuel, que repasa otras causas como el ensalzamiento de los narcotraficantes.

"Colombia tuvo un Pablo Escobar que nos marcó terriblemente. Tenemos un problema y tendemos a idolatrar a ese tipo de hombre guerrerista, el narco. Tú ves nuestras novelas de narcos, las chicas de la mafia… un poco el idolatrar ese mal" denuncia el psicólogo que también critica la influencia de la música. "Aquí se sigue bailando y cantando: mátala, mátala, mátala no tiene corazón, mátala. Todo esto no hace más que legitimar la violencia", asevera el experto.

La crisis sanitaria ha provocado un incremento de la violencia de género en Colombia del 9 %. Esos porcentajes son incluso mayores en algunos países de América Latina. En México, por ejemplo, hay regiones donde la violencia contra las mujeres ha crecido un 100 % durante la pandemia.

El pasado mes de mayo, el país azteca puso en marcha una línea de atención al maltratador y unos meses más tarde, en julio, Argentina hacía lo mismo con la línea 'Hablemos' también dirigida a hombres. Expertos de estos países y también de Costa Rica, donde el Instituto Wem lleva años ofreciendo apoyo y orientación a los hombres, han compartido su experiencia para la activación de la línea Calma en Colombia.