Estados Unidos teme que la cepa británica lleve al límite su presión hospitalaria
- Se han registrado este miércoles 3.927 muertes en 24 horas, un nuevo récord en este país
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Las autoridades sanitarias de Estados Unidos han expresado este miércoles su temor a que la llegada de la cepa británica de la COVID-19 lleve al límite una presión hospitalaria que ya está disparada en el país, cuyo balance total de contagios se aproxima a los 20 millones.
Un día después de que se detectara en Colorado el primer caso de la nueva cepa británica de coronavirus, más contagiosa, las autoridades de ese estado han asegurado que están investigando un posible segundo contagio de esa variedad.
El gobernador de Colorado, el demócrata Jared Polis, ha opinado este miércoles que los de su estado no son probablemente los primeros casos de la cepa británica que han llegado a Estados Unidos, aunque sí sean los primeros que se han detectado. El hecho de que el primer contagiado con esa cepa no hubiera viajado al extranjero "insinúa que esta variante se ha estado transmitiendo de persona en persona en Estados Unidos", ha reconocido el doctor Henry Walke.
Mientras tanto, el gobernador de California, Gavin Newsom, ha anunciado que se ha detectado un nuevo caso de la cepa en el sur del estado. El gobernador ha hecho esas declaraciones en una conversación retransmitida por internet con el principal epidemiólogo de la Casa Blanca, Anthony Fauci, quien ha considerado que era de esperar que la nueva cepa haya llegado a EE. UU.
Sobrecarga en los hospitales
La llegada de la cepa británica, aunque esperada, es preocupante, ha indicado Walke, que es el gestor de incidentes relacionados de la COVID-19 en los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EE. UU. (CDC, en inglés). "Como esta variante se contagia más rápidamente, podría llevar a más casos y sobrecargar todavía más nuestros sistemas de cuidados de salud, que ya afrontan una carga enorme", ha advertido en una conferencia de prensa telefónica.
El país norteamericano, que ha detectado en total 19.715.899 casos, atraviesa una de sus peores rachas de la pandemia. Ha alcanzado récord de muertes diarias este miércoles, con 3.927 en un solo día, según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins. Los hospitales ya se encuentran en una situación crítica: este martes batieron un nuevo récord de hospitalizaciones por coronavirus, con 124.686 pacientes ingresados por la enfermedad, de acuerdo con la plataforma Covid Tracking Project.
Uno de los principales focos de la pandemia es el estado de California, donde han extendido la orden de permanecer en casa ante unos datos epidemiológicos que prevén que las unidades de cuidados intensivos estarán a casi plena capacidad durante las próximas semanas y que ha alcanzado en la última jornada los 2.267.290 positivos.
Las sombrías proyecciones se basan en las expectativas de que muchos ciudadanos continuarán, como lo han hecho hasta ahora, desatendiendo las advertencias sanitarias y los mandatos para evitar viajar durante el resto de las vacaciones de invierno con el fin de evitar nuevos picos de contagios.
En el condado de Los Ángeles, el más poblado del estado, se han visto particularmente afectados por el número de hospitalizaciones, según ha explicado el secretario de Salud y Servicios Humanos de California, Mark Ghaly. Al menos el 90 % de los hospitales de la región se han visto bajo presión por el número de pacientes de COVID-19, viéndose obligados a redirigir a pacientes de emergencias a otras instalaciones durante el pasado fin de semana.
Otros estados también afrontan altas cifras de hospitalizaciones. Ejemplo de ello es Florida, que actualmente tiene 6.337 personas ingresadas con diagnóstico de COVID-19 y una disponibilidad de plazas en UCI del 17,78 %.
Las esperanzas puestas en una vacunación que se retrasa
Los expertos creen que las cosas empeorarán aún más en las próximas semanas, y el único resquicio de esperanza para muchos estadounidenses es el inicio hace dos semanas de la campaña de vacunación en el país. Sin embargo, hasta ahora solo 2,1 millones de personas han recibido la vacuna, apenas el 10 % de los 20 millones de personas que el Gobierno del presidente saliente, Donald Trump, calculaba que serían vacunados antes de que acabara diciembre.
"Somos conscientes de que ese número es más bajo de lo que esperábamos, y trabajamos duro para mejorarlo", ha afirmado este miércoles en declaraciones a la prensa Moncef Slaoui, principal asesor de la Operación "Warp Speed", el equipo de la Casa Blanca que intenta acelerar las soluciones médicas a la pandemia.
Horas después de que los reguladores del Reino Unido aprobaran la vacuna de AstraZeneca, convirtiéndose en el primer país del mundo en hacerlo, Slaoui ha pronosticado que Estados Unidos podría aprobar ese suero "en algún momento en abril".