El Banco Mundial alerta de que la recuperación económica se quedará en el 1,6 % si se retrasa la vacunación
- El organismo sujeta un mayor repunte a un adecudado proceso de inmunización
- Reitera que la aplicación de medidas de choque podrían, asimismo, impulsar el desarrollo económico a casi el 5%
La vacuna contra la COVID-19 parece llamada no solo a erradicar el virus, sino a disipar las sombras de una acuciante crisis económica. Esta es una de las conclusiones que se pueden extraer del informe semestral 'Perspectivas Económicas Mundiales' del Banco Mundial.
El organismo, que suaviza la implosión prevista en junio, subraya ahora la necesidad de cumplir con los objetivos de inmunización para no comprometer la evolución económica.
De esta forma, la institución que preside David Malpass, vaticina un horizonte de crecimiento del 4 % en 2021 y del 3'8 % en 2022. Escenario de moderado optimismo con el que se daría un gran paso hacia la recuperación, pero que queda sujeto al gran pilar que, para las políticas a corto plazo, debe suponer la vacuna contra el coronavirus. De su correcta distribución dependerá la futura hoja de ruta que podría, no obstante, verse seriamente dañada limitando el crecimiento a un pírrico 1'6 %.
China a la cabeza de la recuperación
Los buenos augurios sobre un 2021 esperanzador tienen acento asiático. La remontada económica de China (con una expectativa de crecimiento del PIB del 7'9 %), mayor de lo inicialmente esperado, unida a una menor contracción de las economías avanzadas hacen confíar en un año en el que puede empezar a verse la luz al final del túnel.
Por zonas, se prevé que el PIB de Estados Unidos consolide una expansión del 3,5 %, mientras que para la zona euro el pronóstico es del 3,6 %.
La fotografía, sin embargo, deja aún muchos cabos sueltos. "Es necesario que la comunidad mundial actúe con rapidez y determinación para asegurarse que la reciente acumulación de deuda no resulte en una serie de crisis de deuda", subrayan desde el Banco Mundial temerosos ante la posibilidad de una "década perdida", dicen, en países emergentes.