Trump enfrenta un posible juicio político que empezaría con Biden en el poder
- El borrador de los demócratas acusa a Trump de "incitar deliberadamente la violencia"
Pero la "moción para un juicio político" contra Trump no tiene aún el respaldo explícito de Biden
Tres días después del violento asalto al Capitolio de Estados Unidos, Donald Trump, aún presidente en funciones, se encuentra totalmente aislado y bajo amenaza de un nuevo procedimiento de juicio político.
La mayoría demócrata en la Cámara Baja de EE.UU. inició este viernes los preparativos para someter a un segundo juicio político a Donald Trump. El proceso, que podría acabar en su destitución, no comenzaría probablemente en el Senado hasta que el mandatario electo, Joe Biden, esté ya en la presidencia.
La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, no ha dado todavía la luz verde definitiva a la presentación del cargo. El juicio político acusaría a Trump de "incitar a una insurrección" a sus seguidores antes del asalto al Capitolio.
Las dudas de Biden
Sin embargo, en una carta a sus colegas, Pelosi aseguró que iniciaría el proceso de juicio político ("impeachment") si Trump no dimitía de forma "inmediata", algo que parece muy improbable. Horas después, la líder demócrata instruyó al comité de reglas de la Cámara Baja a prepararse para "sacar adelante" una "moción para un juicio político".
La idea, que genera consenso en las filas demócratas, no ha conseguido el respaldo explícito de Biden.
"(Trump) ya debería haber dejado el poder (...) pero la forma más rápida para que ocurra, es nuestra investidura", dijo Biden en rueda de prensa, el viernes 8, en Wilmington (Delaware).
Al presidente electo le preocupa que un juicio político a Trump consuma al Senado durante sus primeras semanas en el poder, cuando quiere que la capital se centre en aprobar sus proyectos de ley para contener la pandemia, reflotar la economía y reformar el sistema migratorio.
Un calendario complicado para el "impeachment"
Y, en efecto, ese sería el resultado si la Cámara Baja se decide a iniciar el proceso para un juicio político, a juzgar por el calendario del Senado para las próximas dos semanas. Los demócratas planean presentar su cargo contra Trump el lunes y votar en el pleno para acusarle formalmente de ello a mediados de la próxima semana.
En el sistema estadounidense, es el Senado quien debe encargarse de desarrollar el juicio político. El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, advirtió el viernes 8, en una carta a sus compañeros, que su cámara no se reunirá para tratar temas sustantivos hasta el 19 de enero y que, debido a sus normas internas, lo más temprano que podría comenzar el juicio político es el día 20, cuando Biden ya sea presidente.
Aunque el Senado tiene programadas dos sesiones formales los próximos martes y viernes, sería necesario el consentimiento de los 100 senadores que integran la cámara para tratar asuntos importantes esos días, incluido el inicio de un juicio político, y eso es improbable debido a los aliados que le quedan a Trump en ese hemiciclo.
Posible inhabilitación política para Trump
Eso significa que el juicio político a Trump no podrá tener el efecto habitual por el que se inician estos procesos, el de destituir al mandatario, algo para lo que se requeriría una mayoría de dos tercios del Senado. No obstante, los demócratas planean incluir en el proceso la inhabilitación de Trump para ocupar futuros cargos políticos.
El borrador redactado por los demócratas pide su destitución y su "descalificación para ocupar y disfrutar de cualquier cargo de honor, confianza o beneficio bajo los Estados Unidos".
La bancada progresista confía en que ese punto les ayude a convencer a algunos republicanos en el Senado que se plantean presentarse a las elecciones presidenciales de 2024 y que ven a Trump como un posible rival en esa carrera, según el diario Politico.
El borrador de la acusación contra Trump
El texto que han hecho circular los demócratas, obtenido por la cadena CNN, acusa a Trump de "incitar deliberadamente la violencia" al pedir a sus seguidores que marcharan hasta el Capitolio para interferir en el proceso de ratificación en el Congreso de la victoria de Biden.
Al alentar la insurrección de sus seguidores, Trump "puso en grave peligro la seguridad de los Estados Unidos y sus instituciones de Gobierno", indica el texto y añade que "amenazó la integridad del sistema democrático, interfirió en la transición pacífica de poder, y puso en peligro una rama de Gobierno".
"Por tanto -concluye-, traicionó su confianza como presidente, con los daños manifiestos consiguientes al pueblo de los Estados Unidos". Sería el segundo juicio político de los demócratas contra Donald Trump, después del relacionado con sus presiones a Ucrania, que concluyó con su absolución en el Senado.
Otra opción pero con el apoyo del vicepresidente Pence
Pelosi, líder de los demócratas en el congreso, deja abierta también la opción de impulsar un proyecto de ley para crear una comisión que ayude a decidir si un presidente es "capaz" de gobernar. Destituir a Trump por esa vía requeriría el visto bueno del vicepresidente republicano Mike Pence, que por ahora se ha negado a actuar.
La propuesta busca un nuevo mecanismo para cumplir lo establecido en la Enmienda 25 de la Constitución, que indica que el vicepresidente puede reemplazar al presidente si declara por escrito que ese mandatario "es incapaz" de desempeñar el cargo.
Para ello, el vicepresidente debe contar con una mayoría del gabinete o bien de "otro tipo de órgano que el Congreso pueda crear mediante ley", algo que ahora no existe y que el proyecto de ley busca crear, aunque esa medida no tendría efecto sin la complicidad de Pence.
Objetivo: unir al país
Recluso en la Casa Blanca y abandonado por varios barones republicanos, no se sabe todavía cómo le responderá a Donald Trump, en estas circunstancias, su vicepresidente Mike Pence. Respecto al este, Biden enfatizó ante la prensa que sería bienvenido en la ceremonia de su investidura.
Por el contrario, después de que Trump anunciara que no asistiría, contrariamente a la tradición, a su toma de posesión el 20 de enero, Biden dijo que celebraba esa decisión como "algo bueno".
"Mi principal objetivo es unir al país", afirmó el presidente electo, evitando entrar en el debate sobre una eventual salida anticipada del multimillonario republicano que enfrenta un creciente coro de llamadas para ser destituido de su cargo.