Extremadura paga la mayor movilidad y la "relajación" en Navidad con una incidencia disparada de más de 1.000 casos
Extremadura está pagando ahora la factura de haber sido una de las comunidades con medidas más laxas frente al coronavirus en las últimas semanas con una incidencia de COVID-19 por encima de los mil casos acumulados por 100.000 habitantes en los últimos 14 días, la más alta de toda España. Fue la única autonomía peninsular que no cerró en el Puente de la Constitución y, aunque endureció a última hora su plan para la Navidad, permitió los encuentros de hasta diez personas. Esa mayor "relajación" junto a medidas políticas "tardías" y que a veces son "contradictorias" está detrás, según los expertos consultados, del notable incremento tanto en la incidencia -uno de cada 100 extremeños ha sido diagnosticado en las dos últimas semanas- como en la presión asistencial, con cerca del 25% de las camas UCI ocupadas por pacientes COVID.
"El virus está circulando por todos los sitios y, si se le facilita la circulación lógicamente la aprovecha", señala a RTVE.es Agustín Muñoz Sanz, profesor titular de Patología Infecciosa de la Universidad de Extremadura, sobre el hecho de que esta autonomía se haya mantenido abierta perimetralmente durante todo este tiempo.
En el mismo sentido se pronuncia el epidemiólogo Daniel López-Acuña, exdirector de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública. "No ayudó no haber hecho el cierre perimetral cuando todas las comunidades lo hicieron. Esto permitió más trasiego", también con Portugal, señala este experto, que añade a la ecuación "la relajación en las medidas restrictivas" por Navidad sin olvidar el peso específico -todavía sin analizar- que podría haber tenido la variante británica del virus, mucho más contagiosa.
Extremadura alcanzó una incidencia acumulada de 1.076,6 casos por 100.000 habitantes en 14 días el martes frente a la de 454,22 de media en España, según el informe del Ministerio de Sanidad a 12 de enero. Desde que el 21 de junio del año pasado decayó el primer estado de alarma -el que permitió el confinamiento domiciliario en marzo-, solo se han visto cifras similares en Navarra, que de momento mantiene el récord de tasa de incidencia a 14 días de la segunda ola con los 1.193,49 casos acumulados que alcanzó el pasado 2 de noviembre.
Extremadura está a punto de rebasar todos y cada uno de los parámetros marcados para determinar si un territorio se encuentra en riesgo extremo. Su incidencia acumulada a 14 días está por encima de los 250 casos (1.076,6), la acumulada a siete días también supera ampliamente los 125 (650,08) y la tasa de positividad de las pruebas es superior al 15% -está en el 18%, según el último informe de Sanidad-.
Solo está por debajo de la ocupación hospitalaria que dispara todas las alarmas, pero por apenas unas décimas. Actualmente tiene ocupadas con enfermos COVID-19 el 14,80 % de las camas en planta y el 24,65 % de las de UCI. En este caso, los límites están en el 15 % y el 25 %, respectivamente. Actualmente, tiene la mayor cifra de hospitalizados desde el inicio de la pandemia, según informa Efe. Hay 472 hospitalizados y 53 enfermos en la UCI.
Este mismo martes en una entrevista en la Cadena Ser, el vicepresidente de la Junta de Extremadura y consejero de Sanidad, José María Vergeles, apuntó a tres factores que habrían desencadenado este aumento de casos: el fin de semana del Black Friday, que dejó un "residual de contagios" que no fueron capaces de absorber; el puente de la Constitución, durante el que se permitió la movilidad; y el Plan de Navidad, que aunque se endureció trasladó -en su opinión- "una comunicación a la ciudadanía de que el incremento de la movilidad se podía producir".
"A este virus le gusta muchísimo la movilidad, y siempre que se ha incrementado la movilidad el virus ha respondido provocando un incremento de los contagios", señalaba Vergeles según recogió Europa Press. Unas declaraciones que llamaban la atención porque la Junta de Extremadura tenía en su mano haberla reducido.
Contagios disparados a partir de Navidad
Los efectos de esa movilidad se aprecian claramente en la serie histórica de datos. Extremadura volvió a superar los 250 casos por 100.000 habitantes que dejó atrás a finales de noviembre el 21 de diciembre, justo dos semanas después del puente de la Constitución. Desde entonces la incidencia ha ido creciendo sin tregua hasta superar por primera vez los mil casos (1.021,53) el pasado lunes 11 de enero, cuando ya se estarían notando los contagios que han tenido lugar en Nochebuena y Nochevieja.
"Todavía nos falta por ver lo ocurrido hasta Reyes. Anticipo cifras muy altas en cuanto a incidencia y presión asistencial", señala López-Acuña. "Es como una bola de nieve. Cuanta más alta es la incidencia y menos restricción hay, hay más posibilidades de transmisión y se va incrementando exponencialmente el número de casos", señala a RTVE.es por teléfono.
Tanto este epidemiólogo como Muñoz Sanz insisten en cualquier caso en que el incremento de casos en Extremadura no se explica por un único factor. "Un asunto tan complejo no se debe a una causa única ni simple. Probablemente el virus se está aprovechando del factor humano: medidas políticas erráticas, tardías y, a veces, contradictorias, sumadas al comportamiento gamberro de determinados sectores irresponsables de la población", señala el profesor de la Universidad de Extremadura.
López-Acuña añade a la movilidad en el puente de diciembre y a las medidas de Navidad un tercer factor. La posibilidad de que en Extremadura esté circulando la cepa británica, mucho más contagiosa, aunque no más letal. Este epidemiólogo subraya que en aquellos países en los que se ha observado un incremento acelerado como el visto en Extremadura -en Bélgica y Holanda, por ejemplo- se ha debido a esta cepa.
Anticiparse al virus y unificar las medidas
Agustín Muñoz Sanz incide en la necesidad de anticiparse al virus: "No se puede ir detrás del virus y de las gráficas. Hay que prevenir en el sentido literal de lo que dice la RAE. En noviembre ya se sabía y se advirtió qué podría ocurrir en diciembre. No se tomaron medidas preventivas con contundencia".
"Buena parte del problema reside en que una de las cosas que han fallado estrepitosamente, desde primavera, es la comunicación del mando a la tropa: contradictoria, errática, a veces poco fiable", añade este experto. "Es absurdo parcelar la epidemia por autonomías. Las decisiones sanitarias (...) deben ser como las leyes de tráfico, para todos y de obligado cumplimiento (...) otra cosa es que se hagan ajustes puntuales, modificables y consensuados".
El ex director de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Daniel López-Acuña, también incide en la necesidad de que las normas sean "más simples y contundentes" y de que no haya un "volumen enciclopédico" de reglas distintas por comunidades autónomas como en la actualidad.
Sobre qué medidas debería adoptar ahora Extremadura para frenar los contagios, López-Acuña se muestra contundente. Ya no sirven medidas "tibias" como las de aumentar el toque de queda o reducir aforos porque no tienen la "contundencia necesaria para contener una transmisión tan intensificada". En ese sentido apuesta por el confinamiento domiciliario y por una "verdadera restricción de la movilidad".