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Coronavirus

Sanitarios y tercera ola: los platos rotos después de Navidad

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Los sanitarios han tenido que soportar más que ningún otro sector profesional el impacto directo del coronavirus.
Los sanitarios han tenido que soportar más que ningún otro sector profesional el impacto directo del coronavirus.

La pandemia de COVID-19 continúa poniendo a prueba al personal sanitario, un sector que ha tenido que soportar más que ningún otro el impacto directo de la enfermedad. Sin apenas respiro desde que hace ya diez meses el virus hiciese saltar todo por los aires, los profesionales de la salud han afrontado una carga de trabajo sin precedentes, convertidos en protagonistas involuntarios de esta crisis en la que además se han visto salpicados por la incertidumbre, la exposición emocional continua y una tasa de contagios desorbitada. Ingredientes todos ellos de alto riesgo que han terminado por pasarles factura.

Esta semana se conocían dos estudios cuyos resultados son estremecedores. Casi la mitad de los profesionales sanitarios de España, un 45%, presentaba un riesgo alto de trastorno mental después de trabajar en la primera ola. Por patologías, el 28,1% manifestaba depresión, el 22,5% ansiedad, el 25% pánico y el 22,2% estrés postraumático. Y todo esto, únicamente después de la primera onda epidémica. Después, vino una segunda y ahora España se encuentra a las puertas de la tercera.

Una tercera oleada que ha coincidido con la celebración de las fiestas navideñas, y que está golpeando especialmente al ánimo de los sanitarios, como una nueva prueba de fuego que escarba en el deterioro acumulado. Sobre ellos, pesa más que nunca un sentimiento de impotencia que difícilmente pueden disimular. Este episodio se previó con semanas de antelación, y se advirtió de sus consecuencias por activa y por pasiva; pero finalmente no ha podido evitarse. Los hospitales han estrenado el año 2021 viendo cómo volvían a dispararse los contagios y sus camas se llenaban de nuevo con enfermos COVID.

Salvador Tranche (semFYC): "No hemos conseguido que calara el mensaje en el que hemos insistido una y otra vez".

"Tenemos una doble sensación. Por un lado, una enorme preocupación, porque estamos asistiendo a esta tendencia tan creciente, y todavía no hemos llegado al pico. Y por otro lado, con cierta frustración, porque desde finales de noviembre y primeros de diciembre ya veníamos repitiendo que esto podía pasar. No hemos conseguido que calara el mensaje de las medidas de seguridad en las que hemos insistido una y otra vez", cuenta a RTVE.es Salvador Tranche, médico de familia en Asturias y presidente de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria.

Preocupación también en las UCIS

En las unidades de cuidados intensivos, el verdadero ojo del huracán de la pandemia, el goteo de enfermos graves se ha incrementado durante los últimos días, y los profesionales asisten con preocupación a esta nueva embestida que se superpone a la anterior. "Estamos viendo que en los últimos días el aumento de pacientes es muy acelerado. Además, todavía tenemos pacientes de la segunda ola que están ingresados en nuestras unidades", describe a RTVE.es María Cruz Martín Delgado, jefa del servicio de Medicina Intensiva del Hospital de Torrejón.

María Cruz Martín (Hospital de Torrejón): Después de diez meses, seguimos trabajando muy por encima del 100%.

"Después de diez meses, seguimos trabajando muy por encima del 100%, y prácticamente no hemos tenido descanso. Así que el cansancio no es solo físico, sino también emocional", continúa. Sin embargo, ahora hay un factor al que al menos se pueden aferrar como si de un salvavidas se tratase: la vacuna. "La única cosa que vemos como algo positivo es que ahora tenemos la vacuna, algo que sabemos que puede cambiar esto. Que va a tardar, pero puede hacerlo", valora.

Otro intensivista, Pedro Rascado, asegura que "son ya muchos meses en la misma situación". Meses "complicados", que están "pesando en todo el personal", lo que hace que "psicológicamente sea todo más complicado". "Pero no nos queda más remedio que seguir trabajando y ofrecer la misma respuesta", dice este profesional del hospital de Santiago de Compostela, quien también es miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC).

Pedro Rascado (SEMICYUC): " La vacuna no va a afectar a la evolución de la enfermedad a corto plazo".

Rascado no oculta su optimismo sobre la aparición de la vacuna como elemento desequilibrante en este escenario de crisis sanitaria, aunque reconoce que es muy probable que las cosas todavía tarden en cambiar. "Es evidente que la vacuna te da una perspectiva que no teníamos hace unos meses. Ver que esto tiene una salida, y que es una salida que tiene un margen de tiempo de unos meses. Pero también tenemos claro que la vacuna no va a afectar a la evolución de la enfermedad a corto plazo. A lo que vamos a tener que enfrentarnos estas semanas, estos meses, es independiente de la vacuna".

En las unidades de cuidados intensivos, el goteo de enfermos COVID se ha incrementado durante los últimos días.

En las unidades de cuidados intensivos, el goteo de enfermos COVID se ha incrementado durante los últimos días. EFE / M. GUILLÉN

El mayor desgaste, en el personal de enfermería

Según los dos trabajos científicos publicados esta semana, el impacto psicológico de la pandemia es más elevado en el colectivo de las enfermeras. Dos de cada tres de estas profesionales sufren riesgo alto de trastornos mentales, con una prevalencia más elevada en aquellas que han estado expuestas a pacientes COVID y entre las que han sufrido la enfermedad o han tenido familiares infectados.

"No hemos podido recuperarnos. Cuando se estaba bajando la incidencia de la primera ola, nos llega la segunda. Y sin haber bajado la segunda, ya hemos empezado a subir otra vez y nos estamos metiendo en la tercera", expone a RTVE.es María José García, portavoz del Sindicato de Enfermería SATSE.

María José García (SATSE): Cada paciente es una lucha que necesitamos ganar, y la estamos perdiendo en demasiadas ocasiones.

Sobre su mayor desgaste psicológico, opina que se debe a que "el personal de enfermería, las enfermeras y enfermeros, están con los pacientes 24 horas al día, los siete días de la semana. Somos las personas que estamos con ellos constantemente, viviendo cómo sufren la enfermedad, cómo experimentan la desolación de verse solos, con situaciones personales devastadoras, y en muchos casos somos nosotras las únicas que les podemos acompañar a la hora de su fallecimiento".

"Desde que elegimos nuestra profesión, ya sabemos que nos vamos a enfrentar al sufrimiento, que vamos a tratar a las personas en los momentos en los que son más vulnerables, y que nos vamos a enfrentar a la muerte de pacientes. Pero no es lo mismo enfrentarte una vez cada cierto tiempo, a hacerlo diariamente, y en ocasiones varias veces al día", prosigue detallando. "Cada paciente es para nosotros una lucha que necesitamos ganar, y en este caso la estamos perdiendo en demasiadas ocasiones", expresa.

Un 45% de los psanitarios españoles presentaba un riesgo alto de trastorno mental después de la primera ola.

Un 45% de los psanitarios españoles presentaba un riesgo alto de trastorno mental después de la primera ola. EFE / FONTCUBERTA

El final del túnel

La sombra de la tercera ola, con una incidencia desbocada y máximos epidémicos en cuanto al número de contagios, se cierne de nuevo sobre un personal sanitario extenuado, que a pesar de todo promete seguir luchando hasta el límite de sus fuerzas, ahora con la esperanza de que la campaña de vacunación sea el inicio de un camino de sentido único que conduzca definitivamente al final del túnel. "El cansancio está, el desánimo está, y esta situación nos está afectando anímicamente, pero seguiremos al pie del cañón, dispuestos a dar la respuesta que sea, a vacunar lo que haga falta y acabar de una vez con esto", expresa el médico de familia Salvador Tranche.

"El subidón de después de Navidades ha sido la crónica de una muerte anunciada. Ya sabíamos que iba a suceder, aunque no por eso lo estamos viviendo mejor. Ahora lo único que podemos hacer es luchar de la mejor manera posible contra esta situación", asegura María José García, de SATSE.

"Necesitamos todos mucho ánimo y pensar que, si es la tercera ola, ojalá sea la última", manifiesta la intensivista María Cruz Martín Delgado. "En estos momentos creo que deberíamos ponernos en el peor escenario al que podríamos llegar y optimizar los recursos para minimizar todo lo posible su impacto. Sería muy traumático que tuviéramos que cancelar otra vez la atención del resto de pacientes, porque eso también tiene una repercusión enorme. No podemos permitirnos volver a estar como estábamos al inicio de la pandemia", advierte.

Como ella, Pedro Rascado está acostumbrado a trabajar bajo una tormenta permanente, al margen del escenario epidemiológico. "En las UCIS solemos trabajar en situaciones críticas, y siempre pensamos que en situaciones complejas como la actual lo que hay que hacer, más que buscar culpables, es analizarlas y buscar una solución. Por una razón o por otra, estamos ahora mismo en esta tercera ola, y eso es a lo que nos tenemos que enfrentar y poner solución", precisa.