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Los bomberos comenzarán con la demolición de las plantas superiores del edificio que explotó en Madrid

  • Bomberos y técnicos acceden al edificio que explotó en Madrid para reanudar tareas de desescombro
  • Los alumnos del colegio anejo al edificio continuarán esta semana con las clases telemáticas

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Bomberos y técnicos acceden al edificio que explotó en Madrid para reanudar tareas de desescombro

Los bomberos del Ayuntamiento de Madrid comenzarán en las próximas horas la demolición controlada de las plantas superiores del edificio parroquial de la calle de Toledo en Madrid siniestrado tras una fuerte explosión de gas y que ha dejado cuatro víctimas mortales y una decena de heridos.

Así lo han avanzado el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid, Mariano Fuentes, y el jefe de guardia de Bomberos Luis Soriano, que han explicado que estos trabajos de demolición del forjado de las plantas superiores se iniciarán este jueves y se hará "planta por planta".

Se hará una vez finalice la revisión de los técnicos de control de Edificaciones sobre el estado del inmueble, los otros colindantes y el saneamiento de la calle, de la que han sido retirados ya 16 vehículos. Fuentes ha detallado que la demolición se hará "desde el exterior" con "cestas y grúas de gran calado" para ir eliminando los forjados de las plantas.

Y aunque aún no está decidido hasta dónde llegará esa demolición, el concejal ha avanzado que las tres últimas plantas sufren daños importantes, por lo que "todo nos hace presagiar que serán demolidas".

El inmueble, de seis plantas, situado en el número 98 de la calle Toledo de Madrid, sufrió poco antes de las tres de la tarde una explosión de gas cuando presuntamente uno de los fallecidos, David Santos, de 35 años, se encontraba revisando una caldera junto al sacerdote Rubén Pérez, de 36 años y que murió la pasada madrugada en el hospital de La Paz.

Los otros dos fallecidos en el siniestro son también hombres, uno de ellos, Javier, albañil de 45 años, que trabajaba en el edificio de enfrente y vecino de La Puebla de Almoradiel (Toledo), y otro, un viandante. De los heridos que fueron ingresados en centros hospitalarios, tan solo una persona permanece ingresada, pero será dado de alta a lo largo de este jueves.

Labores de desescombro

Por su parte, el jefe de guardia de Bomberos Luis Soriano ha explicado que están a la espera de que la maquinaria termine de limpiar la zona y revisar todos los edificios colindantes.

En el lugar trabajan cuatro dotaciones de bomberos que siguen inspeccionando los inmuebles más cercanos, situados en los números 102,104 y 106 para intentar realojar a lo largo del día a las familias desalojadas de sus viviendas después de que los técnicos de la compañía de gas también den el visto bueno a este regreso que sera "gradual".

En dos edificios espera que terminen pronto los trabajos por parte de la compañía de gas para que los residentes puedan volver a entrar este jueves mismo. Más complicado es el regreso de los vecinos del número 106, que también han pasado la noche en un hotel.

Los afectados por la explosión de Madrid, a la espera de poder volver a sus casas

Además, los bomberos están revisando tres inmuebles cercanos de titularidad municipal. Se trata de un centro infantil, centro de servicios sociales y un centro de viveros de empresa, "sin uso ahora". Y luego gradualmente inspeccionarán los edificios más lejanos, con el objetivo de que puedan ir volviendo a sus casas las familias desalojadas.

Los bomberos han permanecido toda la noche en la zona del edificio de forma preventiva, y con las primeras luces del día se han reanudado las labores de desescombro de todos los elementos inestables dañados por la onda expansiva. Entre las tareas de esta jornada, los efectivos de los Bomberos y a Policía Municipal están retirando los vehículos afectados por la caída de escombros y cascotes como consecuencia de la deflagración.

En el lugar, además de los Bomberos y Policía Municipal y Nacional, también se encuentra Samur en preventivo, ya retiró los dos puestos de mando sanitario, y una furgoneta de una ONG que provee de bebidas calientes y agua a vecinos afectados y profesionales que están trabajando en la zona.

Se investigan las causas

Mientras tanto, continúan investigando las causas de la explosión, aunque todo apunta a una fuga de gas. Respecto a las causas de lo sucedido, el jefe de guardia de Bomberos ha confirmado la deflagración de gas y cree posible que durante días se haya acumulado por algún escape en la caldera de ese inmueble. También ha apuntado que "hay que tener mucho conocimiento" para el manipular este tipo de calderas.

A preguntas de los periodistas, Soriano ha respondido que este miércoles accedieron al interior de las plantas de abajo hasta la cuarta, pero no a las de arriba, las más afectadas, porque los residentes en el lugar les aseguraban que no quedaba nadie.

También ha comentado que lleva saliendo desde el momento de la explosión un chorro de agua del edificio, una tubería rota de la que se está encargando desde por la mañana de solucionar técnicos del Canal de Isabel II.

Zona acordonada

La calle de la explosión permanece acordonada para evitar el paso de curiosos. Varias cintas colocadas por los agentes apartan a los informadores y viandantes para facilitar el paso de una excavadora, que ha seguido retirando escombros del suelo, y de camiones de obra.

Hasta el cordón policial se han acercado algunos vecinos de los edificios desalojados próximos al de la deflagración para coger algo de ropa, dinero y objetos personales de su casa. Han pasado la noche algunos con familiares y otros en un hotel habilitado para la ocasión.

Una de ellas ha sido Margarita, del edificio del número 102. "Todos los cristales están reventados, parte de la pared se cayó. Pero no sé nada más porque cuando pasó todo cogí los perros y salí de casa pitando", ha relatado. La boardilla entera parece que está caída. Es un edificio de 130 años. Esto va para largo, no sabremos cuándo podremos volver, antes hay que ver en qué condiciones está el edificio", ha relatado a los medios.

Un vecino que vive "justo delante de donde ha pasado todo esto", Miguel Rodríguez, ha afirmado desconocer si su edificio ha sufrido daños estructurales, por lo que tanto él como su compañero de piso han decidido dormir en casa de familiares; de momento tampoco sabe cómo está su piso. "Hablaremos después con los policías a ver qué se puede hacer y cómo actuar ahora".

Clases telemáticas

Por otro lado, los alumnos del colegio La Salle La Paloma, anejo al edificio siniestrado, continuarán esta semana con las clases telemáticas hasta que se acaben de evaluar los posibles daños en el edificio.

Según han explicado este jueves a Efe fuentes de la Consejería de Educación, el bloque del colegio concertado está siendo inspeccionado por los técnicos del Ayuntamiento de Madrid, y en el caso de detectarse daños estructurales el propio centro buscaría alternativas para sus estudiantes.

Ningún estudiante ni trabajador de La Salle resultó herido por la explosión a pesar de que cayeron en el patio cascotes del edificio que explotó. En el día de la vuelta a las aulas tras la borrasca Filomena, el patio del recreo estaba vacío de alumnos gracias a que parte de él estaba cubierto de nieve.