La pandemia se ceba con la hostelería valenciana
- El decreto aprobado hace unos días, que cierra bares y restaurantes, es un nuevo golpe al sector
- La Federación de Hostelería de Valencia asegura que el 30% de los negocios no volverán a abrir
Bares y restaurantes llevan casi una semana sin abrir, después del decreto que obliga a cerrar a este tipo de negocios, de momento, hasta medidos de febrero. El único consuelo que tiene la hosteleria valenciana es que el cierre se veía venir y no les ha pillado con las cámaras llenas, como ocurrió en el mes de marzo del año pasado. Con todo, la situación es dramática.
"Antes de la pandemia teníamos 34 trabajadores", afirma Sonia Martí, de la Marisquería Civera en Valencia. "Actualmente tenemos unos 24 y les hemos enviado al ERTE. Si no abrimos el día 14 de febrero, la situación se volverá insostenible". Su hermana Patricia, también vinculada a la empresa familiar, recalca: "El año pasado por estas fechas teníamos un 70% más de faturación; si volviéramos a abrir no podríamos tener el mismo número de trabajadores porque es impensable facturar ahora lo que facturábamos hace un año".
“El año pasado por estas fechas facturábamos un 70% más“
Para aguantar el primer golpe de la pandemia solicitaron un prestamo ICO. Ahora han pedido otro. Algo inédito para la tercera generación de una negocio familiar de éxito. "Sin ayudas nos hundimos, no podemos aguantar porque otro cierre nos pone al límite", asegura Sonia Martí. "Lo único que pedimos es que nos dejen trabajar en condiciones. Desinfectamos, tomamos las medidas adecuadas... en un restaurante es más difícil contaminar que, por ejemplo, en el transporte público o en una vivienda". Patricia intenta no caer en el pesimismo: "No albergamos la posibilidad de bajar la persiana pero si el cierre de la hostelería se alargara... todo es posible".
Bajar la persiana es la última opción
Anabel y José Antonio regentan el restaurante Siglo XXI en Llíria. Los gastos fijos los están cubriendo con los ahorros de la comunión de uno de sus tres hijos. "Al principio, con las primeras restricciones, íbamos tirando pero con el adelanto del cierre a las 12 de la noche y sobre todo a las 11, notamos un bajón importante. Nunca entendimos por qué se acortaban esas horas". Es el lamento de José Antonio Sánchez, propietario del establecimiento. "Llega un momento que estás trabajando para pagar y poco más, no estás buscando un jornal. De luz son unos 400 euros fijos porque, aunque cerremos, hay cámaras enchufadas, congeladores o máquinas que no se pueden parar". Anabel Gómez, otra de las propietarias, recapitula: "Desde el 7 de enero estamos cerrados. Se revisó a los 14 días pero aquí seguimos, de vacaciones forzadas y a aguantar lo que se pueda".
“Se nos vuelve a estigmatizar como fuente de contagios“
Los diferentes representantes y asociaciones del sector preparan movilizaciones, una vez más. "Nos sentimos moneda de cambio porque hace pocos días se dijo que no iba a haber más restricciones y de repente nos cierran", asegura Manuel Espinar, de la Federación de Hostelería de Valencia. "Otra vez se nos vuelve a estigmatizar como principal causante de los contagios", afirma Luis Martí, de la Asociación de Hostelería y Turismo de Castellón. "Si estamos tan mal, ¿por qué se nos cierra solo a nosotros? No hay una evidencia científica de que la hostelería cerrada se vaya a doblegar la curva". La Federación de Hostelería de Valencia asegura que el 30 por ciento de los negocios ya no abrirán. Pero si se prolonga la situación, la cifra subirá al 50 por ciento.