La Justicia rusa rechaza liberar al opositor Navalny
- Rusia abre una campaña de persecución de los aliados de Alexéi Navalny
- Se encuentra en prisión preventiva tras ser detenido nada más llegar a Moscú desde Alemania
La Justicia rusa ha rechazado este jueves liberar al opositor Alexéi Navalny, quien se encuentra en prisión preventiva, después de que sus abogados presentaran un recurso contra su detención nada más llegar de Alemania, donde recibió durante cerca de cinco meses un tratamiento médico tras ser envenenado.
El Tribunal de la Región de Moscú ha considerado legal el arresto, por lo que Navalny deberá permanecer en la prisión de Matrósskaya Tishiná hasta el próximo 15 de febrero. El opositor está acusado de incumplir los términos de una pena suspendida de tres años y medio y por fraude y apropiación de alrededor de 4 millones de euros para fines propios de las donaciones de sus partidos.
Las autoridades rusas también han abierto una campaña de persecución de los aliados del opositor, con registros domiciliarios, detenciones y causas penales, entre otros a su hermano, Oleg, y su mano derecha, la abogada Liubov Sóbol.
Rechazado el recurso al arresto
El pasado 18 de enero, un día después de que la Policía rusa detuviera al líder opositor en el aeropuerto Sheremétievo, en la capital del país, la Justicia impuso a Navalny 30 días de prisión preventiva, hasta el próximo 15 de febrero.
Sus abogados presentaron un recurso contra el arresto y la Justicia rusa lo ha rechazado este jueves, considerando que la detención es legal. Además, el servicio penitenciario ha recordado que el opositor no cumplió su obligación de personarse ante la autoridad, argumentando que antes de entrar en coma en agosto infringió esa norma hasta en seis ocasiones durante la primera mitad de 2020.
"Esto es una gran violación de la ley ¿Ha leído el auto judicial? Si lo ha hecho, debería reírse del Tribunal de la Región de Moscú ¿Cómo un detenido puede estar en prisión preventiva?", ha señalado Navalny, quien ha participado en la vista a través de una videoconferencia.
Registros domiciliarios y detenciones de sus aliados
La represión policial comenzó la semana pasada durante las protestas celebradas a favor de la liberación de Navalny, en las que cerca de 4.000 personas fueron detenidas, entre ellas la mujer del opositor, Yulia Navalnaya.
La Policía rusa registró este miércoles la vivienda del líder opositor, así como las oficinas de su Fondo Contra la Corrupción, que se encuentra en Moscú, en el marco de un caso penal por incumplir las normas sanitarias durante las protestas antigubernamentales, al instar a un "número indeterminado de personas" a manifestarse, representando una "amenaza de infección masiva".
Las autoridades rusas registraron la vivienda del hermano del opositor, Oleg Navalny, y la de su abogada, Liubov Sóbol, quienes fueron detenidos. También fueron detenidas la médico del opositor, Anastasía Vasílieva, una de las mayores críticas de la gestión del Gobierno ruso durante la pandemia, y a una de las líderes del grupo punk Pussy Riot, Maria Aliójina.
A pesar de los registros domiciliarios y las detenciones, la oposición ha vuelto a convocar una nueva jornada de manifestaciones para este fin de semana.
Llamamientos para su liberación
La ONG Amnistía Internacional (AI) ha denunciado la "ola de represión destinada a aplastar la creciente protesta popular en Rusia" y ha acusado a las autoridades del país de violar los Derechos Humanos al intentar "acallar a sus críticos". La organización también ha considerado "dudoso" el caso penal por incumplir las normas sanitarias.
Los ministros de Asuntos Exteriores del G7 condenaron la detención de Navalny, que aseguran que se produjo por motivos "políticos", y exigieron en un comunicado conjunto la "liberación inmediata e incondicional" tanto del opositor como de sus seguidores detenidos durante las protestas.