Kike Maíllo estrena 'Cosmética del enemigo': "No podemos escapar de nuestros pecados ni de la culpa"
- El director adapta el famoso best seller de Amélie Nothomb
- Una película que cuenta con la participación de RTVE
Kike Maíllo (Barcelona, 1975) solo necesita dos personajes, unos intrigantes diálogos y un eficaz manejo del suspense para mantenernos pegados al asiento con Cosmética del enemigo, un thriller psicológico que cuenta con la participación de RTVE y que se estrena este viernes en Filmin.
Una coproducción rodada en inglés, que es una inteligente adaptación del "best seller" homónimo de la escritora belga Amélie Nothomb sobre un famoso arquitecto (Tomasz Kot) que pierde el avión e inicia una conversación en el aeropuerto con una descarada y misteriosa joven que lo aborda (Athena Strates).
“Lo que me pareció más interesante fue el debate dialéctico entre los dos personajes -confiesa Kike-. Que con la excusa de una historia de suspense, y sin saber por qué ese misterioso personaje aborda al protagonista, asistamos a un debate sobre lo que es una personalidad políticamente correcta, un bien queda, alguien con el que podemos empatizar... que se encuentra con una personalidad muy ácrata, completamente liberada... egoísta en el gran sentido de la palabra”.
“No podemos escapar de nuestros pecados”
La película también trata de esa imagen que queremos dar a los demás, mintiéndoles no solo a ellos sino también a nosotros mismos: “Hay un tema que tiene que ver con la honestidad. Y es que por mucho que creemos una fachada para los demás, en el fondo no podemos escapar de nuestras zonas erróneas, de nuestros propios pecados del pasado ni de la culpa, que siempre nos van a dar caza”.
“Son dos caras de la misma moneda, que tienen que ver con la honestidad o con aceptar tus monstruos internos e incluso que los demás pueden verlos” –añade el cineasta-.
Durante la conversación entre los dos personajes de la película surge otro tema interesante, el de la fascinación que el ser humano siente por el mal. “Hay un profundo morbo acerca de la violencia -asegura Kike-, de la gente que se sale del orden por el lado del mal o el lado absolutamente pecaminoso, lo que produce mucho morbo”.
Cambia de sexo a uno de los personajes
Kike Maíllo confiesa que ha cambiado algunas cosas fundamentales de la novela, comenzando por el sexo y la edad de uno de los protagonistas, ya que en la novela eran dos hombres maduros. “Me interesaba mucho cambiar el sexo del extraño porque creo que hay un prejuicio obvio de género y porque las dinámicas podían ser mucho más interesantes si ese personaje que se metía en la vida del protagonista era una mujer”.
“Y encima una mujer joven -añade-, lo que me permitía también hablar de las diferencias generacionales y crear una relación paterno-filial entre los dos, de alguien que es muy osado y que te explica cómo debía ser el mundo. Que te reprocha tu comportamiento desde una perspectiva que podrías achacar a la edad…”.
“Además –continúa-, la novela de Amélie Nothomb es casi teatral, con el personaje pelmazo que no para de hablar y deja muy poco espacio a que el otro le conteste. Y hemos cambiado esa dinámica dando más diálogo al personaje del arquitecto, para que pudiera crecer”.
“Hemos intentado -añade Kike-,crear un personaje más redondo para lo bueno y para lo malo: Es el creador del aeropuerto en el que están, tiene una fachada muy solemne y reconocida, y se ha forjado una imagen de santo dejando de construir para los ricos y creando hospitales en África”.
“Me interesa mucho la imperfección del ser humano”
A pesar de ser una adaptación hay un tema importante, la imperfección del ser humano, que Kike ya había tratado en su primera película, Eva (2011), con la que consiguió el Premio Goya a la Mejor Dirección Novel.
“Estoy muy interesado en ese tipo de acercamiento psicológico a personajes que aspiran a ser mejores de lo que son pero tienen dificultades para crecer o para cambiar -confiesa-. Es un tema que también estaba presente en Toro (2018), aunque fuera una película que no permitía profundizar tanto en el tema, al ser de acción. Pero me interesa mucho ese tema”.
No esperéis grandes persecuciones en Cosmética del enemigo, pero si muchos giros y sorpresas. “Lo que me atrajo de la novela era también su gran problema –confiesa Kike-, que esencialmente era una obra teatral. Por eso hemos hecho un gran esfuerzo para que ese espacio único que había en la novela, dos bancos del aeropuerto, se transformase en algo más ‘viajado’, con diferentes escenarios en los que ellos transitan y van creciendo juntos”.
Hitchcock, Polanski, Brian de Palma…
En todas las películas de suspense es inevitable hablar de Hitchcock, pero no es la única influencia que podemos observar en la película. “Uno ya tiene una edad y ya no sabe dónde quedan los referentes –confiesa Kike-, pero habría algo de Hitchcock, de Polanski, de Brian de Palma…”
“Hay una querencia en la película –añade-, que quizá esté cercana a Hitchcock, Fincher o a El silencio de los corderos, por el gusto en el contraste entre la violencia y el refinamiento. Entre aquello muy crudo y muy bestia, filtrado por la mirada de un arquitecto, un arquitecto cuyo lenguaje tiene que ver con las formas, los volúmenes, los colores, las líneas”.
Un estupendo dúo de protagonistas
En la película solo hay cuatro personajes destacados: sobre todo el arquitecto al que interpreta Tomasz Kot (Coldwar) y la misterosa joven a la que da vida la debutante Athena Strates; pero sin olvidarnos de la española Marta Nieto (Madre) y del francés Dominique Pinon (Delicatessen, La ciudad de los niños perdidos)
“Para mí era esencial centrarme en el trabajo con los actores -confiesa Kike Maíllo-. Tenía muchas ganas de hacer una película cuya quietud produjera inquietud, sin tener que recurrir a una violencia más activa”.
“Tuvimos la suerte –continua- de recurrir a Tomasz Kot justo antes de que se lo rifaran las producciones americanas tras el éxito internacional de Cold War (que incluyó tres nominaciones a los Oscar). Ya le han llamado para trabajar con Coppola y ser el malo de 007. Nos enamoró su elegancia, su porte, ese aire romántico de alguien crucificado por un amor… queríamos aprovecharnos de esa imagen para nuestra película”.
“Pero para él también era una oportunidad –añade-, porque nunca había rodado en inglés y estar en una producción más pequeña le producía menos vértigo que arrancar directamente en Hollywood”.
“Y en el caso de Athena Strates -añade-, fue una prueba a distancia de una chica que no había hecho nada pero a la que nos recomendó nuestra directora de casting y la verdad es que fue maravillosa. Enseguida se nos olvidó que queríamos a alguien más conocido para ver si financiábamos mejor la película”.
“Es hiriente como se está abandonando a las salas de cine”
Kike Maíllo sabe muy bien lo difícil que es rodar una película porque a pesar del éxito de su ópera prima, Eva (con 12 nominaciones y 3 Goyas), después solo ha estrenado Toro (2016) y esta Cosmética del enemigo (2021), aunque ha rodado series de televisión (El Continental), cortos, videoclips y anuncios.
Por eso lamenta no haber podido estrenar en cines: “Todos rodamos para cine -asegura-, incluso las películas originales de plataformas, porque nos podemos encontrar con un montón de pantallas, algunas de ellas asombrosamente de calidad. Creo que uno de los motivos del éxito actual de esas películas y series es que nadie piensa en una pantalla pequeña sino en cine”.
“Pero esta película está rodada para ser vista en los cines –añade- Y cuando la estrenamos en la sección oficial del Festival de Sitges, con una de las mejores proyecciones del mundo, teníamos casi la seguridad de que iba a ser la última vez que podríamos disfrutar de la película en pantalla grande”.
“Es hiriente como se está abandonando a las salas de cine -añade-. Y los autores aspiramos a que el espectador disfrute de una inmersión en nuestras historias. La mayor inmersión dramática se alcanza cuando los sentidos del espectador quedan completamente aplacados por el tamaño de la imagen, la calidad del sonido… eso hace que aprecies o detestes aún más las películas.
En cuanto a sus proyectos, combinan el cine y la televisión: “Estoy acabando de rodar Alma, una serie para Netflix junto a Gregorio G. Sánchez (El secreto de Marrowbone) y tengo prevista una película en Estados Unidos, Love is the gun, protagonizada por Chloë Grace Moretz y Jack O'Connell. Vamos a ver dónde queda este tipo de cine, más independiente, tras la pandemia. A ver qué sucede”.