Laura Borràs, la candidata de Puigdemont para plantar cara al Estado
- Imputada por el Tribunal Supremo, aspira a conseguir un referéndum para Cataluña y la 'amnistía' para los presos del 'procés'
- Especial: elecciones catalanas 2021
BIOGRAFÍA:
Lugar y fecha de nacimiento: Barcelona, 1970.
Formación: licenciada en filología catalana, doctora en filología románica por la Universidad de Barcelona y profesora en dicha universidad. Directora de la Institución de las Letras Catalanas (2013-2018).
Años en política: diputada en el Parlament de Cataluña en 2018, consellera de Cultura (2018-2019), diputada en el Congreso de los Diputados desde enero de 2018 y portavoz de JxCat en el mismo desde 2019.
Laura Borràs (Barcelona, 1970) es la candidata que rompe todos los moldes en estas elecciones. Aspirante a ser la primera presidenta de la Generalitat, no es cabeza de lista, ya que va como número dos tras el expresidente catalán Carles Puigdemont -se presenta de forma simbólica-, y está imputada por el Tribunal Supremo. Aún así, la “presidenciable” de Junts tiene una meta clara, la de continuar con el proceso independentista en Cataluña, ganarle el pulso al Estado por la autodeterminación y por la amnistía de los presos del ‘procés’ y vencer en la partida contra ERC reivindicándose como el único partido que defiende en verdad estas causas.
Tras imponerse en las primarias del pasado mes de noviembre frente al conseller de Territorio y Sostenibilidad, Damià Calvet, su rivalidad principal en la campaña será contra Pere Aragonès (ERC), el presidente interino de la Generalitat que fue también su vicepresidente en el tiempo en el que ella fue consellera de Cultura.
Esta filóloga catalana ha experimentado un ascenso imparable en política en poco más de tres años. Hasta 2017, cuando Puigdemont la fichó para las elecciones de diciembre, había desarrollado su carrera en el ámbito académico. Su motivación para entrar en política fue el impacto emocional de lo ocurrido en otoño de 2017: el 1-O, las cargas policiales y el encarcelamiento y huida de los líderes del ‘procés’. Y unos meses más tarde, Quim Torra, sucesor de Puigdemont, la designó consellera de Cultura, puesto que desempeñó hasta marzo de 2019 -no sin polémica por haber firmado en su etapa anterior el polémico manifiesto del Grupo Koiné, que definía el castellano como "lengua de dominación"-.
Desde mayo de 2019, Borràs ha liderado el grupo parlamentario de JxCat en el Congreso de los Diputados con una posición frontal contra el Gobierno de España y contra la “represión” de la Justicia frente al independentismo -críticas que se avivaron especialmente tras la sentencia del 1-O y la inhabilitación de Torra-. Desde la Cámara Baja, ha ido siempre contra el “autonomismo” de Cataluña y ha mostrado sus recelos respecto a la mesa de diálogo entre el Ejecutivo central y el Govern que pactó ERC con PSOE y Unidas Podemos. En general, ha recelado del diálogo entre ERC y los socialistas.
Borràs ha tenido que hacer frente, además, a la fragmentación de su grupo parlamentario tras la ruptura del espacio político de Junts per Cat (JxCat), que aglutinaba a distintos perfiles independentistas tras la disolución de Convergència Democrática de Catalunya (CDC), entre ellos al PdeCat de Artur Mas. La visión tan distinta que tenían respecto al independentismo los afines a Puigdemont y los más cercanos a la antigua Convergència llevaron al 'expresident' a conformar su propio partido y darse de baja, al igual que otros líderes, del PdeCat. El Partido Demócrata de Catalunya, por su parte, le denunció por utilizar para su nueva formación las mismas siglas que JxCat en una batalla política que también se trasladó al Govern de Catalunya -que se saldó con la destitución de tres consejeros-. Como consecuencia, Borràs perdió el control en el Congreso sobre los cuatro diputados del PdeCat, que ahora van por libre.
En junio de este año, el Congreso dio luz verde al suplicatorio del Supremo para juzgarla por la presunta adjudicación irregular a un amigo de 18 contratos por valor de 259.863 euros cuando dirigía la Institución de Letras Catalanas (2013-2018), hechos que podrían constituir presuntos delitos de prevaricación y malversación, entre otros. Borràs se ha mostrado partidaria de mantener la fecha electoral en el 14 de febrero en lo que algunos han visto como un posible intento de arrebatar su causa al Tribunal Supremo, ya que de convertirse en diputada autonómica, la investigación correrá a cargo del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.
Borràs, en tres frases:
"Todos los poderes se han conjurado para salvaguardar la unidad de España aunque sea a costa de silenciar la vulneración de los derechos humanos".
"Veremos cuál va a ser la estrategia de ERC (...) Si alguien pretende pactar con partidos que no son independentistas, no es para que avance el camino hacia la independencia. Nosotros queremos avanzar y, por eso, sólo nos planteamos gobernar con partidos independentistas".
"No tengo problemas con la Justicia, la Justicia quiere tener problemas conmigo y creármelos".
Expectativas electorales
El CIS estima que Junts obtendría entre 20 y 27 escaños y quedaría relegada de segunda a tercera fuerza política, por detrás del PSC y ERC- que sigue siendo su principal rival político-.
Puesto que la mayoría para gobernar en solitario quedaría lejos (está en 68 escaños), la única opción que baraja el partido de Puigdemont es pactar con fuerzas independentistas y eso excluye a todos salvo a ERC y la CUP. El CIS da a Junts y ERC un máximo de 60 escaños, por lo que sería necesario el apoyo de la CUP, cuya posición política se encuentra a las antípodas de lo que representa Junts -salvo en la defensa de la independencia-. ERC, por su parte, podría rehuir de sus actuales socios en el Govern -tras múltiples choques en la última legislatura- y optar por un tripartito de izquierdas con el PSC -que, por el momento lo rechaza- y Unidas Podemos.