El Consejo General de Enfermería aconseja usar mascarillas FFP2 en lugares cerrados, concurridos y con poca ventilación
El Consejo General de Enfermería (CGE) considera que es "primordial" el uso de mascarillas tipo FFP2 en lugares cerrados, poco ventilados y con aglomeración de gente para evitar contagios de coronavirus, y ha insistido en su petición de que sean asequibles para todos los ciudadanos.
En un comunicado, aconseja estas mascarillas en lugares como en el transporte público y en especial donde haya más posibilidad de coincidir con personas contagiadas como en centros sanitarios, farmacias o residencias, entre otros.
Tal y como ha recordado el presidente del CGE, Florentino Pérez Raya, su uso es una medida capital para evitar la expansión del coronavirus, el colapso de la sanidad y muchas muertes más de las que ya han ocurrido.
Esta semana, distintos líderes autonómicos han compartido su preocupación por el avance de la pandemia en España. Entre otras posibles soluciones para revertir la situación, se ha puesto sobre la mesa la opción de hacer obligatorio el uso de las mascarillas tipo FFP2 en espacios públicos, como ya se ha hecho en otros países, algo que el Gobierno central no valora por el momento.
Cada vez son más los expertos que aconsejan utilizarlas en interiores, ya que están probadas contra aerosoles muy finos, los causantes de la transmisión del coronavirus, además de que se ajustan mejor a la cara.
Gratuitas para los colectivos vulnerables
Por otor lado, el Consejo, como ya reclamó cuando se aprobó la bajada del IVA de las mascarillas quirúrgicas, reitera su petición de reducir los impuestos y fijar un precio máximo de venta al público para estas mascarillas, siempre que sea certificada su eficacia.
"La actual falta de limitación en el precio de estas mascarillas está suponiendo una oportunidad de oro para algunos comercios especializados, entre ellos oficinas de farmacia, que están especulando desde hace meses con este material sanitario. Las mascarillas FFP2 son un bien de primera necesidad para los ciudadanos y por tanto es imprescindible protegerles de cualquier movimiento especulativo, priorizando en todo momento la salud frente al oportunismo de unos pocos", ha dicho.
Es más, a su juicio, hay que ir "más allá" y deberían ser gratuitas para los colectivos más vulnerables, para todas esas familias e individuos sin ingresos o con ingresos muy bajos derivados de la situación socioeconómica desatada por esta emergencia sanitaria.
Pérez Raya mantiene que "lo ideal" sería incluirlas dentro del catálogo de medicamentos y productos financiados por el Sistema Nacional de Salud con el mismo criterio de acceso en función de la renta y las circunstancias socioeconómicas de cada ciudadano.
Un uso adecuado de la mascarilla
El Consejo destaca también que la prolongación del uso de las mascarillas es uno de los errores más frecuentes que comete la población, lo que genera "un problema de salud pública". Según el Consejo, una familia de cuatro miembros puede gastar al año unos 1.500 euros en mascarillas.
La opinión del Consejo es compartida por la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH), que destaca que fuera de espacios cerrados con poca ventilación, la mascarilla quirúrgica es suficiente para evitar la propagación de la COVID-19, siempre y cuando se use de manera adecuada.
"Dada la capacidad de asintomáticos para transmitir la enfermedad, todos deberíamos considerarnos potenciales enfermos y llevarla puesta con la intención de proteger a los demás en el caso de que seamos personas infectadas asintomáticas", reiteran.
La SEMPSPH, que precisa que la mascarilla quirúrgica ofrece suficiente protección frente a contactos esporádicos con personas infectadas, insta a las autoridades sanitarias a garantizar el suministro tanto a los profesionales sanitarios como a otros con profesiones más expuestas, en caso de hacer obligatorio el uso de mascarillas FFP2.