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¿Dónde van nuestros impuestos? Analizamos el éxodo youtuber a Andorra

  • España, por debajo de la media de la presión fiscal en Europa
  • Para tributar en Andorra hay que tener el grueso de la actividad allí
  • “Los youtubers solo están aplicando la lógica de las grandes empresas”
  • En ‘La Hora de la 1’ analizamos dónde van nuestros impuestos

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¿Dónde va el dinero de los impuestos que pagamos?

Es un debate recurrente en nuestro país: dónde pagan sus impuestos las grandes fortunas. Estos días han sido varios los youtubers que han confesado que se han ido a Andorra a vivir con la intención de pagar menos impuestos. El debate ha surgido con la confesión de ‘El Rubius’ en una de sus retransmisiones. A ese directo, le siguió un comunicado donde aseguraba que lleva “diez años pagando casi la mitad de lo que ha ganado en impuestos y que, aunque está muy contento de haberlos pagado, le molesta que “Hacienda me ha tratado como si fuera un delincuente”.

Los datos de ‘El Rubius’

  • Más de 39 millones y medio de seguidores en Youtube. 16 millones en Twitter o 14 en Instagram
  • En 2020 ha ganado 4,3 millones de euros
  • Hace contenidos de videojuegos. Personajes como Jennifer Lawrence o Will Smith han estado en su canal
  • Tiene un cómic y hasta es personaje de un videojuego

Al youtuber más famoso de nuestro país, se le han unido otros streamers como Wall Street Wolverine, Vegeta777 o TheGrefg. Este último opina que “nuestra libertad les duele demasiado”. Pero, también hay otros que no comparten su filosofía. En ese bando, la cabeza más visible ha sido Ibai Llanos que ha dado la contrarréplica diciendo que “es normal que a la gente que gana mucha pasta le quiten muchísimo dinero y más incluso que le deberían quitar”. Añadiendo que a las personas que menos cobran todavía les deberían de quitar menos impuestos.

En ‘La Hora de la 1’ hemos analizado cuántos impuestos pagamos en España y a qué se destinan. Lo hemos hecho de la mano del periodista Carlos Conde.

España, por debajo de la media europea en presión fiscal

La presión fiscal es la suma de los impuestos que pagamos junto con las cotizaciones de los trabajadores y las empresas con respecto al Producto Interior Bruto (PIB). La media europea está en el 41%. A la cabeza de la lista -según los datos de Eurostat-, Francia y Dinamarca y a la cola Irlanda, donde menos presión fiscal hay, con un 22,7%. Nuestro país está en el puesto diecinueve con un 35,4%, bastante por debajo de la media. Dicha presión puede subir o bajar dependiendo de la coyuntura económica de cada país. Por lo que en una crisis, por ejemplo, en la que se dan menos contrataciones -y por tanto se pagan menos cotizaciones- o se cierran más empresas -y hay menos recaudación-, esta presión fiscal bajaría. En 2008, por ejemplo, se redujo y luego se ha ido recuperando.

Pero, ¿cómo se solucionaría el problema de la recaudación en España? Según el periodista económico Rafael Bernado, la fotografía del país se resumiría en sueldos más bien bajos y otros muy altos, por lo que “lo que nos falta de la recaudación del IRPF no se conseguiría subiendo los tipos sino subiendo los sueldos”. Con los datos en la mano el profesor de Filosofía del Derecho de la UNED, Borga Barraqué, piensa algo similar. “Es absolutamente falaz que el sistema tributario español sea una especie de Robin Hood institucionalizado que roba a los ricos para dar desproporcionado a los pobres. De hecho es un tipo medio bastante equiparable seas muy rico o seas pobre, algo que contradice la propia Constitución”, ha asegurado.

¿Dónde se recauda?

Las contribuciones a la Seguridad Social son las que más aportan a la recaudación en nuestro país. En este aspecto, España está unos ocho puntos por encima de la Unión Europea. Si hablamos del IRPF, del IVA o de otros impuestos al consumo como el Impuesto de Sociedades, la media europea está por encima nuestra. No pasa lo mismo con el Impuesto sobre las propiedades que en España es casi dos puntos superior a la media.

Los impuestos sostienen el Estado de Bienestar

Todos estos impuestos van a los presupuestos del país. Gran parte, al gasto social. El grueso iría a las pensiones (164.000 millones de euros), seguido del desempleo (25.000 millones) o de las prestaciones económicas (20.623 millones). A la partida que menos se destina, la cultura que se lleva 1.148 millones. Pero también hay otro gran bloque que correspondería a gastos de la deuda pública, la defensa, la seguridad o la justicia.

Evolución del gasto

Pensiones, deuda pública, desempleo...la evolución del gasto en cada una de estas partidas va variando según la coyuntura económica. Las pensiones cada vez se llevan más parte puesto que cada vez España está más envejecida. En 25 años han pasado de suponer 40.000 millones de euros al Estado a los 163.000 millones en la actualidad. O lo que es lo mismo, el 40% de la recaudación total. En el caso del desempleo y la deuda pública aumenta en el entorno de crisis económica como en 2008. En el caso de las transferencias del Estado a otras administraciones baja, se recorta el gasto y se transfiere menos dinero.

La opinión de los expertos

La polémica generada con la marcha de estos jóvenes a Andorra no es nueva. Por eso, el periodista Rafa Bernardo ha querido insistir en que “no basta con vivir la mitad del año allí sino que hay que tener el grueso de la actividad allí”. Es más, Hacienda buscará contribuyentes con grandes patrimonios que finjan vivir fuera para eludir impuestos.

Al sociólogo de la Universidad Complutense de Madrid César Rendueles este debate le sorprende ya que lo único que está pasando “es que algunos individuos con muchos ingresos están empezando a aplicar la lógica que ya estaban siguiendo las grandes empresas que dejan de pagar al Estado cado año 13.000 millones de euros”. En su opinión, ahora solo se está pagando “lo que hemos normalizado durante décadas”.

El experto ha querido recalcar que los impuestos benefician a todos los habitantes del país. Con un cálculo conservador, ha asegurado, “si comparamos prestaciones con impuestos, solo el 20% más rico de los españoles pone más de lo que recibe”. En su opinión, además, no los impuestos no solo constituyen elementos esenciales como la Sanidad, la Educación o la Justicia si no que “los impuestos también tienen una cierta función pedagógica, evitando que los más ricos acaparan no solo demasiado dinero, sino poder”.