Crecer en Gaza: aprender a vivir entre sueños y miedos
- Según UNICEF, un millón de menores tiene dificultades para acceder a servicios esenciales en Gaza
- En la Franja, alrededor de 290.000 menores necesitan apoyo psicosocial
Shahed Khamees Al Jadi es una estudiante de instituto que, en su joven vida, ha sufrido ya dos guerras. Dos ofensivas militares israelíes, "Plomo Fundido" y "Margen Protector", contra la Franja en la que nació y en la que crece confinada, bloqueada y aislada del exterior.
Según un informe de UNICEF, un millón de menores en Gaza tiene dificultades para acceder a servicios esenciales. Sólo un 10% de los hogares cuenta con suministro de agua potable y el de electricidad sufre cortes diarios. Así, la mitad de sus niños y niñas depende de algún tipo de ayuda humanitaria para sobrevivir y sus esperanzas en el futuro se ven mermadas por uno de los índices de paro juvenil más altos del mundo.
En los últimos tiempos han aumentado el número de suicidios y el de quienes lo intentan. También el de los jóvenes palestinos que, una vez logran cruzar a Egipto, caen en las garras de las redes que les prometen oportunidades y esperanzas tantas veces ahogadas en el fondo del mar Mediterráneo que baña la costa de Gaza.
Barreras físicas y mentales
Pero Shahed no se da por vencida. Ella sabe muy bien de barreras físicas y mentales. Nació rodeada por un muro construido por Israel que somete a Gaza a un bloqueo por tierra, mar y aire, y con un trastorno ocular. Y mujer.
Desde pequeña experimentó el acoso escolar por su discapacidad visual y creció siendo consciente de la opresión y la desigualdad. Un cóctel, junto a las guerras, que le hizo perder la confianza en sí misma, acrecentar su miedo y llegar a odiarse. Hasta que la Unión de Comités de Mujeres Palestinas apareció en su vida.
Con el apoyo de la fundación vasca Mundubat, la Unión de Comités de Mujeres Palestinas desarrolla dos proyectos de asistencia psicosocial a menores en Gaza. Niños y niñas que presentan problemas como desorden del habla, trastornos del sueño, falta de atención, timidez o hiperactividad. En el caso de la adolescencia, síntomas postraumáticos, de depresión con ideas suicidas, violencia física y verbal en el entorno familiar o marginalidad.
Menores que, en alguna de las ofensivas militares, han perdido al padre o ha sufrido una discapacidad que le impide trabajar corren un mayor riesgo de matrimonio forzado para garantizar su sustento, ya que el padre suele ser el sostén de la familia. Menores que han sido también heridos por francotiradores israelíes en la conocida como "Gran Marcha del Retorno", con el consiguiente impacto físico, psicológico y social para su futuro. A lo que hay que sumar los niveles de violencia en el hogar, en la escuela y en la comunidad. Y el aumento de la pobreza.
Mayar Salama es feliz en cada visita al centro de la Unión de Comités de Mujeres Palestinas. A sus 10 años, jugar allí es su actividad favorita. Solía autolesionarse encerrada en su habitación, incapaz de gestionar su ira provocada por el maltrato verbal de padre y hermanos y por la falta de recursos de su familia. Ahora, dice, está aprendiendo a controlar su frustración y ha perdido el miedo a la oscuridad.
Rawan Shbair acaba de cumplir 18 años y ha entrado en la Universidad para intentar alcanzar su sueño, ser periodista. En su caso, tras una adolescencia de golpes por parte de su padre y hermano y de privaciones y dificultades por la pobreza que casi la obliga a abandonar sus estudios. Otro de los impactos, el abandono escolar, del contexto humanitario en Gaza.
En la Franja, 290.000 menores requieren apoyo psicosocial
Según cifras de la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU en Gaza, unos 290.000 menores requieren de apoyo psicosocial en la Franja, uno de cada cuatro en todo el territorio."Pude hablar con especialistas", cuenta Shahed. "Me dieron la confianza necesaria para explicar abiertamente cómo me sentía y con su ayuda fui creando una visión más positiva de mí misma".
Hasta el punto de que su testimonio se transformó en feminista y sus ideas, cristalinas: "Vivimos en una sociedad patriarcal (bajo el control de Hamás). En Gaza, las mujeres están oprimidas intelectual y socialmente, pero yo no he nacido únicamente para casarme, para servir al marido. Con el apoyo que he recibido, ya no me importa lo que piensen de mí, me valoro más, y voy a conseguir todo lo que me proponga", añade.
Terapia de grupo, apoyo psicosocial individual y especializado, visitas domiciliarias, jornadas recreativas y el fortalecimiento de las capacidades locales son algunas de las actividades incluidas en los proyectos. De los que se han beneficiado jóvenes como Shahed, Mayar y Rawan. Sus testimonios forman parte del segundo podcast de esta serie de tres capítulos, en colaboración con Mundubat y los gobiernos del País Vasco y Cantabria.